En las últimas semanas, de acuerdo a meteorólogos, varias regiones en el hemisferio norte han experimentado las temperaturas más altas en el registro histórico.
La ola de calor actual se origina en la región costera del océano Ártico. Desde la semana pasada el calor en Canadá, Siberia y Escandinavia no tiene precedentes. Este evento de calor ha aumentado las temperaturas de 15 a 22 grados por encima de la norma. Apenas la semana pasada, el calor ha costado la vida a 74 personas en la provincia canadiense de Quebec. Las temperaturas llegaron hasta 36.6 grados en Montreal, 14 arriba de lo acostumbrado. Las temperaturas en el norte de Siberia sobrepasaron los 32 grados centígrados en un mes que generalmente promedia 10 grados. El calor a lo largo de la costa, desde la semana pasada y durante dos semanas más, subirá la temperatura del agua varios grados, además de causar el derretimiento parcial de la capa de permafrost. El permafrost siberiano almacena cantidades inmensas de metano y dióxido de carbono; al derretirse, estos dos gases de invernadero son liberados a la atmósfera.
En el hemisferio norte de nuestro planeta, más y más hielo está desapareciendo, más pronto en el año, y el océano azul profundo resultante absorbe más luz solar, acelerando el calentamiento de la región. La baja reflexividad, o sea poca luz siendo regresada a la atmósfera desde la superficie (bajo albedo) genera calor, que a su vez calienta el aire de capas superiores y se conoce como amplificación polar. La amplificación polar debilita, de manera directa, la corriente polar en chorro, el factor principal que controla la dirección y magnitud de los patrones climáticos en las latitudes medias. Al debilitarse, el chorro se vuelve más “ondulado”, menos fluido, las ondas permanecen más tiempo, semanas, en un solo lugar y promueven la aparición de eventos de clima extremo.
Además de la ola de calor, que también los afecta, Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales están atravesando una sequía inusual. En vez de los campos verdes comunes en esta época, sufrieron el junio más seco de la historia y sus campos están amarillos. Otras partes del mundo en el hemisferio norte se encuentran, igualmente, atravesando periodos de temperaturas récord: la temperatura más baja en un pueblo de Omán a lo largo de 24 horas el 26 de junio fue de 42.6 grados; Denver, Colorado, alcanzó 40.6 grados; varias poblaciones en Georgia y Armenia también sobrepasaron los 40 grados; varias ciudades en el sur de California sufrieron temperaturas cercanas a los 43 grados.
Los niveles anormales de calor en latitudes tan al norte, entonces, son el resultado de cambios abruptos en el clima del Ártico en las últimas dos décadas y están causando disminuciones diarias y persistentes del hielo marino en todo el ártico y regiones contiguas. Esto, a su vez, provocará eventos climáticos extremos (más calor, tormentas, etc.) y de mayor duración. Los eventos, predicen meteorólogos como Nick Humphrey, continuarán con mayor violencia conforme se siga calentando la región. Vale la pena recordar que el Ártico se está calentando lo doble de rápido que el resto del planeta.
Apelando al sarcasmo, tal vez ya es hora de inventar un término para describir este fenómeno de calor progresivo a nivel global, un término que se refiera al cambio del clima provocado por los seres humanos. Algo así como “calentamiento global” o “cambio climático”.
Autor: IIEH
Fuentes:
Evento de calor extremo en el norte de Siberia y la zona costera del océano Ártico esta semana
Marcas de calor registradas a lo largo del mundo esta semana