Dos ecosistemas diferentes divididos por una cerca de alambre construida hace más de 100 años en Australia.
La valla más larga del mundo se encuentra en el desierto australiano de Strzelecki, localizado entre Queensland y Nueva Gales del sur, la llamada Cerca del Dingo. Su construcción comenzó en 1880 y, 5600 kilómetros después, fue concluida en 1885, con el propósito principal de mantener al dingo (los perros salvajes de Australia) fuera del sureste del continente, y así proteger los ganados ovejeros. La valla, de 180cm de altura, fue un éxito; tanto así que ahora un estudio ha detectado diferencias notables en la geomorfología de ambos lados de la cerca.
Hoy en día, casi 140 años más tarde, el desierto de Strzelcki consta de dos ecosistemas diferentes: una región de dunas de arena que promedian 10 metros de altura, con abundancia de arbustos leñosos y, al otro lado, dunas mucho más bajas rodeadas de escasa vegetación. Un estudio publicado este mes en la revista de The Royal Society concluyó que la exclusión del dingo alteró la estructura del ecosistema profundamente. Los investigadores, dirigidos por Mitchell Lyons, de la Universidad de Nueva Gales del sur, compararon imágenes obtenidas en diferentes épocas y a través de diferentes medios para realizar su análisis. El archivo histórico de fotografías aéreas de la zona entre 1948 y 1999 fue comparado con una serie de imágenes capturadas con drones: en promedio, contaron 60 arbustos leñosos más por hectárea en el lado sin dingos, mientras que las dunas son considerablemente más altas en el mismo lado.
La cubierta vegetal es crítica en la formación y conservación de características geomofológicas en los sistemas de dunas. La erradicación del dingo (Canis dingo), superdepredador, de una parte del desierto dio rienda suelta a los depredadores de media tabla como los zorros y los gatos. Éstos disminuyeron de manera radical las poblaciones de conejos y roedores, precisamente los animales que se alimentan de las semillas de la vegetación local. Al aumentar la cantidad de arbustos, más arena se acumula a su alrededor y el viento fluye sobre sus copas, formando dunas más altas. Una menor presencia de arbustos también implica más erosión y menos sedimentación. La cubierta vegetal, por otro lado, protege de los efectos de variaciones climáticas.
Un estudio de 2017, por otro lado, descubrió que la eliminación de los dingos ha tenido consecuencias negativas también: se pierde biodiversidad, la población de canguros crece sin control y consume la cubierta vegetal, y los suelos se empobrecen.
Autor y traducción: IIEH
Fuentes:
Un estudio sobre la Cerca de Dingos concluye que la erradicación de dingos empobrece la tierra