La demanda global de carne está por los cielos y, para resolver una escasez inevitable en el futuro, la ciencia se apresura a desarrollar alternativas.
Las tecnologías de cultivo artificial de carne avanzan a pasos gigantes desde que publicamos el primer artículo al respecto hará unos 10 años. A la fecha, el santo grial de este campo de estudio es conseguir imitar al dedillo el sabor y la textura de la carne. Los métodos de construcción de fibras musculares milimétricas de bovino con miotubos alineados consistentemente todavía no han sido desarrollados. Un estudio publicado por investigadores japoneses en la revista Nature detalla un primer método para construir tejido muscular bovino en cultivo-3D que contiene miotubos (miocitos esqueléticos) alineados de manera que responden a estímulos eléctricos: se contraen.
Los investigadores, de la Universidad de Tokio, construyeron tejido muscular de bovino comestible, con un contenido microbiano inferior al límite de detección comercial tras 14 días de cultivo. En pocas palabras, y a diferencia de la carne comercial que consumimos normalmente, es estéril. El método sugerido por el equipo de científicos, dirigido por Shoji Takeuchi, sería, por lo tanto, muy útil en la producción de cortes limpios de carne que simulen carne real.
Ya desde principios de siglo se comenzó a pronosticar una futura crisis de proteína en el planeta. La explosión demográfica, el cambio climático, las nuevas tendencias alimenticias en China y otros países que antes no consumían carnes, etc., han roto el límite de sostenibilidad. Además, y cada vez más, la producción y consumo de carne conlleva problemas ambientales y dilemas éticos. Por ello, la carne de células cultivadas artificialmente es uno de los candidatos prometedores para la siguiente generación: puede ser generada a partir de una cantidad pequeña de células que se obtienen sin sacrificar el ganado y requiere de muy poco uso de tierra y agua.
En los últimos cinco años se han producido muestras de carne molida, algunos de los cuales incluso se comercializan con éxito en estos momentos. El reto actual, y donde este estudio ha subido un par de escalones, es la construcción de un bistec o un filete similar en gusto y textura al original. Es decir, con cierto grado de elasticidad. A fin de lograrlo, los investigadores diseñaron un tejido con gran densidad de miotubos alineados unidireccionalmente. Los miocitos, por lo general, se cultivan en una gelatina porosa y en una base de proteína de soya porosa pero este estudio empleó FBS, suero bovino fetal. Se espera que el FBS sea reemplazado por una solución vegetal o sólo de proteínas recombinantes pero, por el momento, es demasiado costoso.
Una encuesta sobre el tema entre vegetarianos reveló puntos de vista interesante: 65% comerían carne artificial, ya libres del dilema moral de consumir animales genéticamente tan similares a nosotros; 30% dice estar desacostumbrado por completo al sabor de la carne; 5% se opone a la idea de fabricar carne artificial.
Estudio original en inglés: Formación 3D de tejido muscular contráctil de bovino para la construcción de bistec milimétrico cultivado
Paráfrasis: IIEH