¿Por qué tantos virus patógenos para nuestra especie tienen su origen en murciélagos?
Los murciélagos han sido relacionados con la emergencia de algunas de las epidemias más peligrosas de los últimos 50 años: Ébola, SARS, el virus de Marburgo, MERS, Nipah, Hendra y, en la pandemia actual, el SARS-CoV-2. Este hecho ha sido causa de muchos estudios y controversia y la respuesta a la pregunta es compleja.
Aunque es un hecho que los murciélagos albergan más patógenos peligrosos para los seres humanos que otros animales, no se justifica su destrucción; los murciélagos tienen un enorme influjo positivo en sus ecosistemas, como polinizar las flores y controlar las poblaciones de insectos. La transmisión de nuevos virus a seres humanos y los brotes epidémicos son prevenibles, mientras se deje de dañar el hábitat de los murciélagos, o sean vendidos en mercados, junto con otras especies de mamíferos.
Por un lado, las especies de murciélago son tan numerosas (alrededor de 1300) que representan una de cada cinco especies de mamíferos. Por otro, tienen proximidad genética con los seres humanos (como mamíferos), interactúan con otras especies clave en los ecosistemas a través de la saliva y la sangre, gozan de un sistema inmune muy robusto, vuelan e hibernan.
Examinemos punto por punto. Genéticamente, estamos a la misma distancia de los perros que de los murciélagos, pues compartimos un 84% de los genes con ellos. Eso quiere decir que las proteínas en la superficie de nuestras células también son similares, mecanismo que abre las puertas a infecciones virales. Por ejemplo, el SARS-CoV-2 penetra en nuestras células a través del receptor ACE2 (proteína que regula la presión sanguínea en el exterior de nuestras células en los pulmones, arterias, corazón, riñón e intenstinos).
Los murciélagos funcionan como nexo que conecta varias especies y transmite virus. Algunas especies de murciélago hacen, en su vida diaria, lo siguiente: beben sangre de otros animales (y son a su vez picados por mosquitos); comen, orinan y defecan en fruta que comen otros animales; se alimentan de moscas y mosquitos que comieron animales muertos; ayudan a polinizar plantas y distribuyen semillas de un sinnúmero de especies; su excremento se convierte en guano, que es consumido por hongos y bacterias, y luego por ranas, peces, etc.; usan ecolocalización, su sistema de sonar que depende de generar ondas de sonido intensas y expelen gotitas de saliva; son, ellos mismos, alimento para otros animales, como halcones, buhos, comadrejas, arañas y, sí, hasta seres humanos.
El sistema inmune de los murciélagos está diseñado para hospedar y combatir virus. Gozan de un sistema inmune hiperactivo y de una capacidad antiinflamatoria excelente que les ayudan a proteger sus células. Mientras ellos no sufren en gran medida de sus infecciones virales, han servido de “escuela” a varias familias de virus para infliltrar sistemas inmunes de mamíferos menos adeptos. Los murciélagos permiten una duplicación de fondo, de bajo impacto, de ciertos virus para así prevenir enfermedades sintomáticas. Así que algunos virus se adaptaron hacia niveles más altos de contagio a la vez que el murciélago disfrutaba de una “vacuna” continua.
Además de que los murciélagos pueden interactuar con plantas y animales a enormes distancias, gracias a la capacidad de volar, suelen vivir más de 25 años. En la curva de “tamaño y metabolismo” contra “duración de la vida”, los murciélagos son campeones en el reino animal. Los zorros, por ejemplo, mamífero aún más cercano al murciélago, viven entre 2 y 5 años. Una característica más los hace todavía mejores recipientes de virus: anidan, o sea hibernan en los techos de cuevas durante meses y contagian la colonia en esas condiciones de hacinación. La compleja jerarquía social de los murciélagos quizá sea un factor más, ya que micropoblaciones de la misma colonia tienen diferentes patrones migratorios que interactúan, se combinan y se separan en un laberinto social. Un virus puede infectar a cientos de miles o hasta millones de individuos en poco tiempo y virus con distintos ciclos (cortos, largos, persistentes, etc.) encuentran justo lo que necesitan en diferentes micropoblaciones.
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Fuentes:
¿Por qué suelen transmitirse virus de murciélagos?
Los murciélagos sí hospedan virus más peligrosos que otras especies