Las madres de babuinos silvestres cargan el cadáver de su hijo durante periodos de hasta diez días.
¿Qué saben los animales sobre la muerte? ¿Qué nos pueden decir las reacciones de los animales ante la muerte sobre la evolución de la mente de las especies y el origen de la conciencia humana sobre la muerte y el morir? Un interés reciente en tanatología comparativa puede permitirnos atisbar la respuesta a estas preguntas. Un estudio publicado por la revista Royal Society Open Science reporta doce casos de la reacción de grupo frente a la muerte de infantes, registrados a lo largo de 13 años entre babuinos o papiones chacma (Papio ursinus).
Los investigadores descubrieron que las reacciones de los babuinos ante la muerte de infantes del grupo son similares a las de otros primates: en general, la madre del juvenil cargaba con el cadáver durante un periodo de tiempo no definido (desde menos de una hora hasta 10 días) y tendía a acicalarlo con frecuencia aunque, igual que en otros estudios, se observaron características individuales notables. A diferencia de otros estudios, sin embargo, en tres ocasiones se detectaron machos del grupo protegiendo el cuerpo sin vida.
Los babuinos chacma viven en grandes grupos, dominados por fuertes jerarquías lineales de machos y hembras. Un sólo grupo de babuinos puede incluir entre 20 y 100 individuos. Los antropólogos, dirigidos por Alecia J. Carter, de la Universidad de Montpellier, laboraron en el desierto de Namibia y ahora sugieren una razón sobre este comportamiento animal. Carter especifica: “Aunque hay muchas hipótesis para explicar las reacciones primates ante la muerte de un miembro joven de su grupo, tal vez lo más coherente es que portar un cadáver es una extensión del comportamiento de crianza”. “No estamos diciendo”, prosiguió, “que las madres no supieran que sus hijos estaban muertos, pero existe una selección tan fuerte en la formación del vínculo madre-hijo que, una vez formado, es difícil de romper”.
Otra hipótesis propone que cargar el hijo muerto se convierte en una manera de controlar la pena, de administrar su tristeza. Una más da por hecho que la madre no se ha dado cuenta del estado final de su hijo: le falta la habilidad cognitiva entre la etapa de “muerto” y la de “inconsciente pero vivo”. Es decir, sigue realizando sus funciones maternales en caso de que el infante se recupere. Hay contrapuntos fuertes a esta última hipótesis; por ejemplo, los infantes muertos suelen ser cargados de una extremidad o arrastrados por el suelo, cosa que nunca ocurriría de estar vivos.
Cabe subrayar que este es un comportamiento extendido en otras especies de primates. Carter agrega: “Otros primates han sido vistos acarreando sus infantes muertos durante periodos mucho más largos. Los chimpancés y los macacos japoneses, por ejemplo, pueden hacerlo durante más de un mes. Los babuinos chacma, sin embargo, viajan distancias mucho mayores en un día promedio y las condiciones desérticas son muy severas”.
Como se dijo anteriormente, también se observaron machos ayudando a proteger el cadáver, en particular machos amistosos, que habían estado asociados con la madre y su hijo anteriormente, o incluso su propio padre biológico. Los eventos de protección consistieron de amenzas a observadores que se acercaron demasiado o, en una sola ocasión, un macho que se sentó junto al cadáver y lo acicaló personalmente cuando la madre se alejó por un momento. Elise Huchard, coautora del estudio, dijo sobre este episodio: “Se trata de un comportamiento sorprendente que casi nunca se ha visto antes. Los babuinos machos no son muy paternales pero sí protegen a sus hijos de peligros, en particular de ataques infanticidas. Esto es cuando un babuino macho mata al vástago de otro macho para aparearse con la madre”.
Traducción: IIEH
Fuentes:
Tanatología babuina: reacciones de miembros filiales y no filiales a cuerpos de infantes
Las madres de babuinos acarrean a sus hijos muertos hasta 10 días