La NASA ha identificado millones de focos de metano en el Ártico.
La NASA acaba de publicar un estudio sobre los focos de metano en las regiones más inaccesibles de Alaska y el noroeste de Canadá. Cuando la tundra y el permafrost se derriten, ocurren grandes emisiones de gas metano y otros compuestos de carbono, acelerando el cambio climático por el efecto de invernadero que ejercen en la atmósfera. El Ártico se está calentando lo doble de rápido que el promedio del planeta, pero dadas la frigidez y la inaccesibilidad de esta región, aún no sabíamos con precisión donde se está emitiendo la mayor cantidad de metano.
Este estudio de la NASA, publicado el viernes en la revista Geophysical Research Letters y dirigido por Clayton D. Elder, reporta con precisión los resultados de un sondeo aéreo en 30 mil km cuadrados del Ártico. Se trata de alrededor de mil millones de observaciones que resultaron en la detección de dos millones de focos o regiones de gran concentración de CH4. Elder definió: “Denominamos 'focos' a las áreas que exhiben un exceso de 3000 partes por millón (ppm) de metano entre el sensor aéreo y el suelo”. El año pasado, la concentración promedio de metano en la atmósfera de nuestro planeta fue de 1.86 ppm.
A pesar de que otros estudios, ya mencionados en este sitio, habían explorado el Ártico y advertido sobre el derretimiento acelerado de su permafrost, el estudio presente empleó tecnologías de punta desarrolladas por la misma NASA, en particular por su Jet Propulsion Laboratory (Laboratorio de Propulsión a Reacción, JPL). Un espectrómetro infrarrojo, conocido como AVIRIS-NG, recolectó datos durante más de 400 vuelos en julio y agosto de 2017 y obtuvo resultados sorprendentes en las ya mencionadas mil millones de observaciones.
Por un lado, se descubrió que 300 metros tierra adentro, lejos del agua, casi no existen focos de metano. Entre 40 y 300 metros de distancia del mar u otros cuerpos de agua, ya sean lagos, arroyos o pantanos, su número se incrementa en proporción a su cercanía con la orilla. A menos de 40 metros la cantidad de focos de metano se multiplica. Por otro lado, al analizar los resultados, los investigadores se percataron de que el Ártico se está descongelando más rápido de lo que se creía.
Algunos de los muy numerosos lagos del Ártico se conocen como termokarst: hondonadas pantanosas que se producen tras el deshielo de permafrost rico en hielo. Cientos de termokarst árticos se encuentran ya burbujeando con gas metano mientras, se ha descuierto, aceleran el deshielo del permafrost a su alrededor. En vez de medirse varios centímetros de suelo descongelado bajo lagos de formación reciente, se han medido hasta 15 metros.
Elder detalla el proceso de retroalimentación que acelera el deshielo: “Es esa contribución adicional de carbonos del permafrost, carbono que ha estado congelado durante miles de años, que de hecho está contribuyendo alimento para que los microbios coman y lo transformen en metano, mientras el permafrost se sigue descongelando”. Cabe mencionar que tras el descongelamiento del permafrost y la formación de termokarst ocurre un reverdicimiento de la zona que a su vez provoca temperaturas más elevadas.
El metano tiene un potencial de calentamiento global alrededor de 30 veces mayor que el del dióxido de carbono e incluso si el Acuerdo de París hubiera de respetarse, se espera que el permafrost del Ártico se reduzca un 45% más, liberando miles de millones de toneladas métricas de carbono y metano en la atmósfera.
Traducciones: IIEH
Fuentes:
Trazado aéreo de mapas revela una poderosa ley emergente de las emisiones de metano en el Ártico
Vuelos de la NASA detectan millones de focos de metano en el Ártico
La NASA ha detectado millones de focos de metano cubriendo el Ártico