Este artículo fue escrito por Josh Haner, Edward Wong, Derek Watkins y Jeremy White.
The New York Times, Reforma, México, 5 noviembre 2016
DESIERTO DE TENGGER, China.- Este desierto, llamado el Tengger, se encuentra en el extremo sur del inmenso Desierto de Gobi, no muy lejos de Beijing. Y está en proceso de crecer.
Durante años, los desiertos de China se expandieron a un índice anual de más de 3 mil 400 kilómetros cuadrados. Se han perdido muchos poblados. El cambio climático y la actividad humana han acelerado la desertificación. China dice que los esfuerzos del Gobierno para reubicar residentes, plantar árboles y limitar el pastoreo han desacelerado o revertido el crecimiento del desierto en algunas áreas. Pero la utilidad de esas políticas es debatida por los científicos y los desiertos están creciendo en regiones cruciales.
Casi el 20 por ciento de China es desierto, y la sequía en la región norte está empeorando. Un cálculo reciente indicaba que China tenía 55 mil kilómetros cuadrados adicionales de desierto que en 1975 -aproximadamente el tamaño de Croacia. Al tiempo que el Desierto de Tengger crece, se fusiona con otros dos desiertos para formar un inmenso mar de arena que podría volverse inhabitable.
Liu Jiali, de 4 años, vive en un área llamada Alxa League, donde el Gobierno ha reubicado a unas 30 mil personas, conocidas como "migrantes ecológicos", debido a la desertificación.
Por todo el norte de China, generaciones de familias se han ganado la vida con la ganadería a orillas del desierto. Funcionarios dicen que, junto con el cambio climático, el sobrepastoreo contribuye a la expansión del desierto. Pero algunos experimentos sugieren que un pastoreo moderado de hecho podría mitigar los efectos del cambio climático en los pastizales, y las políticas de reubicación de pastores de China podrían estar socavando eso.
Las autoridades le han dado a Jiali y a su familia un hogar en un poblado a unos 9 kilómetros de Swan Lake, el oasis donde operan un parque turístico. Para lograr que se mudaran y vendieran su rebaño de más de 70 ovejas, 30 vacas y 8 camellos, las autoridades han ofrecido un subsidio anual equivalente a mil 500 dólares por cada uno de sus padres y mil 200 por una abuela que vive con ellos.
Los residentes que viven a orillas de los desiertos intentan limitar el avance incesante de la arena. Junto con gobiernos locales, plantan árboles para bloquear el viento y estabilizar el suelo.
Huang Chunmei, quien creció en el poblado de Tonggunao'er y ahora es agricultora ahí, dijo que el nivel freático estaba a 2 metros bajo tierra durante su infancia, pero "ahora hay que excavar 4 o 5 metros".
Huang plantó más de 200 árboles por su cuenta en la primavera, con la esperanza de que ayuden a bloquear tormentas de arena y sean una barrera para la arena.
Mengkebuyin, de 42 años, y su esposa Mandula, de 41, cultivan maíz y girasoles, pero sus 200 ovejas proporcionan la mayor parte de sus ingresos. Las ovejas pastan en el desierto, donde el pasto está escaseando. Deambulan por la vieja casa de la familia de Mengkebuyin, cerca de las orillas de un lago que se secó hace años. Él y su esposa conservan la vieja casa, pero no se quedan largos periodos de tiempo.
Mengkebuyin y Mandula han decidido que quieren que su hija de 16 años viva y trabaje en una ciudad.
Cuatro generaciones de la familia de Mengkebuyin vivieron junto al lago en una comunidad próspera. Pero todos se han ido.
El desierto se ha adueñado del lugar.