Un nuevo estudio ha comprobado lo que popularmente se dice sobre el calor: Hace difícil pensar bien.
Investigadores de Harvard realizaron una serie de pruebas y experimentos cognitivos en estudiantes durante una ola de calor. Los estudiantes fueron divididos en dos grupos: aquellos con uso libre y abierto de aire acondicionado y los que carecían de cualquier acceso a medios de controlar la temperatura. La mayor parte de los estudios similares, sobre los efectos del calor en seres humanos, se habían enfocado a grupos vulnerables, como los ancianos y los niños, lo que daba la impresión de que la mayoría de la gente no sufría efectos similares durante olas de calor. Sin embargo, si consideramos que el número y la intensidad de las olas de calor irá en aumento durante las próximas décadas, es crucial estudiar las reacciones de la mayoría.
Los resultados del estudio, dirigido por Guillermo Cedeño-Laurent, fueron publicados en la revista PLOS Medicine y revelaron una disminución en el tiempo de reacción en pruebas cognitivas, así como una mayor cantidad de errores en problemas de aritmética básica. “El estudio tiene implicaciones para millones de personas que pueden estar sufriendo esta reducción en sus funciones cognitivas”, dijo Cedeño-Laurent, “y esperamos que promueva un cambio en la manera en que abordamos el cambio climático, al hacerlo más personal”.
El estudio en sí se realizó de la siguinete manera: A lo largo de 12 días, durante una ola de calor en el verano de 2016, fueron monitoreadas varias docenas de estudiantes, divididos en dos grupos diferentes según su acceso al aire acondicionado en cada dormitorio. Cada individuo contestó una serie de exámenes justo después de levantarse; aquellos sin aire acondicionado experimentaron una disminución importante en sus marcadores de cinco medidas de función cognitiva, un atraso de 13.4% en sus respuestas y un aumento de 13.3% en sus errores aritméticos.
Lo que es peor, incluso cuando acabó la ola de calor, en los siguientes dos días, la diferencia entre los dos grupos perduró pues, según los investigadores, los efectos de isla de calor urbano perduran tras una ola de calor en los edificios. Hay un fenómeno engañoso de ola de calor en el interior, que continua días después de la ola de calor climática. Cabe recordar que en ciertas latitudes donde se acostumbra tener inviernos muy fríos, los edificios son diseñados y construidos para retener el mayor calor posible, lo que se exacerba durante una ola de calor.
Será necesario, entonces, considerar que la función cognitiva se deteriora en toda la gente expuesta a una ola de calor, además de evitar que los edificios construidos para retener calor se conviertan en una trampa durante veranos que están rompiendo todas las marcas de calor.
Traducción y paráfrasis:
IIEH
Fuentes:
Estudio de Harvard descubre que durante una ola de calor la gente no puede pensar claro