La imagen tradicional de neandertales encorvados está equivocada.
Durante los siglos XIX y XX predominó la idea de un neandertal simiesco, que tendía a exagerar las diferencias entre los primeros fósiles hallados de neandertal y el hombre de Cro-Magnon. Ahora sabemos que no sólo poseían tecnología en varios casos más avanzada que la del H. sapiens, además de formas de expresión artística, sino que la curvatura de la columna vertebral y su postura también eran comparables.
Un estudio biomecánico de las vertebras del neandertal de La Chapelle-aux-Saints, publicado por PNAS esta semana, ha confirmado lo que ya se sospechaba desde hace décadas. Este individuo en particular tenía mala postura, por su edad y sus trastornos óseos, y no era representativo de su especie. El neandertal de La Chapelle-aux-Saints, también llamado el Viejo, fue un individuo de sexo masculino que murió alrededor de los 40 años de edad, en muy mala salud, con un caso avanzado de artritis y habiendo perdido la mayoría de sus dientes. Se cree, también, que fue enterrado de manera ritual y acaso hubiera recibido de cuidados especiales dada su edad y su inhabilidad para mascar alimentos. Nada, entonces, fuera de lo común para un miembro de Homo que vivió hace 60 mil años. 40 años lo convertían, de hecho, en un viejo. El Viejo fue descubierto en 1911 y su caso de osteoartritis influyó en la imagen popular de los neandertales encorvados de manera simiesca.
El autor del estudio, Martin Haeusler, de la Universidad de Zurich, lo explica así: “Siempre estuve convencido de que los neandertales no caminaban de manera semierguida, porque no es eficiente. La reconstrucción que realizaron algunos de nuestros colegas de los neandertales con una espina dorsal recta, sin la curvatura sinusoidal del humano moderno, es biomecánicamente absurda”. Los nuevos modelos demuestran que la columna del neandertal poseía curvaturas en la región lumbar y el cuello. Las simulaciones fueron realizadas después de analizar en detalle las marcas de desgaste de cada vértebra. La curva lumbar cumple la función de suspensión para absorber los impactos al caminar. El hueso sacro del neandertal de La Chapelle también estaba orientado de la misma manera que en un ser humano moderno. Ya que el sacro soporta todo el peso del cuerpo superior, su posición en relación con el resto de la pelvis delata la postura de la persona.
Las primeras décadas de descubrimientos de fósiles de neandertal estuvieron marcadas por la idea del eslabón perdido, la búsqueda de un ancestro del H. sapiens, más primitivo que nosotros pero similar. Neandertales enfermos y viejos encajaron perfectamente en esta narrativa y la mayoría de los paleoantropólogos perdieron de vista la existencia de variaciones morfológicas individuales, tan radicales en el neandertal como en el hombre moderno. Sólo hace falta comparar las posturas de gente de varias edades y ocupaciones hoy en día y descubriremos un espectro de personas, desde algunas completamente erguidas hasta otras con columnas vertebrales que se doblegan en 90 grados.
Gran parte de la paleoantropología de los siglos XIX y XX, de forma voluntaria o inconscientemente, se esforzó en exagerar las diferencias entre el H. sapiens y el H. neandertalensis, logrando convertir a éste si no en un monstruo, sí en una bestia de la que el ser humano debería apartarse. Con la secuenciación de los genomas humano y neandertal, el descubrimiento del hombre de Denísova y del H. floresiensis, hemos entrado en una etapa nueva, donde podemos comprender mejor nuestro origen y nuestra relación con otras especies de Homo.
Autor: IIEH
Fuentes:
Morfología, patología y la postura vertebral del neandertal de La Chapelle-aux-Saints
Estudio sobre neandertales corrige idea equivocada sobre estos humanos arcaicos