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LOS CIEGOS Y EL ELEFANTE

Máximo Sandín Domínguez
Noviembre de 2000
Facultad de Biología. UAM.

En el prefacio de su libro "Síntesis inacabada", el prestigioso paleontólogo Niles Eldredge justifica su obra con un argumento irrebatible. La comprensión de los fenómenos biológicos está irremediablemente supeditada a la comprensión del proceso evolutivo. En el libro aborda la cuestión de "cómo hemos sido habituados a pensar en la evolución". En su opinión la interpretación de fenómenos, problemas y teoría "permanece más o menos como lo estuviera en la época de Charles Darwin". En cuanto a la versión actual de la "Teoría Sintética Moderna", gestada en los años 30, "permanece tan inalterable por (a pesar de) los datos de la sistemática, la paleontología y la ecología a gran escala que, francamente todavía nos vemos frente a la misma situación diagnosticada por el historiador F. J. Teggart en 1925, justo cuando la teoría sintética comenzaba a emerger a través de los trabajos de R. A. Fisher, J. B. Haldane y J. Wright: aún tenemos una teoría de la evolución que no se halla directamente dirigida a los acontecimientos de la historia de la vida".

ENTREVISTA A MÁXIMO SANDÍN
Con motivo del bicentenario de Charles Darwin

Por Andrea Barreira

- Comenzando por el principio, ¿de dónde venimos y a dónde vamos?

Responder a esta típica pregunta con respuestas tópicas es muy sencillo, pero el tema es muy complejo. Es una pregunta a la que sólo pueden responder con certeza los distintos tipos de predicadores que tanto proliferan últimamente en los medios de comunicación anunciando “la verdad revelada”. Los científicos no tenemos “la respuesta”. Sólo aproximaciones parciales basadas en datos empíricos, verificables. Y estos datos nos indican que las primeras manifestaciones de vida en la Tierra fueron en forma de bacterias, ya con sus virus (bacteriófagos o “fagos”, como se les denomina) asociados. Que, a partir de ahí, distintos procesos de fusión de genomas (en sentido amplio, es decir real, lo que incluye ADN, ARN y proteínas) de duplicaciones y remodelaciones genómicas han ido dando lugar a la una enorme diversidad de formas de vida, y que este proceso ha sido mediado por disturbios ambientales de diversa magnitud a los que los genomas, como se ha demostrado experimentalmente, son muy sensibles, porque tienen una gran capacidad de intercambio de información, de respuesta al ambiente.

Festejemos a Darwin

 

“Todas las enseñanzas dogmáticas pronto envejecen y se quiebran”

Pablo Neruda

 

 

Este 2009 se cumple una centena y media de años de la publicación del libro de Charles Darwin titulado The Origin of Species by Means of Natural Selection or Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life, un título muy anglosajón y muy ad hoc para el contenido. De todos es sabido el rotundo éxito del libro; lo que muchos no se dieron cuenta en esa época, fue que era el germen de una nueva religión. Como tal, es lógico que nunca fuese universalmente aceptado. Pero sí lo fue por la comunidad de la corriente científica predominante y eso fue suficiente para que se adoptaran sus teorías como dogmas y a partir de ellos un grupo de distinguidos biólogos elaborara lo que se conoce como “Teoría Sintética” o Neodarwinismo.

La próxima revolución en la biología (NOTA)

El marco emergente de los microbios como grupos intercambiadores de genes, demandan una revisión de conceptos tales como organismo, especie y la evolución misma.

Por Nigel Goldenfeld y Carl Woese

Uno de los arquetipos fundamentales del descubrimiento científico es la revolución del pensamiento que acompaña los nuevos conjuntos de datos. La astronomía basada en los satélites, durante la pasada década, tiró por la borda nuestras más preciadas ideas de la cosmología, especialmente las relacionadas con el tamaño, la dinámica y la composición del universo.

¿PORQUÉ CELEBRAR A DARWIN?

Mauricio Abdalla

Hay una gran confusión en nuestra concepción sobre la naturaleza. Y las cosas tienden a empeorar con una exagerada conmemoración del bicentenario de Darwin. Muchos piensan que la ciencia descubrió que la “ley de la selva” es la ley del más fuerte, la ley de la competición y de la lucha por la supervivencia. Todavía más, piensan que Darwin descubrió esa ley a partir de estudios rigurosos de la naturaleza. Perdónenme por fastidiar la fiesta pero quiero argumentar que tales nociones están equivocadas y que no hay ninguna originalidad ni brillantez que deba ser celebrada en este aspecto de la comprensión del mundo natural.

Una buena forma de festejar a Darwin

Guillermo Agudelo Murguía

“Los sabios nunca están satisfechos porque buscan la Verdad, los necios se satisfacen con la falsedad”
(Anónimo)

Considerando que es el padre de la ciencia moderna, la Asamblea General de la ONU decidió honrar a Galileo Galilei designando al año 2009 como el “Año Internacional de la Astronomía”
Pero ¡oh sorpresa! Ya los darwinistas habían usurpado el año. La ciencia ortodoxa había ya decidido festejar, no al padre de la ciencia, sino a su “Santo Patrono”, Charles Darwin. Revistas como Scientific American y Nacional Geographic han dedicado sus primeros números del año a publicar una serie de artículos en los que se alaba desmesuradamente a Darwin, quien ahora resulta que como mínimo fue un genio, habiéndose olvidado de Galileo, el verdadero fundador del método científico moderno, fabricante del primer telescopio y descubridor de las cuatro principales lunas de Júpiter, planeta que según descubrimientos recientes es un escudo para la Tierra y probablemente la vida en la ella se deba a la existencia de Júpiter.

Cooperación, competencia y evolución

Guillermo Agudelo Murguía

Desde la naturaleza de la información genética hasta el todavía indescifrable funcionamiento celular, desde las sofisticadas e interdependientes actividades de los procesos fisiológicos, hasta la coordinación en la formación de un organismo, o la complejidad de los ecosistemas, la naturaleza nos habla, fundamentalmente, de cooperación. Nos habla de sistemas biológicos de una enorme complejidad pero, sobre todo, de una gran interacción con el ambiente y una gran capacidad de respuesta, con poco de aleatorio, a las condiciones o agresiones ambientales. Una realidad totalmente opuesta a la visión de las características genéticas rígidamente determinadas y herméticamente aisladas del ambiente, en las que los supuestos cambios aleatorios serían seleccionados por medio de una implacable competencia.

Máximo Sandín

Comentarios al artículo “Darwin malentendido”

Guillermo Agudelo Murguía

 

Michael Shermer, autor del artículo "Darwin  Misunderstood", publicado en Scientific American, en febrero de 2009 sostiene que:
En el bicentenario del nacimiento de Charles Darwin, persisten dos mitos acerca de la evolución y de la selección natural.

MS (Michael Shermer).- El 2 de julio de 1866, Alfred Russel Wallace, el co-descubridor (¿?) de la selección natural, escribió a Charles Darwin lamentándose de cómo había sido “repetidamente golpeado por la absoluta falta de capacidad de numerosas personas inteligentes para ver claramente y de manera total el auto-funcionamiento y los necesarios efectos de la Nat Selection, de modo que me ha llevado a concluir que el término en sí, aunque usted lo ha ilustrado de manera clara y bella para muchos de nosotros, todavía no es la más conveniente para impresionar al público naturalista en general”. La fuente del malentendido, continúa Wallace, es el nombre en sí, que implica “la constante vigilancia de ‘alguien que escoge’ como la selección que hace el hombre con la cual usted tan a menudo la compara,” y entonces “pensamiento y dirección son esenciales para la acción de la ‘selección natural.’ ” Wallace sugiere corregir el término y adoptar la frase de Herbert Spencer la supervivencia de los más aptos.

La Evolución, el gran malentendido (NOTA 1)

Guillermo Agudelo Murguía
José Guillermo Alcalá Rivero

Hasta aquí he hablado como si las variaciones se debieran al azar.
Desde luego, ésta es una expresión completamente incorrecta, pero sirve para reconocer llanamente nuestra ignorancia de la causa de la variación. (Nuestro énfasis)(NOTA 2)
Charles Darwin

La teoría de Darwin desde su aparición se volvió un baluarte contra el creacionismo al grado que se transformó en un dogma tan rígido como el creacionismo mismo. Si surge una teoría diferente, el darwinista dirá si está de acuerdo conmigo, para que la estudio y si no está de acuerdo, para qué la leo. Nosotros con Máximo Sandín pensamos que la lucha para introducir un nuevo paradigma será larga y dura y el trabajo para elaborar la nueva biología que de éste se desprenda será arduo.

¿Es el darwinismo una religión?

Guillermo Agudelo Murguía
Instituto de Investigación sobre la Evolución Humana, A.C-

 

Del libro “Darwin, el sapo y la charca”. Abdalla, M. Agudelo, G, Sandín, M. Ediciones Crimentales, 2009, ISBN 978-84-935141-2-8

 

Introducción

Se discute la semejanza del “darwinismo” con las religiones,(NOTA 1) considerada la religión como una garantía (de salvación del mundo, como un mal en su totalidad, de vida o de muerte) sobrenatural en el sentido de que va más allá de los límites a los que pueden llegar los poderes del ser humano, y cuyo modo de acción es misterioso e inescrutable, lo que no implica que la garantía sea ofrecida por una divinidad y que por lo tanto sea necesaria una relación entre una divinidad y la religión. Existen religiones ateas, pero consideramos que el darwinismo no es precisamente una religión atea ya que la garantía la da el azar, el misterioso e inescrutable azar.