El Voyager ha detectado un nuevo tipo de estallido interestelar.
Según un estudio publicado la semana pasada en The Astronomical Journal, tanto el Voyager 1 como el 2 han registrado oleadas de electrones acelerados que no había predicho la física. Aunque fueron lanzados hace 40 años, las misiones Voyager siguen realizando descubrimientos y enviando la información a la Tierra desde el espacio interestelar, más allá de la heliosfera. Los Voyager ya se encuentran a más de 22 mil millones de kilómetros del sol, una distancia que la luz (en condiciones de vacío) recorre en más de 20 horas.
La mayoría de los astrofísicos esperaban comunicados más que aburridos de los Voyager una vez que salieron del Sistema Solar, pero ha resultado lo contrario. Estos estallidos de electrones, por primera vez reportados, son como una vanguardia acelerada que circula a lo largo de líneas magneticas en el medio interestelar; los electrones viajan a una velocidad cercana a la de la luz, unas 670 veces más veloces que las ondas de choque que los impulsaron desde el sol. La vanguardia de choque va seguida de oscilaciones de ondas de plasma provocadas por electrones de baja energía que alcanzan a Voyager días más tarde. Finalmente, semanas o en algunos casos hasta un mes después, los instrumentos de Voyager han registrado la llegada de las ondas de choque mismas.
Las ondas de choque emanan de eyecciones en la masa de la corona solar, expulsiones muy violentas de gas supercaliente y energía que escapan de sol a un millón y medio de kilómetros por hora. Un año más tarde, los rastros de alguna alcanzarán al Voyager. Don Gurnett, coautor del estudio y físico de la Universidad de Iowa, explica: “Lo que vemos aquí es cierto mecanismo mediante el cual, cuando el choque de onda entra por primera vez en contacto con las líneas del campo magnético interestelar que también cruza el Voyager, se reflejan y aceleran algunos de los electrones de los rayos cósmicos. Hemos por primera vez identificado estos electrones, reflejados y acelerados como un mecanismo en acción en nuestro sistema solar”.
Los investigadores suponen que esos electrones en el medio interestelar son reflejados desde un campo magnético potente en la orilla de la onda de choque y son a la vez acelerados por el movimiento de la misma. Los electrones, se puede decir, surfean a lo largo de las líneas de los campos magnéticos interestelares, viajando cada vez más rápido conforme se separan de la onda de choque. La idea de las ondas de choque como aceleradoras de partículas no es nueva: los vientos solares son bien conocidos dentro del sistema solar. Es su existencia en el medio interestelar, supuestamente árido, lo que despierta la curiosidad.
Paráfrasis: IIEH
Fuentes: Un modelo de prechoques para choques interestelares de origen solar, observaciones del Voyager 1 y 2
Las misiones Voyager detectan un nuevo tipo de estallido solar de electrones