¿Qué sucedió con el calentamiento global en Estados Unidos?
Por ELISABETH ROSENTHAL
The New York Times, 29 octubre 2011
En el 2008, tanto Barack Obama como John McCain, los candidatos demócrata y republicano a la Presidencia de Estados Unidos, advirtieron sobre el calentamiento global provocado por los humanos y apoyaron legislaciones para la reducción de emisiones. Tras resultar electo, el Presidente Obama prometió "un nuevo capítulo en el liderazgo de Estados Unidos sobre cambio climático" y llegó cual Caballería a la Conferencia de la ONU Sobre Cambio Climático del 2009, en Copenhague, para negociar un pacto internacional.
Sin embargo, dos años después, al tiempo que casi todas las demás naciones aceptan que el cambio climático es un problema apremiante, EU se ha vuelto agnóstico respecto al tema.
Mientras tanto, la Cámara de Representantes de Australia aprobó un impuesto al carbono a principios de octubre. En Europa, el sistema de intercambio de emisiones de carbono continúa su expansión anual. En el 2010, India aprobó un impuesto al carbono sobre el carbón. Incluso el plan quinquenal más reciente de China contiene un sistema piloto para el límite y comercio de emisiones, bajo el cual quienes contaminen pagan por un excedente de contaminación.
John Ashton, representante especial de Gran Bretaña para el cambio climático, dijo que "en Reino Unido y Europa, en la mayoría de los lugares a los que viajo" -pero no en EU- "el punto de partida para la conversación es que esto es real, que hay peligros evidentes, así que hay que damos prisa y responder".
Sin embargo, en EU, después de ver a los candidatos republicanos expresar su escepticismo sobre el calentamiento global a principios de septiembre, el ex Presidente Bill Clinton dijo con franqueza: "es decir, eso nos hace -ahora somos un hazmerreír, ¿cierto?".
Sin embargo, no son sólo los republicanos. El Presidente Obama ahora habla de "empleos ecológicos" principalmente como estrategia para mejorar la economía, no al planeta. No mencionó al clima en su informe presidencial más reciente.
Mientras tanto, su Administración lucha por que las aerolíneas estadounidenses queden exentas del nuevo plan de Europa de cobrarles por sus emisiones de dióxido de carbono. También se prepara para aprobar un oleoducto de casi 3 mil 200 kilómetros de longitud que transportará un tipo particular de petróleo, cuya extracción pondrá elevados niveles de emisiones en la atmósfera.
Los estadounidenses -quienes producen el doble de emisiones per cápita que los europeos- están, en muchas formas, programados para resistirse. Prefieren los automóviles y las casas más grandes. Y suelen desconfiar del tipo de intervención gubernamental de gran alcance que se necesita para hacerle frente a las crecientes emisiones de gases invernadero;
El número de estadounidenses que creen que el planeta está en proceso de calentarse descendió, al 59 por ciento el año pasado, del 79 por ciento en el 2006, de acuerdo con un sondeo del Centro de Investigación Pew.
En otros lugares del mundo, los conservadores, en lugar de plantear obstáculos, dirigen políticas climáticas agresivas. Antes de convertirse en la Comisaria de Acción para el Clima en la Comisión Europea, Connie Hedegaard era una política conservadora famosa en su nativa Dinamarca; en Gran Bretaña, un gobierno conservador de coalición aboga por un “Trato Verde”.
En EU, el ala derecha del Parlamento Republicano ha hecho que el escepticismo sobre el calentamiento global sea un requisito para sus candidatos, para formar una tríada improbable con las creencias antiaborto y a favor de los derechos para portar armas de fuego.
Mientras tanto, en el mundo en desarrollo, economías emergentes como India y China crean políticas climáticas agresivas. Sacudidos por dos años de condiciones climáticas adversas a las que tienen menos capacidad de manejar que las naciones más ricas -desde inundaciones en India hasta escasez de agua en China- los países en desarrollo se sienten vulnerables.
Los asesores científicos de Obama afirman que él y su Administración aún están comprometidos con hacerle frente al cambio climático y al calentamiento global. Sin embargo, Robert E. O'Connor, director de programa para ciencias de decisión, riesgo y administración en la Fundación Nacional de Ciencias de EU, en Washington, dijo que un líder más audaz enfatizaría los riesgos reales que, aparentemente, ahora le parecen lejanos a muchos estadounidenses. "Si es una cuestión tan importante, ¿por qué no habla al respecto?"