MENTIROSOS POR NATURALEZA
Rastrean las raíces del engaño
Según David Livingston Smith, quien ha estudiado a fondo el fenómeno de la mentira, nuestros cerebros evolucionaron para manejar el engaño como una herramienta de sobrevivencia, ningún humano es del todo honesto y el mentiroso más efectivo es el que se cree sus mentiras… ¿Le creemos?
Jesús Pacheco, reportero de El Ángel
Reforma, 11 de enero de 2009, México
La mayoría de las personas no está consciente de qué tan a menudo miente; sin embargo, la mentira forma parte de la política de la vida diaria y ha jugado un papel importante en la historia, asegura David Livingston Smith, director del Instituto para las Ciencias Cognitivas y la Psicología Evolutiva de la Universidad de Nueva Inglaterra, donde también enseña filosofía.
En entrevista, le pedimos que nos diga brevemente por qué mentimos, aunque sabemos que tiene un libro completo para responder a esa pregunta: Why We Lie: The Evolutionary Roots of Deception and the Unconscious Mind (St Martin's Press).
"Mentimos porque hacerlo benefició algunas veces a nuestros ancestros prehistóricos, y con frecuencia nos beneficia hoy", afirma Smith a manera de resumen de una idea que poco a poco irá desmenuzando en el resto e la entrevista.
Y entre los más capacitados hoy en día para mentir cita a los políticos, a quienes etiqueta como mentirosos profesionales. Además, sostiene que cualquier político que trate de ser sincero tendrá una carrera desastrosa.
"El engaño político es parte de la lógica de la democracia: cada político debe tratar de seducir al público. Por ello es sumamente importante que la prensa haga todo lo posible por exponer esas mentiras antes que consentir acríticamente a los políticos. Tenemos que hacerles tan difícil como sea posible que saquen provecho de nosotros", expresa
Smith es también autor de The Most Dangerous Animal: Human Nature and the Orígíns of War (St. Martin's Press), libro en el que continúa el estudio inclemente sobre la naturaleza humana iniciado con la investigación sobre la mentira, pero en esta entrega examina cómo el humano está programado biológicamente para pelear.
¿Por qué mentimos tanto?
La mayoría de la gente no está consciente de qué tan a menudo miente. Incluso te dirán que raras veces o nunca lo hacen. ¡Eso es porque se mienten a sí mismos sobre la mentira! Mentimos tan a menudo porque la mentira hace la vida más fácil. Como la mentira es un rasgo humano muy extendido, mentir muy poco pondría a una persona en desventaja competitiva Por otra parte, mentir demasiado es también desventajoso, porque impide que otros confíen en ti. Los mentirosos exitosos encuentran el justo equilibrio entre mentir mucho y muy poco.
¿Y por qué mentimos tan bien?
La mayoría de la gente no miente muy bien cuando está tratando de hacerlo; mentimos mejor cuando creemos nuestra propia mentira. Una persona que cree su propia mentira es mucho más convincente que alguien consciente de su propio engaño. Por ejemplo, un hombre que dice a una mujer que la ama para conseguir llevarla a la cama tendrá mayores probabilidades de éxito si se cree su propia historia. El autoengaño nos ayuda a mentir a otros con más eficacia.
¿Cómo están relacionados el engaño y la mentira?
Creo que es útil definir la mentira como cualquier forma de conducta que tenga el propósito de engañar a otros. Mentir puede ser un acto verbal o no verbal.
Usar cosméticos para falsear el aspecto de la cara de alguien, teñir el cabello para disfrazar el color verdadero, emplear fragancias artificiales, utilizar ropa para disfrazar el aspecto verdadero de nuestros cuerpos, cambiar nuestro aspecto con cirugía plástica son todas maneras de mentir.
Cuando te das cuenta de ello, entiendes que nuestras vidas están llenas de deshonestidad.
¿Y cómo están relacionados el engaño y la mentira con la política?
Los políticos son mentirosos profesionales. Para ser elegido, un político necesita hacerse atractivo para los votantes potenciales. El modo más efectivo para un político de hacerse atractivo a los votantes es mintiéndoles: diciéndoles lo que quieren oír. Te aseguro que cualquier político que trate de ser sincero tendrá una carrera desastrosa. El engaño político es parte de la lógica de la democracia: cada político debe tratar de seducir al público.
Por ello, es sumamente importante que la prensa haga todo lo posible por exponer esas mentiras, antes que consentir acríticamente a los políticos. Tenemos que hacerles tan difícil como sea posible que saquen provecho de nosotros.
A un nivel más personal, la mentira forma parte de la política de la vida diaria Los mentirosos expertos son más populares y exitosos que quienes mienten con menos eficacia.
Eso se debe a que los mentirosos expertos son más capaces de manipular las impresiones de la gente para su provecho.
A la mayoría de la gente no le gusta escuchar esto, porque quieren creer que la sociedad tiene un orden moral, en el que la bondad es premiada y la maldad es castigada
Pero eso es una mentira que nuestros padres y profesores nos dicen cuando somos jóvenes y lo creemos. Es un cuento de hadas.
Mentir está entre nuestros instintos más básicos, ¿por qué?
La naturaleza está llena de engaños: las plantas y los animales "se mienten" habitualmente unos a otros. Por ejemplo, las serpientes inofensivas simulan ser parte de especies venenosas para alejar a sus depredadores.
Hay plantas con flores que imitan el aspecto y el olor de avispas femeninas para atraer a los machos que son engañados en la polinización (doy muchos más ejemplos en mi libro Why We Lie).
En ambos casos, y muchos otros, un organismo manipula el comportamiento de otro mediante engaños. ¿Por qué sucede esto?
La biología evolutiva nos da una respuesta que considero correcta. En la naturaleza hay una feroz competencia por recursos limitados.
Aquellos individuos que sean capaces de utilizar el engaño para tomar ventaja probablemente sobrevivirán y pasarán esa capacidad de engañar a su descendencia, y aquella que no pueda engañar probablemente morirán antes incluso de que puedan dejar descendencia.
Creo que eso es lo que sucedió con la evolución humana. Los seres prehistóricos que fueron capaces de mentir de forma efectiva fueron más exitosos que aquellos incapaces de hacerlo. Los mentirosos prosperaron y hemos heredado su tendencia a engañar. Por ello somos mentirosos por naturaleza.
¿Dónde están las raíces de nuestro hábito de mentir?
Probablemente estén en nuestros genes. Mentir es un rasgo normal, previsible y probablemente necesario de los humanos.
¿Las mentiras nos protegen de algo?
Por supuesto. Algunas veces mentimos para protegemos. Por ejemplo, si fuiste infiel a tu esposa, podrías mentirle para impedirle que lo descubra, porque si lo averigua podría querer divorciarse de ti. Pero es un error pensar en mentir completamente en términos de protección de ti mismo.
Por lo general, mentimos para ganar algún tipo de ventaja ilegítima, y protegerse uno mismo es sólo un modo de hacer eso. Con frecuencia decimos que mentimos para protegernos porque suena moralmente más aceptable que decri que mentimos para aprovecharnos de los otros, aun cuando esto suena ser más exacto.
Si nuestros cerebros no hubieran evolucionado para lidiar con el engaño, ¿qué nos habría sucedido?
Hay una teoría muy interesante de que la inteligencia humana se desarrolló a partir de la necesidad de manejar las complejidades de la vida social.
La idea es que las danzas sociales enormemente complicadas necesarias para sobrevivir en sociedad –especialmente los sofisticados procesos mentales requeridos para mentir o detectar mentiras– fueron las fuerzas que hicieron que los seres humanos desarrollaran grandes cerebros y notable inteligencia.
Si esa teoría es correcta, entonces la tendencia a mentir ha sido una bendición, porque nos permitió desarrollar el poder cerebral de aprender una lengua, establecer civilizaciones, y desarrollar la ciencia, la tecnología, el arte y la filosofía.
Seguramente, la cultura como la conocemos sería imposible de no ser porque fuimos capaces de mentir todos los días.
Se dice que con la verdad podemos llegar lejos, y que la mentira tiene pies muy cortos, ¿es cierto eso?
No, es mentira Por desgracia, la mentira a menudo se extiende más rápidamente que la verdad.
Algunos especialistas creen que mentir es un componente esencial de nuestra inteligencia social, ¿qué opina?
Así es. Una persona incapaz de mentir sería, un marginado social. La mentira es una parte enorme de las habilidades sociales.
Por ello los padres enseñan a sus hijos cómo mentir. Desde luego, los padres afirman enseñarles a no mentir, pero eso es absurdo.
Simplemente nos mentimos a nosotros mismos sobre lo que hacemos. Decimos que enseñamos a nuestros niños a ser "corteses", "respetuosos", "diplomáticos", etcétera, pero esas son a menudo sólo palabras para ciertas formas de engaño social.
Se dice que la memoria relacionada con situaciones traumáticas nos hace mentir, ¿por qué sucede eso?
Hay algunas cosas sobre las que mentimos porque es doloroso hablar de ellas con sinceridad o porque son cosas que nos avergonzarían si los demás las descubrieran.
¿Hay lugares, países, climas en el planeta en los que la gente mienta más?
Tal vez. Creo que ciertas culturas exigen mucho más falta de honestidad que otras.
Por ejemplo, en Jamaica, donde nació mi esposa, se habla bastante directamente sobre cosas que en Norteamérica serían evitadas, disimuladas o encubiertas.
Obviamente, las culturas que exigen un alto nivel de conformidad social estimulan la falta de honradez más que aquellos que no lo hacen
Sin embargo, es importante recordar que la mentira es frecuente en todas las culturas, porque la tendencia a mentir está profundamente arraigada a la naturaleza humana.