El descubrimiento de planetas en otros sistemas estelares, llamados exoplanetas o planetas extrasolares, ya ocurre a menudo. Hasta la fecha, a fines de junio del 2012, se ha confirmado la existencia de 780 planetas y se considera la candidatura de unos dos mil más. Apenas la semana anterior, el satélite de la misión Kepler, de la NASA, descubrió dos planetas de características muy distintas con órbitas fijas extremadamente cercanas. El sistema fue llamado Kepler-36, está a 1,200 años luz y se trata de un caso nunca visto antes: un planeta de masa similar a la de la Tierra y otro cuya masa supera la de Neptuno, dos planetas a una distancia 30 veces menor que cualquier par de planetas en nuestro sistema solar. La tabla de planetas confirmados está en línea y es interactiva.
Desde que el telescopio espacial Kepler fuera lanzado por la NASA en marzo de 2009, el campo de estudio de exoplanetas ha explotado. A pesar de que la inmensa mayoría de planetas encontrados son gigantes gaseosos, la sonda fue construida para detectar planetas análogos a la Tierra, orbitando estrellas similares al Sol y en la “zona habitable” del sistema (de .75 a 3 unidades astronómicas, la distancia de Sol a Tierra). El descubrimiento de exoplanetas se realiza mediante el análisis del brillo de unas 150,000 estrellas que monitorea cada 30 minutos para detectar los cambios minúsculos que revelan el tránsito de un cuerpo planetario. Ya que las observaciones sólo se realizan en un plano, es posible extrapolar los datos para hacer un cálculo general del número de exoplanetas similares a la Tierra que cada estrella tiene (o no). La misión termina a finales de este año y ya hay más de 200 candidatos a planetas del tipo Tierra, aunque sólo uno ha sido confirmado: Kepler-22b.
Más allá del influjo gravitacional de una estrella, en una soledad completa, viajan los planetas interestelares, también conocidos como planetas vagabundos o errantes. Y si apenas hemos empezado a clasificar los planetas estelares (que son visibles precisamente gracias a sus estrellas), el tema de los planetas interestelares sigue siendo casi exclusivo de la ciencia ficción, aunque se cree que no sólo son reales sino quizás más abundantes que los exoplanetas. El único método que se usa actualmente para comprobar su existencia es por observación indirecta, mediante el efecto de microlente gravitacional. A diferencia de otros objetos que no forman parte de sistemas estelares, los planetas interestelares tienen una masa y un origen de índole planetaria: se formaron bajo el cobijo de una estrella y luego fueron expulsados.
Un equipo de científicos de la Universidad de Osaka, Japón, publicó en 2011 un estudio que emplea el fenómeno de microlente gravitacional para detectar la presencia de planetas interestelares en regiones con estrellas jóvenes. Los resultados revelaron objetos planetarios mayores a Júpiter libres de cualquier órbita; se especula que algunos pueden haber escapado de discos protoplanetarios. Otro grupo de investigadores, de la Universidad de Stanford (KAVLI), sugirió en febrero de 2012 que los planetas nómadas de cierto tamaño pueden tener una atmósfera lo suficientemente densa como para atrapar calor. Gracias a su atmósfera, actividad sísmica y volcánica, y radioactividad, estos planetas podrían sustentar vida bacteriana a pesar de su estado errante. Han considerado que el número de planetas interestelares en nuestra galaxia es, al menos, de 2 por cada estrella, pero a la luz del estudio aventuran que puede ser de hasta 100 mil por cada estrella.
Una relación más precisa de planetas tipo Tierra y de planetas interestelares tendrá que esperar a la siguiente generación de telescopios espaciales.
Autor: IIEH
Fuentes:
Artículo de Planetsave: Dos exoplanetas en órbitas vecinas (ENG)
Investigadores dicen que la galaxia puede estar colmada de planetas nómadas (ENG)
Artículo de Wikipedia sobre el satélite Kepler
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