El observatorio espacial Galaxy Evolution Explorer, de la NASA, y el telescopio Pan-STARRS 1 en la cima de Haleakala, en Hawaii, fueron los primeros en identificar el efecto destructivo que tuvo un agujero negro supermasivo sobre una estrella. La NASA incluso utilizó la inquietante (y etimológicamente conflictiva) palabra “homicidio” para describir el evento. Esta clase de agujeros negros pesan entre millones y miles de millones de veces más que el Sol y ocupan el centro de la mayor parte de las galaxias.
El observatorio espacial Galaxy Evolution Explorer, de la NASA, y el telescopio Pan-STARRS 1 en la cima de Haleakala, en Hawaii, fueron los primeros en identificar el efecto destructivo que tuvo un agujero negro supermasivo sobre una estrella. La NASA incluso utilizó la inquietante (y etimológicamente conflictiva) palabra “homicidio” para describir el evento. Esta clase de agujeros negros pesan entre millones y miles de millones de veces más que el Sol y ocupan el centro de la mayor parte de las galaxias.
El observatorio espacial Galaxy Evolution Explorer, de la NASA, y el telescopio Pan-STARRS 1 en la cima de Haleakala, en Hawaii, fueron los primeros en identificar el efecto destructivo que tuvo un agujero negro supermasivo sobre una estrella. La NASA incluso utilizó la inquietante (y etimológicamente conflictiva) palabra “homicidio” para describir el evento. Esta clase de agujeros negros pesan entre millones y miles de millones de veces más que el Sol y ocupan el centro de la mayor parte de las galaxias.
En este video podemos observar una simulación por computadora del fenómeno a través de 135 días. Nótese cómo hacia el doceavo día la estrella sufre una aceleración extraordinaria que la hace jirones. La gran mayoría del gas que observamos es helio, pues se sospecha que el hidrógeno ha sido arrancado ya en un paso anterior en su órbita exageradamente elíptica. Este tipo de eventos son poco frecuentes, ocurren con una periodicidad de alrededor de 100 mil años y duran unos pocos meses, así que fue necesario observar cientos de miles de galaxias durante más de un año para encontrar uno. El efecto es similar a la energía explosiva que libera una supernova aunque su duración fue mucho más larga. La medición de la luminosidad reveló que la masa de este agujero negro supermasivo, en una galaxia a 2,700 millones de años luz, es similar a la del agujero negro en el centro de la Vía Láctea.
Como se ve, la avanzada simulación por computadora hace que la imagen real parezca bastante rústica. De la misma forma, nuestra imaginación se queda corta si la comparamos con la violencia cósmica del evento real.
Autor: IIEH
Fuentes:
http://www.nasa.gov/mission_pages/galex/galex20120502.html