Buena parte de la hipótesis de la supersimetría se ha resequebrajado frente a un nuevo estudio publicado la semana pasado por el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) con resultados obtenidos en el Gran colisionador de Hadrones (LHC).
La supersimetría era uno de los candidatos más mencionados para explicar la materia oscura y, en la física de partículas, es parte fundamental de muchos modelos teóricos, como la teoría de las supercuerdas. El experimento del LHCb (detector de partículas especializado en el quark b o beauty) demostró que la desintegración o decaimiento de los mesones beta ocurre en una proporción mucho menor de lo que la supersimetría estipula y más en línea con los números del modelo estándar de la física. De acuerdo al model estándar, el decaimiento debe ocurrir alrededor de 1*10-9, mientras que el estudio encontró una cifra de 3*10-9. Un número muchísimo menor del que se esperaba para comprobar la veracidad de la supersimetría pero que concuerda con el modelo estándar. Simplificando aún más, las colisiones de ciertas partículas subatómicas que antes no se podían observar en detalle –pero que ahora son posibles gracias al LHC- siguen las predicciones del modelo estándar y no el de la supersimetría.
En conclusión, la supersimetría que conserva paridad-R (RP) está muerta. La supersimetría que rompe con la paridad-R (RPV) todavía se está analizando, pero cada vez se debe buscar en señales hadrónicas con más ruido y se están acabando las opciones. La mayoría de los físicos teóricos, sin importar lo que tengan invertido en la supersimetría, han empezado a pregonar la muerte de SUSY (Supersymetry).
Autor: IIEH