A unos 1600 km al este de Japón, parte de la meseta Shatsky en el océano Pacífico, se ha descubierto el volcán más extenso de nuestro planeta y uno de los más grandes en el sistema solar.
Tamu obtuvo su nombre de la abreviatura de Texas A&M University, donde estudiara William Sager, geólogo y director del proyecto que confirmó la existencia de este volcán como una sola entidad y no como un grupo de varias estructuras separadas. Tamu es un macizo (del francés massif) basáltico, una sección estructural de la corteza terrestre caracterizada por fallas o fisuras; tiene un área total de más de 260 mil km2 (un área similar a la de Japón o Gran Bretaña) y una extensión de 650 km de ancho, comparable al volcán más grande del sistema solar conocido: el Monte Olimpo, de Marte, que posee una extensión de 600 km pero una altura de 27 km sobre el datum marciano.
Los detalles del estudio aparecieron en la edición del 8 de septiembre de la revista Nature Geoscience. Las mediciones se realizaron mediante el análisis geoquímico de muestras de roca y el monitoreo de las reverberaciones de ondas sísmicas producidas por pistolas de aire dirigidas al fondo del mar en esa zona. El macizo de Tamu tiene una altura de 4.4 km, tuvo una existencia activa relativamente breve después de su formación hace 144.6 millones de años, cuando inmensas cantidades de lava de baja viscosidad se deslizaron cientos de kilómetros a su alrededor, hasta formar un volcán de escudo, constituido de basalto. La cima de Tamu se encuentra a casi exactamente 2 km bajo la superficie del océano Pacífico.
William Sager, que llevó a cabo su estudio a lo largo de 20 años, dijo sobre Tamu: “Su forma es diferente de los demás volcanes submarinos en la Tierra, es posible que nos dé pistas sobre cómo se formaron los megavolcanes. Una cantidad inmensa de magma salió de su centro y este magma debe haberse originado en el manto terrestre”. Quizás haya megavolcanes más grandes aún no descubiertos en nuestro planeta, hay relieves ígneos en la Tierra, como la meseta Ontong Java o los traps siberianos, que no han sido descritas con precisión; además, la mayor parte de las mesetas oceánicas son volcanes basálticos masivos.
Las laderas de Tamu son tan extensas y tienen tan poca inclinación que, de pararse allí, sería difícil determinar cuál es la dirección hacia la cima.
Autor: IIEH
Fuentes:
Un inmenso volcán de escudo en la meseta oceánica Shatsky Rise, oceáno Pacífico noroeste
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