Por primera vez, se ha creado un mapa de las reservas de agua almacenada bajo la superficie de nuestro planeta.
Un nuevo estudio ha determinado que menos del 6% del agua subterránea de la Tierra tiene un origen reciente. En otras palabras, el agua subterránea es un recurso no renovable. A pesar de la enormidad del número registrado, nada menos que 23 trillones de litros (23 millones de km cúbicos o el equivalente de una capa de 180 metros de profundidad alrededor el mundo), los investigadores encontraron que la gran mayoría del agua subterránea es antigua, o sea tiene allí miles o millones de años; está a profundidades inalcanzables o tiene una composición química que la hace inservible para el ser humano.
El estudio, conducido por Tom Gleeson, de la Universidad de Victoria, y publicado esta semana en Nature Geoscience, estableció la edad del agua almacenada mediante la medición de su nivel de tritio. El tritio, forma radioactiva del hidrógeno, fue introducido a nuestra atmósfera por primera vez en cantidades significativas debido a las reacciones nucleares de las bombas atómicas detonadas en los 40s y 50s. El agua subterránea moderna, entonces, es aquella cercana a la superficie, se filtra y establece dentro del periodo de una vida humana, en su mayoría es potable pero sólo consiste en una fracción reducida del total. El agua subterránea antigua es aquella cuyos niveles de tritio son insignificantes y, dada su edad, se halla a mayor profundidad y suele contener arsénico y niveles altos de salinidad.
Como se ve en el mapa, las regiones que poseen más agua subterránea moderna (en azul oscuro) son áreas montañosas o tropicales, como las Rocallosas o la cuenca del Amazonas. Las zonas con menos concentración de agua subterránea moderna (en azul claro) fueron detectadas en regiones áridas, como el desierto del Sahara y Australia central. Uno de los factores decisivos, sin embargo, es la diversidad de la distribución del agua subterránea moderna a lo largo del mundo. Algunos países sufrirán, sin duda, escasez mucho antes que otros; acaso un elemento más en los desplazamientos humanos masivos que se esperan en lo que resta de este siglo. Un simple balance numérico revela que estamos extrayendo agua subterránea a un ritmo mucho más acelerado de lo que se puede renovar en el transcurso de una vida humana. Los autores del estudio planean investigar el ritmo en que se están vaciando las reservas de agua subterránea moderna; será necesario también determinar el impacto del uso del agua subterránea en los sistemas fluviales, que podría influir de manera extraordinaria los ecosistemas de la superficie.
También hay buenas noticias. Ya que la disponibilidad de agua es una de los asuntos más apremiantes en varios países, investigadores de todo el mundo están buscando nuevas formas de tratar el agua salobre o contaminada. Un equipo del MIT publicó, también está semana pero en Environmental Science, una estrategia revolucionaria de desalinización basada en ondas de choque (shockwaves), que han llamado "electrodiálisis de shock". El agua fluye a través de un material poroso, en este caso partículas minúsculas de vidrio, con electrodos a ambos lados del material poroso; una corriente eléctrica fluye en el sistema y el agua salina se divide en dos regiones según su concentración de sal. Cuando la corriente alcanza cierto punto, genera una onda de choque entre las dos regiones y las divide mediante una barrera física simple, en agua pura y salada. La diferencia más importante con los métodos convencionales que existían hasta ahora: es un método poco costoso, requiere de poca infraestructura y puede ser usado en sistemas portátiles.
Autor: IIEH
Fuentes:
El volumen global y la distribución del agua moderna
El agua subterránea es, en su mayoría, no renovable
Nuevo estudio realiza mapa sobre el agua subterránea escondida de la Tierra
Una impresionante y nueva manera de extraer la sal