Microplásticos contaminan el agua potable de docenas de países y la sal de mar que se vende en varios continentes.
Varias pruebas, estudios y monitoreos recientes realizados a lo largo del mundo demuestran que diminutas fibras y otros microplásticos han impregnado el agua del grifo, nuestros alimentos y el aire que respiramos. ¿Cuáles son los resultados de la exposición a los microplásticos en nuestro ambiente a largo plazo? Nadie sabe.
Ya se conocía, desde hace varias décadas, que el mar está invadido de plástico en forma de basura que contamina todo el océano y causa la muerte de peces y mamíferos marinos. Pero la contaminación en tierra y mar a nivel microscópico no era evidente. Uno de los estudios recientes, por ejemplo, reveló que miles de millones de seres humanos consumen agua contaminada por microplásticos: se analizó el agua de grifo de docenas de países y el 83% de muestras fue positivo. El agua de Estados Unidos es la más contaminada del mundo, con un 94% de contaminación, en lugares que van desde parques públicos hasta Trump Tower. Líbano y la India le siguen en la lista.
Otro estudio, este realizado en Alemania, encontró microplásticos en cada una de las 24 marcas de cerveza que analizó. La ciudad de París comisionó un estudio que demostró que entre tres y diez toneladas de microfibras caen en la capital francesa cada año, y que también había cantidades importantes de partículas dentro de las casas de los parisinos. Varios estudios más, apenas publicados este año, encontraron microplásticos en las sales de mar comerciales en países como Estados Unidos, China, Francia y Australia.
Microfibras y microplásticos son usados en muchos artículos de uso diario, como jabón y pasta de dientes. En total, se ha calculado que 12.7 millones de toneladas de plásticos son desechadas en el mar cada año. El mayor contribuyente son las botellas de plástico. No hay una sola solución al problema, no es suficiente cambiar a sal minada en vez de sal de mar si a la vez tomamos un refresco embotellado. Estamos expuestos a la contaminación de microplásticos, dicen los investigadores, desde nuestra gestación hasta nuestra muerte. El plástico bisfenol A (BPA), por ejemplo, es detectable en la orina de 95% de los adultos estadounidenses.
Los microplásticos también nos afectan en un fenómeno de biomagnificación: las partículas son absorbidas por las mismas plantas y animales que constituyen nuestras principales fuentes alimenticias. Nuestros desechos entran en el desagüe produciendo una nueva contaminación de microplásticos cada vez más chicos, que tarde o temprano llegan al mar o al aire. Cuando las partículas alcanzan un rango nanométrico tienen la habilidad de penetrar las paredes celulares y bioacumularse con resultados desconocidos. Aunque las consecuencias de esta contaminación global de plásticos todavía no son claras, sabemos por pruebas hechas en alcantarillados que los microplásticos atraen patógenos microbianos.
Autor: IIEH
Fuentes:
Microplásticos en ambientes terrestres y marinos: Evaluación general
Partículas sintéticas contaminan cervezas alemanas
Resumen de contaminación de plásticos en París
Fibras plásticas halladas en el agua de grifo de todo el mundo
La presencia de microplásticos en sales comerciales de diferentes países