La extinción masiva más grande desde los dinosaurios y anterior al ser humano casi acabó con la población global de tiburones.
La extinción más célebre es la desaparición de los dinosaurios hace 63 millones de años. Un animal igualmente temible, sin embargo, casi siguió la misma suerte: el tiburón. Investigadoras del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de Harvard, dirigidas por Elizabeth Sibert, presentaron un estudio con evidencia de una hasta ahora desconicida extinción masiva en el Mioceno Superior. Al parecer, hace alrededor de 19 millones de años, los tiburones casi desaparecieron por completo de los océanos. Su número se redujo en más de 90% y su diversidad en más de 70%. Se trató de un evento, afirman las científicas, del que nunca se recuperaron por completo.
En la actualidad, el tan temido tiburón está en riesgo de extinguirse debido a presiones antropogénicas como la pesca y la contaminación de los mares. Es una relación desbalanceada. De hecho, es más probable que un ser humano muera por un accidente con fuegos artificiales o por ser fulminado por un rayo, que por un ataque de tiburón. Ahora, éstos son cada vez más escasos, pero no así hace 20 millones de años, como explica Sibert: “Había entre 10 y 50 veces más tiburones en mar abierto antes de esta extinción, y eran mucho más diversos, con una cantidad de especies mucho, mucho mayor”.
El registro de sedimentos en el fondo océanico le dio al equipo de Sibert las pistas necesarias. Normalmente, es una tarea ardua procurarse sedimentos del fondo marino, donde la profundidad puede alcanzar longitudes superiores a la altura del Everest. La técnica que desarrollaron las investigadoras fue crucial: la recolección de dentículas, partículas obtenidas de piel fosilizada de tiburones y extraída mediante taladros de mar profundo. “Las dentículas termales nos ofrecen una ventana increíble al pasado de estos antiguos y elusivos depredadores marinos y, es más, al estado general de los ecosistemas océanicos a través de los tiempos”, afirma Leah Rubin, coautora del estudio.
La otra aportación importante de este estudio, además de su hallazgo principal, es el empleo de escamas fosilizadas, la piel del tiburón, en vez de los más típicos fósiles comparados hasta ahora: los dientes legendarios de escuálido. Mediante el análisis de la piel, las investigadores descubrieron especies extintas de tiburón con patrones geométricos únicos nunca antes vistos. Al parecer, estas especies fueron más afectadas por las extinciones que las especies con patrones lineales o con piel lisa.
La siguiente etapa del estudio será averiguar la razón de dicha extinción masiva. Por lo pronto, han descartado dos opciones: es muy poco probable, dadas las circunstancias conocidas, que se haya debido a cambio climático o a depredadores mayores que los tiburones. Lo que sucedió después es que los tiburones perdieron buena parte de su nicho como depredadores alfa y tuvieron que compartirlo con ciertos cetáceos, como las ballenas barbadas.
Paráfrasis: IIEH
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