Según un estudio publicado a finales de mayo en la revista Nature, paleoantropólogos de la Universidad de Burdeos encontraron dos círculos de piedra muy profundo dentro de la cueva de Bruniquel, en Toulouse, Francia.
Sabemos muy poco de las culturas neandertales, sobre todo de las más antiguas. No se ha encontrado gran cosa, aparte de herramientas líticas y de hueso, algunos restos de pigmentos como el ocre, sitios funerarios y otros pocos artefactos. Por eso resulta más sorprendente el hallazgo de dos edificaciones circulares a 336 metros de la entrada de una cueva en el suroeste de Francia. Las ruinas anulares, construidas con estalagmitas rotas de la misma cueva, presentan una geometría regular y han sido datadas (mediante la datación fiable de series de uranio) de hace 176,500 años. El Homo sapiens aún no salía de África y los neandertales, descendientes del Homo heidelbergensis eran los únicos primates del género Homo que habitaban en esa región de Europa.
El hallazgo se trata de la primera edificación humana conocida hasta la fecha y el lugar donde fue realizada resulta muy peculiar. Pocos mamíferos, aparte del oso gigante de las cavernas y los murciélagos, se aventuran tan profundo en sistemas espeleológicos. Los investigadores, dirigidos por Jaques Jaubert, encontraron más de 400 estalagmitas de tamaño similar (alrededor de 30 cm de longitud) apiladas para formar las paredes de las dos estructuras circulares, como se aprecia en la imagen, una reconstrucción en 3D. El círculo más pequeño tiene 2.2 m de diámetro, mientras que el círculo mayor mide 6.7 por 4.5 metros. Encima de las paredes se encontraron evidencias de una multitud de hogueras. El equipo de Jaubert confirmó, mediante un análisis químico de los círculos, que encima de las paredes se prendieron hogueras; además, dentro de los anillos se encontraron restos de huesos calcinados. Por ahora se desconoce la función o el propósito que tuvieron estas construcciones.
“Esto es, sin lugar a dudas”, aclaró Jaubert, “un trabajo colectivo que requirió un mínimo de coordinación social. Esta labor fue un proyecto que, probablemente, fue discutido entre varios neandertales. Requirió también de trabajo organizado y la asignación de tareas: algunos cargarían las antorchas, otros movieron y trasportaron materiales, otros más las colocaron en una configuración específica”.
El hecho de que se hayan descubierto estos restos de una construcción dentro de una cueva no califica a sus creadores de “cavernícolas”. Debemos recordar que los neandertales pasaban la mayoría de su tiempo al aire libre: sus edificios afuera debieron haber sido de madera, hueso de mamut y otros materiales que no se conservan durante miles de años bajo el desgaste continuo de los elementos. Una cueva seca así de profunda provee las condiciones óptimas para la conservación de pinturas, artefactos o, en este caso, edificaciones. Es más, es probable que nuestro concepto de que los grupos humanos arcaicos eran cavernícolas esté completamente equivocado por esta misma razón. Quizá las cuevas fueron utilizadas por grupos menos avanzados o para sobrevivir los inviernos más crudos.
Los neandertales, al menos algunos de sus grupos, ya se caracterizaban por su comportamiento humano, simbólico y social, realizando construcciones y dibujando animales, incluso antes de que el ser humano moderno se configurara como tal. La región donde habitaron los neandertales, sin embargo, sufrió profundos cambios climáticos que lo forzaron a continuar el nomadismo durante decenas de miles de años, en condiciones precarias. Los sapiens tuvieron más periodos, más largos, de estabilidad climática durante los cuales pudieron desarrollar su tecnología. Hasta, claro, el periodo actual del Holoceno, donde se mantuvo, hasta hace un par de siglos, una temperatura global promedio con variabilidad de +- 1 grado centígrado. Un periodo excepcional para la adopción y el desarrollo de la agricultura.
Autor: IIEH
Fuentes:
Construcciones neandertales tempranas en las profundidades de la cueva Bruniquel
Los neandertales construyeron anillos misteriosos en una cueva hace 175 mil años
Descubrimiento en cueva francesa nos ofrece nuevos detalles sobre los neandertales