El campo de los materiales que repelen la sangre, para su uso en implantes médicos, sigue avanzando.
El Laboratorio de Ingeniería Biomédica y la Escuela de Ciencia de Materiales de la Universidad de Colorado han elaborado un nuevo material superhemofóbico, es decir que repele casi totalmente la sangre. La superficie, basada en titanio, será utilizada en trasplantes y en dispositivos médicos como catéteres para evitar que sean rechazados por el sistema inmune del paciente. El titanio ya tiene muchas aplicaciones médicas, gracias a su biocompatibilidad, como implantes dentales y ortopédicos, donde puede ser parte del fenómeno de oseointegración. El material desarrollado en Colorado, sin embargo, va un paso más allá al ser superomnifóbico, láminas de nanotubos fluorados de titanio que impiden el contacto de la sangre y cualquier otro líquido.
El trabajo, publicado recientemente por Advanced Healthcare Materials, es producto de la labor conjunta de dos expertos: Arun Kota, del nuevo campo de materiales superomnifóbicos; y Ketul Popat, innovador en el campo de ingeniería de tejidos y materiales biocompatibles. Normalmente, un material fóbico que repele la sangre puede resultar contradictorio para la biocompatibilidad, que por lo común se refiere a materiales fílicos. La innovación principal de este nuevo material es un grado extremo de hemofobia. Explica Kota: “Desarrollamos un material que repele tanto la sangre hasta ser compatible; la sangre queda engañada y ni siquiera sabe que ahí hay un objeto ajeno al cuerpo”. Así, se evitan los tradicionales problemas de coagulación y rechazo.
El nuevo material, por naturaleza, también reduce el riesgo de infecciones. La ausencia de agentes biológicos previene la colonización por bacterias. Los experimentos con la barrera superominfóbica dieron resultados muy satisfactorios: niveles extremadamente bajos de adhesión de plaquetas, un proceso biológico que causa coagulación de sangre y el rechazo del implante. Como parte del estudio, también, los autores analizaron diferentes superficies de titanio, con diferentes texturas y tratamientos químicos, y concluyeron que la superficie de nanotubos tratada con flúor era la más eficiente.
La siguiente etapa del proyecto será el desarrollo de dispositivos médicos simples para ponerlos a prueba. Para empezar, han sugerido la producción de stents (cánulas para abrir venas obstruidas) y catéteres que aliviarían los problemas de un sinnúmero de enfermedades cardiovasculares.
Autor: IIEH
Fuentes:
Hemocompatibilidad de superficies superhemofóbicas de titanio