Sociedades complejas(NOTA 1)

Dr. Germinal Cocho(NOTA 2)

[Agradecemos a los doctores Enrique Ruelas y Ricardo Mansillas, coordinadores del libro, así como al Dr. Javier Rosado Muñoz y al autor del artículo la autorización para su publicación.]

Fenómenos críticos y evolución al borde del caos
En el momento presente, estamos transitando por un periodo de crisis, que afecta muchos de los ámbitos sociales; sin embargo, este fenómeno se ha presentado en varias épocas de la sociedad.
Si nos remontamos a los ideogramas chinos, "crisis" tiene el doble sentido de peligro y oportunidad. Si interpretamos el peligro como inestabilidad y la oportunidad como un logro sin costo (por ejemplo de energía) tenemos precisamente las condiciones de un punto crítico, como los estudiados en la física al examinar las transiciones de fase (por ejemplo, la transición de líquido a gas). Se trata de fenómenos colectivos de muchos componentes fuertemente ínteractuantes y con correlaciones en todas las escalas. Si calentamos un trozo de hielo éste empezará a fundirse y se transformara en agua líquida, y si lo seguimos calentando se transformara en vapor; si enfriamos ese vapor, empezará a condensarse en agua líquida, y si continuamos enfriándolo, se congelara y se convertirá en hielo. En este ejemplo mostraremos qué características tienen esos cambios de fase.(NOTA 3) Explicaremos una de ellas con el ejemplo del imán: si calentáramos un imán, al llegar a cierta temperatura desaparecería su imantación. No es necesario que se funda el hierro para que se pierdan sus cualidades magnéticas, porque esto ocurre al desaparecer el modo ordenado en que están los átomos en el metal, que es lo que determina las cualidades de atracción del imán. Antes de llegar a la temperatura en que este ordenamiento desaparece, islotes del metal se desordenan y vuelven a ordenarse; estos islotes se vuelven cada vez mayores, hasta que uno de ellos desordena completamente el metal. Lo mismo es válido en la otra dirección: si se tiene un hierro caliente y en presencia de un campo magnético débil bajamos la temperatura, empiezan a aparecer y desaparecer islotes de material imantado hasta que uno de ellos ordena el metal. O sea que una característica fundamental en estos fenómenos de transición son las llamadas fluctuaciones y los mecanismos de amplificación de éstas. De modo similar, en la transición del agua líquida a vapor, si calentamos el agua, cuyas moléculas se encuentran entre sí a distancias fijas, en un estado ordenado, entonces empezarán a formarse burbujas de vapor desordenado, ya que la distancia entre las moléculas es variable, aparecen y desaparecen, hasta que al llegar a la temperatura de transición de 100º C una de las burbujas de vapor se amplifica y todo el agua se convierte en vapor.
Normalmente, lejos de las condiciones en que tienen lugar estos cambios de fase, siempre hay fluctuaciones, islotes que aparecen y desaparecen y al acercarnos a las condiciones en que tiene lugar el cambio, estas fluctuaciones se hacen mayores hasta que una de ellas, en vez de desaparecer, reordena el material. Al tener lugar este cambio, no sólo las relaciones entre átomos cercanos (conocidas como correlaciones de corto alcance) sino también las relaciones entre átomos lejanos (correlaciones de largo alcance) son importantes para que todo el material cambie de estado. Una interacción fuerte de corto alcance produce, así, un comportamiento colectivo con correlaciones en todas las distancias. Como vimos un poco antes del cambio de fase, los fenómenos se presentan en lo que conocemos como borde del caos.
Debemos mencionar dos conceptos fundamentales en las transiciones de fase: los parámetros de orden y los parámetros de control.
Los parámetros de orden son aquellos que describen propiedades importantes del sistema en cuestión y que cambian drásticamente en el punto crítico. Volviendo al ejemplo de la transición ferromagnética, el parámetro de orden es la magnetización, es decir, el porcentaje de regiones del sistema que están ordenadas, magnetizadas. En el caso de la transición de líquido a vapor el parámetro de orden es el porcentaje de "gotitas de líquido". En la fase líquida es de casi 100 %, disminuye rápidamente al acercarse al punto crítico y es casi nulo en la fase de vapor.
Los parámetros de control son aquellos cuya variación da lugar a la transición de fase. En los dos casos que hemos considerado, el parámetro de control es la temperatura. En el caso de la transición de agua líquida a vapor, si aumentamos la temperatura del agua, por debajo de 100º C, se tiene agua líquida, pero al llegar a los 100º C, en un intervalo muy pequeño de temperatura, el agua se transforma en vapor. La temperatura en que este fenómeno se presenta se denomina temperatura crítica, y se dice que el sistema está en el punto crítico. En el caso del ferromagneto, de nuevo el parámetro de control es la temperatura, y en la temperatura crítica el sistema pasa de una magnetización muy grande a una muy pequeña. ¿Qué quiere decir esto? Que es la temperatura la que tiene el papel de afectar a dos sistemas distintos, uno es el hierro y el otro es el agua.
En los dos casos que hemos discutido es claro ver cuáles son los parámetros de orden y control, ya que los dos sistemas son relativamente simples, pero en los sistemas complejos puede haber más de uno de estos parámetros y suele ser difícil encontrar los parámetros pertinentes. En el caso de los sistemas complejos, el encontrar dichos parámetros puede ser una mezcla de ciencia, arte y suerte. Una característica de los sistemas en el punto crítico es que siendo diferentes microscópicamente (por ejemplo el agua y los ferromagnetos), se comportan cualitativa y cuantitativamente de modo igual una vez que se identifican los parámetros de orden relevantes. Es decir, tienen un comportamiento genérico, y la generalidad es una propiedad de los sistemas en el punto crítico. Muchos sistemas muestran que basta cambiar monotónicamente el parámetro de control para que se dé una cascada de cambios de fase. Por ejemplo, en el caso del agua se tiene vapor por encima de 100º C, y un poco por debajo, agua líquida; si seguimos disminuyendo la temperatura, al llegar a 0º C el agua se congela y se transforma en hielo, y si la temperatura sigue disminuyendo, el hielo "normal" se transforma sucesivamente en otras clases de hielo (agua sólida). Otra característica básica de las transiciones de fase es que ocurren cuando existe un conflicto entre fuerzas o factores dinámicos. En los dos ejemplos que hemos discutido, los factores dinámicos en conflicto son la energía interna y la entropía. La energía interna está dominada por la atracción entre las moléculas de agua; y en el caso del imán, por la atracción de los átomos de hierro; esas condiciones tienden a ordenar los componentes, mientras que la entropía, relacionada a la agitación térmica, tiende a desordenar el sistema. Por debajo de la temperatura crítica domina la energía interna y el sistema se ordena, mientras que por encima de esa temperatura domina la entropía y el sistema se desordena. En el punto crítico, en que el valor de la energía interna y la contribución energética de la entropía son iguales, basta una fluctuación infinitesimal de la agitación térmica para que se tengan cambios de fase microscópicos, como es el caso, en que las gotitas de agua se transforman en burbujas de vapor y viceversa. Vemos que en los valores críticos de los parámetros de control sin gasto energético, el sistema fluctúa a nivel microscópico entre diversos estados. La presencia de fluctuaciones de todos los tamaños y escalas es un aspecto fundamental de los sistemas en el punto crítico.
En los sistemas complejos pueden coexistir varios estados, teniéndose fluctuaciones de diversos tipos. En el caso del agua, si aumentamos monotónicamente la temperatura antes de llegar a los 100º C tendremos burbujas pequeñas de vapor (lo que podríamos llamar fluctuaciones anterógradas), y después de esa temperatura tendremos vapor con pequeñas burbujas de éste (lo que podríamos denominar fluctuaciones retrógradas). En el caso de los sistemas complejos, estas fluctuaciones anterógradas y retrógradas pueden ser de varios tipos.
Hemos tomado como modelo dos sistemas físicos, pero se puede tener un comportamiento similar en los sistemas biológicos y sociales. Un rasgo interesante de la fisicoquímica de la dinámica de los polímeros biológicos, tales como las proteínas y los ácidos nucleicos, es que, a temperatura ambiental y en solución acuosa, la contribución energética de la entropía casi cancela la de la energía interna, porque están en las condiciones características de una zona crítica (fluctuaciones con bajo costo energético) que permite flexibilidad y facilidad de asociación y disociación. Al constreñir el polímero en la superficie de una enzima, en procesos como la replicación, la reducción dimensional disminuye la contribución entrópica, y la energía interna de enlace se vuelve dominante, por lo que los procesos de apareamiento se vuelven más precisos. Es importante señalar que en este caso, al presentarse las restricciones espaciales ocurre una mejora de los aspectos funcionales, es decir, la sola disminución del polímero en la superficie, tiene como resultado que el proceso de apareamiento se dé con mayor facilidad.
Presentaremos a continuación otros ejemplos de transiciones de fase. Tomaremos como ejemplo los patrones de color en la piel de algunos animales. Se tienen modelos dinámicos discretos, es decir, con presentación periódica variable, y continuos, con presentación periódica continua, que modelan la dinámica de aparición de estos patrones de color. En ambos casos el mecanismo principal es el de una competencia, conflicto entre la estimulación de corto alcance y la inhibición de largo alcance. En el caso de los modelos continuos de reacción difusión este conflicto se da entre morfógenos estimuladores y morfógenos inhibidores; mientras que en los modelos discretos, el conflicto se presenta entre la estimulación debida a las interacciones de corto alcance entre las células y la inhibición asociada a los mecanismos de control de tamaño de la morfogénesis.
Otro ejemplo es el comportamiento colectivo de las hormigas. En este caso el conflicto se da entre el comportamiento azaroso o caótico de las hormigas cuando están aisladas y la sincronización que se presenta asociada a su interacción.
Ejemplos adicionales se tienen en la evolución de la ciencia, en particular de las llamadas revoluciones científicas y en el comportamiento de colectivos humanos. Ambos casos se discuten con cierta amplitud en otras secciones.
Hemos presentado las transiciones de fase en las que se muestra que un pequeño cambio del parámetro de control en la vecindad del punto crítico implica cambios grandes en el parámetro de orden. En la historia evolutiva de los organismos biológicos y de las organizaciones sociales se tienen periodos de cambio lento y otros de cambios muy rápidos en los que pueden darse transformaciones cualitativas importantes. Éstas recuerdan las transiciones de fase y se sugiere que cuando tienen lugar esas "revoluciones" biológicas o sociales se ha roto la dominancia y luego el equilibrio de factores en conflicto, lo que podría tener similitudes importantes con los cambios de fase en sistemas físicos. De ser esto cierto, esperaríamos que aspectos fenomenológicos de lo que sucede en sistemas físicos tuviesen su contrapartida en las revoluciones sociales.
Bordes de caos, algunos ejemplos
Los huesos. Podemos recordar que algo similar ocurre en los sistemas del cuerpo humano, aunque en este caso se trata de un sistema muy complejo; podemos ejercer presión cada vez con mayor intensidad en un hueso, llegado a un punto critico éste se fracturará (cambio de fase).
La piel. Al ejercer presión sobre la piel con un alfiler en un principio se sentirá sólo eso, pero puede llegar el momento en el que la sensación dé paso al dolor (cambio de fase).

 

Khun y las revoluciones científicas y sociales
Thomas Khun considera que los paradigmas corresponden a revoluciones científicas universalmente reconocidas, y que durante cierto tiempo proporcionan modelos de problemas y de soluciones a una comunidad científica. Algunos párrafos que tomamos de su libro(NOTA 4) muestran aspectos básicos de sus planteamientos:
Época preparadigmática: Las primeras etapas de desarrollo de la mayor parte de las ciencias se han caracterizado por una competencia continua entre una serie de concepciones distintas de la naturaleza, cada una de las cuales se derivaba parcialmente de la observación y del método científico; hasta cierto punto, todas eran compatibles con él. Lo que diferenciaba a esas escuelas no era uno u otro error de método –todos eran "científicos"– sino lo que se podría denominar sus modos inconmensurables de ver el mundo y de practicar las ciencias en él.
La ciencia normal consiste en la ampliación del conocimiento de aquellos hechos en que el paradigma se muestra como particularmente revelador, aumentando la extensión del acoplamiento entre esos hechos y las predicciones del paradigma.
El periodo anterior al paradigma suele estar marcado regularmente por debates frecuentes y profundos sobre métodos, problemas y normas de soluciones. Se producen poco antes de que aparezcan las revoluciones científicas.
Es sobre todo en los periodos de crisis reconocida cuando los científicos se dirigen hacia el análisis filosófico como instrumento para resolver los enigmas de su campo.
Al enfrentarse a anomalías o crisis, los científicos adoptan una actitud diferente hacia los paradigmas existentes y, en consecuencia, su actitud cambia. La proliferación de articulaciones en competencia, la disposición para ensayarlo todo, la expresión del descontento explícito, el recurso a la filosofía y el debate sobre los fundamentos son síntomas de una transición de la investigación normal a la investigación no ordinaria.
Revoluciones políticas y científicas. Las revoluciones políticas se inician por un sentimiento cada vez mayor, restringido frecuentemente a una fracción de la comunidad política, de que las instituciones existentes han cesado de satisfacer adecuadamente los problemas planteados por el medio ambiente que en parte han contribuido a crear.
De manera muy similar, las revoluciones científicas se inician con un sentimiento creciente, también a menudo restringido a una subdivisión de la comunidad científica, de que un paradigma existente ha dejado de funcionar adecuadamente en la exploración de un aspecto de la naturaleza hacia el cual había mostrado previamente el camino.
Las revoluciones políticas tienden a cambiar las instituciones políticas utilizando modos que esas mismas instituciones prohíben. Por consiguiente, su éxito exige el abandono parcial de una serie de instituciones en favor de otra y, mientras tanto, la sociedad no es gobernada completamente por ninguna institución. En números crecientes, los individuos se alejan cada vez más de la vida política y se comportan de manera cada vez más excéntrica en su interior. Luego, al hacerse más profunda la crisis, muchos de esos individuos se comprometen con alguna proposición concreta para la reconstrucción de la sociedad en una nueva estructura institucional.
En este punto, la sociedad se divide en campos o partidos enfrentados, uno de los cuales trata de defender el cuadro de las instituciones antiguas, mientras que los otros tratan de establecer otras nuevas. Y una vez que ha tenido lugar esta polarización, el recurso político fracasa. Debido a que tienen diferencias respecto a la matriz institucional dentro de la cual debe tener lugar y evaluarse el cambio político, puesto que no reconocen ninguna estructura suprainstitucional para dirimir sus discrepancias, las partes de un conflicto revolucionario deben recurrir a las técnicas de persuasión de las masas, incluyendo frecuentemente el uso de la fuerza.
El estudio histórico del cambio de paradigmas revela características muy similares en la evolución de las ciencias. Como en la elección entre las instituciones políticas que compiten entre sí, la elección entre paradigmas en competencia resulta una elección entre modos incompatibles de vida de la comunidad. Debido a que tiene ese carácter, la elección no está ni puede ser determinada por los procedimientos de evaluación característicos de la ciencia normal, pues estos dependen de un paradigma en particular, el cual está siendo sometido a discusión.
Pero los cambios de este tipo nunca son totales. Sea lo que fuere lo que pueda ver el científico, después de una revolución está mirando el mismo mundo. Además, aún cuando haya podido emplearlos antes de manera diferente, gran parte de su vocabulario e instrumentos de laboratorio serán todavía los mismos.
Aunque las crisis prolongadas probablemente se reflejan en prácticas menos rígidas de educación, la preparación científica no está bien diseñada para producir el ser humano que pueda descubrir con facilidad  un enfoque original. Pero en tanto haya alguien que se presente con un nuevo candidato a paradigma –habitualmente una persona joven o un novato en el campo– la perdida de la rigidez corresponderá sólo al individuo.
Los planteamientos de Khun sobre las revoluciones científicas, tienen muchos rasgos en común con los cambios de fase debidos a la amplificación de las fluctuaciones mencionadas anteriormente. Tanto en las revoluciones científicas como en las sociales se presentan “fluctuaciones retrógradas" en que aparecen estructuras y puntos de vista del pasado y “fluctuaciones anterógradas" en que transitoriamente aparecen estructuras y puntos de vista que luego desaparecen, pero que pueden ser dominantes en revoluciones futuras.

 


Cambio rápido y obsolescencia

Una característica del mundo actual es el cambio rápido en la mayor parte de sus aspectos y la rápida obsolescencia de la información. La concepción de los cambios válidos y su velocidad han cambiado a lo largo de la historia. En lo referente a Europa, citando a Wallerstein:(NOTA 5)


Antes de la Revolución Francesa, un aspecto fundamental era la normalidad de la estabilidad política. La soberanía residía en el gobernante y sus derechos, derivados de un conjunto de reglas respecto a la adquisición del poder, usualmente por herencia. El cambio político era excepcional, justificable sólo excepcionalmente, y cuando ocurría no se pensaba que sentase un precedente para cambios posteriores. Después de 1848, todos los tipos de cambio, incluyendo cambios políticos, se consideraron “normales”. Durante el periodo de 1769 a 1848 tuvo lugar una evolución de las posiciones conservadoras hacia lo que se podría considerar la posición conservadora dominante en los últimos 150 años: El cambio "normal“ debe ser tan lento como sea posible y debe ser promovido sólo cuando esté cuidadosamente justificado como necesario para prevenir una rotura mayor del orden social. El liberalismo fue la respuesta ideológica al conservacionismo. La distinción esencial entre liberalismo y socialismo no es sobre la deseabilidad y aún sobre la inevitabilidad del cambio (o progreso). Esta visión del cambio formaba su tronco común. La diferencia más que ideológica era política.
Los liberales creían que el curso del mejoramiento social era, debía ser, uniforme, basado en una valoración racional de los problemas existentes, realizada por especialistas y una labor continua consciente de los líderes políticos a la luz de tal valoración, con el fin de introducir reformas sociales inteligentes.
Los socialistas eran escépticos respecto a la posibilidad de que los reformistas pudieran llevar a cabo cambios significativos a través de inteligencia y buena voluntad, y casi sólo con el apoyo de ellos mismos. Los socialistas querían ir más rápido y argüían que sin una presión popular considerable el proceso no daría lugar a progreso. El progreso era inevitable sólo porque la presión popular era inevitable, y sin esta presión popular los especialistas se verían impotentes.
Estamos en un mundo en cambio rápido, quizás en lo que podríamos llamar en una "revolución permanente". Siguiendo con Wallerstein:
Hemos entrado en una nueva era en términos de mentalidades. Por un lado, tenemos una llamada apasionada por la democracia. Sin embargo, esta llamada no es del cumplimiento del liberalismo sino de su rechazo. Es la afirmación de que el sistema mundial actual no es democrático, ya que no se comparte por igual el bienestar económico debido a que el poder político no está igualmente distribuido. La desintegración social, y no un progreso sistemático, es lo normal en el momento actual, y cuando hay desintegración social la gente busca protección.
En el pasado la gente vio al Estado como fuente de cambio seguro, pero ahora se dirigen a solidaridades de grupo (de todo tipo de grupos) en busca de protección. Esto es un juego diferente, y no es seguro cómo se jugará este juego en los próximos cincuenta años, pues, por un lado, no sabemos cómo trabaja tal sistema y, por otro, las fluctuaciones de un sistema mundial en desintegración son muy grandes.
Navegaremos mal durante el periodo que se avecina si no somos conscientes de que ninguna de las ideologías, (agendas para la acción política) que han gobernado nuestras acciones durante los últimos doscientos años han sido completamente útiles. Sin embargo, no podemos desecharlas radicalmente pues nos serán muy provechosas en el futuro. Hay que tener en cuenta que el desorden que parece avecinarse no es necesariamente peor (o mejor) que el orden. Sin embargo, requiere un modo diferente de acción y reacción.(NOTA 6)
Frente al cambio rápido, frente a esta revolución permanente, se tiene el problema de la obsolescencia del conocimiento. En su libro Instrumental para o pensamento,(NOTA 7) Waddington propone lo siguiente:
Sería optimista pensar que alguien sepa realmente lidiar con esta situación, la solución será probablemente alguna mezcla de:
a. Enseñanza de principios generales que se volverán anticuados de un modo más lento,
b. Métodos de enseñanza para buscar rápidamente y en una zona amplia la información fáctica actualizada que colocará cama sobre estos huesos cuando sea necesario aplicar,
c. Métodos de enseñanza para clasificar la información en una jerarquía de categorías, de modo que los ítems relevantes a un contexto particular puedan ser filtrados rápidamente,
d. Inducir motivaciones para continuar la autoeducación después de haber terminado el periodo de educación formal. Sin embargo, queda por estudiar lo que sería exactamente esta mezcla y cómo se alcanzarían estos propósitos.
Por otro lado, frente a un mundo en crisis y con poca predictibilidad cabe mencionar el párrafo final del libro Caníbales y Reyes de Marvin Harris:(NOTA 8)
Puesto que los cambios evolutivos no son plenamente predecibles, es obvio que en el mundo cabe lo que llamamos libre voluntad. Cada decisión individual de aceptar, resistir o cambiar el orden actual altera la probabilidad de que se produzca un resultado evolutivo específico.
En tanto que el curso de la evolución cultural nunca está libre de la influencia sistemática, probablemente algunos momentos son más "abiertos" que otros. Considero que los momentos más abiertos son aquellos en los que un modo de producción alcanza sus límites de crecimiento y pronto debe adoptarse un nuevo modo de producción.
Estamos avanzando rápidamente hacia uno de esos momentos de apertura. Cuando lo hayamos atravesado, y sólo entonces, al mirar hacia atrás, sabremos por qué los seres humanos eligieron una opción y no otra.
Entretanto, la gente que tiene un profundo compromiso personal con una determinada visión del futuro está plenamente justificada en la lucha por sus objetivos, aunque hoy los resultados parezcan remotos e improbables.

En la vida, como en cualquier partida cuyo resultado depende tanto de la suerte como de la habilidad, la respuesta racional en caso de desventaja consiste en luchar con más vehemencia.

 

Comunidades de práctica

Las comunidades de práctica son redes informales que coexisten con la estructura formal de las organizaciones y sirven para propósitos tales como: resolver conflictos entre las metas de la institución a la que pertenecen, resolver problemas de modo más eficiente y ayudar a alcanzar los objetivos de sus miembros.
A pesar de la falta de reconocimiento oficial, estas redes informales pueden dar lugar a modos efectivos de aprendizaje, proporcionando un sentido de pertenencia y, con los incentivos adecuados, aumentar la productividad de la organización formal.
Desde un punto de vista social, cuando estas redes informales aparecen, generan sus propias normas, patrones de interacción, constituyendo lo que se ha denominado recientemente comunidades de práctica.
Uno quisiera encontrar los mecanismos generales comunes a estas comunidades de práctica y cómo dependen de variables como el tamaño y la diversidad de la organización, la capacidad de sus miembros para comunicarse entre sí, la naturaleza de los problemas que atacan, los incentivos que hacen que la gente se una a estas comunidades y la estructura y costo de sus medios de comunicación.
El número de individuos con los cuales cualquier miembro de la comunidad puede comunicarse dará lugar a diversos patrones de interacción, desde una estructura uniforme en la que cada miembro se comunica con todos los demás, hasta una estructura en cúmulos en la que un individuo dado colabora con un número pequeño de otros miembros.
Uno quisiera también saber cómo evolucionan estas comunidades y de qué modo las estructuras resultantes dependen del tamaño del grupo y de la diversidad de las habilidades presentes. Se debe tomar en cuenta explícitamente que el éxito de un individuo que trata de resolver un problema puede a menudo facilitarse mediante el intercambio de información con otros miembros de la comunidad y, que esta información, en general no es perfecta e incluso puede ser no adecuada para la tarea.
Los individuos tienen que aprender a identificar a aquellos miembros de la comunidad con los que la interacción será más fructífera, y con frecuencia esto resulta en un patrón de interacción en que la escala de interacción crece con la percepción de la utilidad mutua. Este patrón casi nunca es estático, porque aunque el problema no cambie, los individuos que hacen contribuciones importantes pueden variar con el tiempo.
Se pueden formular modelos matemáticos que tomen en cuenta la diversidad y el tamaño del grupo, la estructura de la red cuando el número de individuos cambia con el tiempo y la estabilidad frente a fluctuaciones. Se puede introducir un mecanismo de aprendizaje explícito que dé lugar a cambios locales en la estructura, mostrándose que estos cambios locales dan lugar a un mayor rendimiento de la comunidad como un todo.

Puentes, interfases inteligentes y objetos fronterizos
Guston(NOTA 9) ha analizado y discutido lo que denomina objetos y organizaciones fronterizas que se sitúan entre mundos sociales diferentes, tales como la ciencia y la no-ciencia, y que pueden ser utilizados por diversos individuos para propósitos específicos distintos, sin perder su identidad.
Las organizaciones de frontera pueden servir de puente entre la ciencia y la política, mediando entre los científicos y sus organizaciones, por un lado, y los organismos que financian la ciencia, por otro, facilitando la interacción de los actores que se encuentran en un lado y en otro de la frontera.
Estas organizaciones se basan en la idea de que la frontera entre la ciencia y las políticas científicas se construye socialmente, y que lo que es ciencia y lo que es política científica se determina a través del trabajo en la frontera: La contestación y la negociación delimitan la frontera (y sus instituciones asociadas) y definen lo que está de cada lado.
Otro papel de la contestación y la negociación útil también, es propiciar interacciones entre niveles de organización, relacionando así ciencia y política científica entre diferentes niveles.
Las organizaciones y objetos fronterizos forman parte de lo que podríamos llamar puentes e interfases inteligentes, lo que incluye, en muchos casos, los modelos teóricos y matemáticos que pueden servir de puentes conceptuales.

Enfermedades complejas y una anécdota
Las enfermedades cardiacas, el cáncer, la diabetes y las afecciones psiquiátricas son padecimientos comunes y constituyen difíciles problemas de salud. Todas son enfermedades "complejas" o "multifactoriales", no están relacionadas o condicionadas al influjo de un solo gene o a un solo factor ambiental, sino que se originan con la acción combinada de muchos genes, factores ambientales y conductas de riesgo.
Uno de los grandes retos que enfrenta la investigación biomédica es tratar de descubrir, y ver cómo interaccionan estos factores, de modo que se puedan realizar estrategias efectivas para el diagnostico, la prevención y el tratamiento de dichas enfermedades.
Sin duda, los genes contribuyen en la generación de estas enfermedades complejas, sin embargo, puesto que el efecto en su génesis es tan pequeño, la identificación de su papel en el riesgo de producir la enfermedad se hace muy complicado, y probablemente puede haber un factor adicional que condicione un efecto de mayor magnitud, que, a la vez, sea modificado por otros genes o por factores ambientales.
Nos hemos referido a enfermedades tan comunes como la diabetes, diversos tipos de cáncer, enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia y enfermedades inmunológicas como el lupus; sin embargo, aún no queda claro que podamos clasificarlas como” enfermedades complejas”, pero si las denominamos así, también puede incluir en esta supuesta clasificación de complejidad a enfermedades degenerativas, tales como los trastornos vasculares coronarios y cerebrales.
Para dichas enfermedades “complejas”, una posible estrategia para poder conocerlas mejor y combatirlas más eficientemente sería buscar "el punto débil", es decir, buscar al “culpable,” el “parámetro de orden” cuyo control permita vencer a la enfermedad.
Esto se puede hacer a partir de una prevención efectiva o incidiendo en algún "cuello de botella" que esté presente, independientemente del peso de los diversos factores patogénicos.
Como ejemplo, cabe mencionar la prevención de la diabetes tipo 2, el cáncer de colon y los accidentes vasculares coronarios o cerebrales. Existen estudios que muestran que se pueden evitar hasta en 80 % estas enfermedades con seguir únicamente medidas como realizar ejercicio físico, no fumar, controlar el peso, seguir una dieta equilibrada e ingerir ácido fólico; también se ha mencionado como coadyuvante del control de los cuerpos cetónicos. Tal como puede observarse, estas medidas supuestamente indirectas parecen tener verdadera importancia y sus efectos benéficos están a la vista (Véase Figura 1).
Figura 1. Porcentajes en la gráfica de cáncer de colon, infarto, enfermedad coronaria, diabetes tipo 2 que son potencialmente prevenibles por modificación del estilo de vida. (NOTA 10)

Para cáncer de colon, la definición de bajo riesgo incluye un índice de cuerpo-masa menor a 25kg/m2, ejercicio físico equivalente a más de treinta minutos de caminata al día con paso acelerado, ingesta de ácido fólico de 100 mg, beber menos de tres vasos de bebidas alcohólicas al día, no fumar nunca y no comer carne roja más de tres veces a la semana. Para el caso de infarto cardiaco y problemas coronarios, la definición de bajo riesgo incluye no fumar, seguir una dieta adecuada (incorporando una baja ingesta de grasas saturadas) que incluyen grasas poli-insaturadas, ácidos grasos n-3, fibras y ácido fólico, un índice de masa menor de 25kg/m2 y actividad física mayor a 30 minutos de caminata por día a paso rápido y un consumo moderado de alcohol.
Para diabetes, la definición de bajo riesgo es similar a la de padecimiento coronario, excepto que la dieta no incluya ácido fólico o ácidos grasos n-3.

Comentarios finales

El sistema de salud mundial, y en nuestro caso, el nacional, se han vuelto económicamente muy onerosos, lo que contrasta con la problemática de la pobreza de las mayorías, a lo cual hay que sumar también el aumento de la esperanza de vida. esto casi nos hace sentir impotentes ante las enfermedades degenerativas.
Es importante destacar que, como se ha mencionado anteriormente, en muchos casos el factor principal condicionante de la problemática es de tipo humano, siendo posible la prevención potencial en 80% de algunas enfermedades degenerativas, tales como el carcinoma cervico-uterino, cuya frecuencia disminuye drásticamente si se controla la infección del virus del papiloma humano.
En países como Dinamarca y Cuba se ha controlado casi totalmente este tipo de cáncer, mientras que en México sigue siendo un problema de primera magnitud.
Lo anterior está relacionado con los fenómenos críticos; es importante tomar en cuenta los conceptos de parámetro de orden (buscar al “culpable”) y de control (“meterlo en cintura”). Con frecuencia se conoce al culpable (por ejemplo, la falta de hábitos higiénicos y medidas que sirvan de prevención), pero no se conocen, hasta el momento, parámetros de control útiles, o bien, se ha fracasado al tratar de modificar los parámetros de control que se tienen y que no han mostrado utilidad.
Lo anterior suele acontecer con las "campañas de salud' en radio y televisión, con las que no se tiene éxito a pesar de invertir recursos financieros considerables; y esto se debe, en gran parte, a la desconfianza del público o a “prescripciones morales” o a la falta de conocimiento de los encargados de la publicidad, lo que redunda en sugerencias poco prácticas o realistas. Quizá lo que se necesita son “ puentes e interfases inteligentes” entre el sistema de salud y los usuarios potenciales.
Con relación a esto, recuerdo un ejemplo anecdótico interesante de mis tiempos de estudiante de medicina, cuando con otros compañeros realizábamos el servicio social en un pueblo de Iztapalapa. Teníamos un buen entrenamiento y  la posibilidad de regalar las medicinas, pero llegaba muy poca gente, pues prefería acudir a un médico privado que iba dos tardes por semana. En esto uno de los compañeros tuvo una idea brillante, hablar con el párroco. Le presentamos el problema y nos dijo que no nos preocupáramos y que el domingo, desde el púlpito, aconsejaría a los feligreses. ¡Mano de santo! A partir del lunes siguiente llegaron en tropel. En este caso el párroco sirvió de “interfase inteligente”, generando confianza y soporte en ambos lados.
Aunque esto fue un incidente aislado, y hay que tener en cuenta que el utilizar la iglesia como interfase inteligente puede implicar consecuencias negativas, cabe preguntarse cuáles serían las interfases inteligentes en las campañas de salud.
Las campañas deberían contar con la confianza tanto del sistema de salud como del público, y los mensajes transmitidos debieran de ser realistas, lo que no sele pasar con los transmitidos por medios de comunicación masiva, como el radio y la televisión. Habrá que buscar interfases locales que puedan ser útiles, es decir, que jueguen el papel que llevó el sacerdote en nuestro caso, de tal manera que estas interfases puedan ser útiles en la solución de otros problemas de salud.
Aunque en las grandes ciudades la problemática se complica, pues con frecuencia predominan el egoísmo, la desconfianza e inclusive la delincuencia, una táctica posible es la búsqueda de soluciones locales.
Además, no podemos olvidar otro problema importante que está relacionado con la interacción entre el sistema de salud y las fuentes de financiamiento, tema que se abordó ya en el capítulo relacionado con economía y finanzas.
Como comentábamos anteriormente, las organizaciones de frontera y las interfases inteligentes, pueden ser de gran utilidad. Sin embargo, esto no debe implicar el crear nuevas estructuras burocráticas. Para evitar esto, ahora podemos tomar en cuenta una de las lecciones de “las redes de mundo pequeño”; fenómeno que implica, entre otras cosas, que en el planeta en que vivimos, habitado más o menos por seis mil millones de personas, prácticamente todos estamos conectados en una apretada red, y al cual también se le ha llamado “seis grados de separación”.
Según esta teoría, Marconi conectó al mundo con un sistema de comunicaciones, y sólo se requieren en promedio 5.8 estaciones para ligar a cualquier persona con otra. Asimismo, Duncan Watts (NOTA 11) aporta posibles soluciones a problemas de ciencias sociales, de políticas públicas y de economía (sobre oferta y demanda de productos) y otras muchas aplicaciones en sistemas de redes.
El estudio de este mundo pequeño nos indica que lo prudente es buscar la cohesión local y el mínimo de pasos intermedios con otros niveles o estructuras equivalentes del mismo nivel. Nos enfrentamos a factores contradictorios, y en esto el modelado con las herramientas de los sistemas complejos puede ayudar a diseñar estrategias óptimas que sean además flexibles.
Un tópico adicional, es el referente a las organizaciones informales, asociadas a las comunidades de práctica. Estas estructuras informales pueden implicar relaciones adicionales entre niveles jerárquicos o instituciones del mismo nivel. Un caso con implicaciones potenciales positivas es el de las relaciones de familia, de amistad o los hábitos y creencias comunes, que muchas veces implican puentes más efectivos que las relaciones formales. Como en otros casos de comunidades de práctica, éstas pueden implicar aspectos negativos, tales como las mafias, pero el tener en cuenta las relaciones humanas, más allá de las reglas formales, puede ser un punto de partida para la solución de muchos problemas.
Debe agregarse que, además de buscar soluciones y planteamientos generales en gran escala, es necesario poner en práctica organizaciones experimentales en pequeña escala que permitan recopilar información necesaria en la búsqueda de soluciones generales.
Un análisis del primer nivel de atención médica del sistema de salud y el diseño de proyectos experimentales dentro de él serían algunos de los puntos de partida.  Parte de la problemática de este nivel de atención es la carga de trabajo de los médicos y las enfermeras, los largos tiempos de espera y el trato despótico que, a veces, reciben los pacientes y sus acompañantes.
En ocasiones también acontecen relaciones conflictivas dentro del personal médico y el equipo de salud; surgen entonces algunas preguntas y propuestas: ¿podría disminuirse la carga de trabajo de los médicos y las enfermeras, al utilizarse los tiempos de espera para incrementar el conocimiento médico que poseen los pacientes y sus acompañantes? Tal vez los tiempos de espera podrían ser empleados para la educación médica de los pacientes y sus acompañantes mediante exposiciones y videos relacionados con medidas preventivas y aspectos de automedicación.
Una meta sería que estas actividades sirvieran de catalizador para que, en el ámbito local, en los barrios y en las colonias, se realizasen actividades similares. Esto podría constituir lo que denominaríamos nivel cero.



(NOTA 1) Del libro: Las ciencias de la complejidad y la innovación médica, Coordinadores: Enrique Ruelas y Ricardo Mansilla, México, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, Universidad Nacional Autónoma de México, Secretaria de Salud, Plaza y Valdés, S.A. de C.V., 2005
(al texto)
(NOTA 2) Médico cirujano de la Facultad de Medicina y físico egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Doctor en Física de la Universidad de Princeton, actualmente investigador del  Instituto de Física, Universidad Nacional Autónoma de México
(al texto)
(NOTA 3) Véase por ejemplo: E. Stanley (1987) “Introduction to Phase Transitions and Critical Phenomena”. International Series of Monograph in Physics.
(al texto)
(NOTA 4) T. Khun (1987). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura Económica.
(al texto)
(NOTA 5) I. Wallerstein (1995) After Liberalism. New York, The New Press, 94-96. Traducción del autor.
(al texto)
(NOTA 6) I. Wallerstein (1995). op. cit. 106-107.
(al texto)
(NOTA 7) Conrad Hal Waddington (1979) Instrumental para o pensamento. Editorial de la Universidad de Sao Paulo, 35. Traducción del autor.
(al texto)
(NOTA 8) M. Harris (1986). Caníbales y Reyes: El origen de las culturas.  Barcelona: Salvat, 247.
(al texto)
(NOTA 9) D. H. Guston (2000). Between Politics and Science: Assuring the Integrity and Productivity of Research. New York: Cambridge University Press.
(al texto)
(NOTA 10) “The Puzzle of Complex Diseases”, Science, 296: 686-703, 2002
(al texto)
(NOTA 11) D. Watts (1971) Small Worlds. Princeton: Princeton University Press.
(al texto)

Fecha de publicación abril 2007

 

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