¿Seguridad sostenible en Latinoamérica?

Guillermo Agudelo Murguía y José Guillermo Alcalá Rivero


Una reflexión desde Guatemala
Cuando la conocí me dijo de dónde era.
-¿Y tú? me preguntó
-De Barcelona, del mundo… contesté.
-¡Claro! Del mundo también soy yo.
-Bueno...ya tenemos algo en común.
Así empezó todo.

 

 

Yo llegaba a visitarla cada semana, a ella y a sus compañeros…
Charlábamos de cómo estaban ellos y de cómo estaba yo.
Siempre acompañados de un fuerte olor a solvente.
Eran momentos muy especiales, al principio, cuando visitaba su casa
sentía la sensación de salir de un mundo para entrar a otro.
Pero pronto descubres los nombres, las risas
y descubres también el miedo, el hambre y los sueños.
Ella me regalaba abrazos que todavía guardo, al igual que su risa y sus sueños.
Sus abrazos me los regaló y por eso los guardo.
Pero sus sueños se rompieron al morir.
Caput, finito, se acabó, punto final.
Ella ya no puede seguir soñando.

Glenda se fue a formar parte de la larga lista de muertos
en las calles de ciudades como Guatemala.
Allí, en la calle, se recogen los sueños rotos de tantos.
El de Glenda os lo regalo.
Ese sueño os lo grito, os lo lanzo, rabioso, para que siga vivo.
Porque yo sigo siendo un chico de Barcelona,
un espectador del teatro del mundo.

Veo como las empresas de mi país se cagan en América Latina.
Veo como los ejércitos bañan en sangre y en miedo a los pueblos del mundo.
Veo como la libertad de mi mundo te esposa a una hipoteca,
y la mayor parte de tu sueldo alimenta al miedo, a la sangre
y a la mierda que cagan sobre Latinoamérica y sobre tu cabeza.
Ya no se puede hacer nada por Glenda. Pero por su sueño SÍ.
MUEVETE, RABIA, GRITA, ¡CAMBIA!... SUEÑA.
Pero NO te quedes indiferente, creyéndote eso que dicen
que esto ha sido siempre así y que nada se puede cambiar.
A lo largo de la historia no vemos sino cambios.
Tenemos que convertirnos en sujetos del futuro
que transformen los inconvenientes en posibilidades.
El sueño de Glenda tenía 17 años.

Un chico de Barcelona1

 

Introducción

La intención de este trabajo no es transmitir un sentimiento de pesimismo, pero sí gritar el aviso de la real llegada del lobo. La situación que ha provocado la globalización en países eufemísticamente llamados en vías de desarrollo, y que algún autor ha llamado en vías de subdesarrollo, los ha llevado a un punto crítico de inseguridad. Estamos de acuerdo con Ernesto Sábato cuando afirma que: "La historia de la humanidad es una imponente lista de estupideces y maldades. Sin embargo el deber principal es luchar, a pesar de todo, contra estupidez y maldad".

La sociedad ha incrementado en forma exponencial su conocimiento, aunque esto no forzosamente significa que la complejidad de su estructura se haya incrementado en la misma proporción, lo que conlleva una inseguridad intrínseca. Este trabajo intenta llevar a cabo un análisis crítico sobre la seguridad en Latinoamérica y particularmente en México, así como hacer una propuesta sobre los valores que deben trasmitirse para aliviar este desfase y lograr la seguridad sostenible. El estudio se inicia con una somera visión sobre el surgimiento de estas naciones en la amalgama de dos culturas, transición que nunca fue de tipo lineal y unidireccional.

  • Creemos en la teoría de que los valores de la sociedad contemporánea, que garanticen un grado apropiado de seguridad, deben obedecer las leyes de la complejidad y el caos, sustento de la nueva corriente de la ecofilosofía que toma como eje la sociedad en sí, alejándose del antropocentrismo y del contemporáneo ecocentrismo, bandera de los conservacionistas.
  • Creemos que la seguridad es multicausal y, por tanto, multifactorial y se requiere para que el ser humano cumpla adecuadamente todas sus actividades.
  • Creemos que el no respetar la velocidad normal de los tiempos evolutivos provoca un desajuste, que a su vez significa inseguridad. A guisa de ejemplo, citaremos el caso del desciframiento del Genoma Humano, cuyo estudio se precipitó para fines utilitarios, sacrificando así el conocimiento necesario, que cumpliera las normas de seguridad y evitar consecuencias indeseables a mediano y largo plazo2.

La experimentación sensorial es sin duda una vía muy importante para entender nuestra realidad. De acuerdo con ella, todas nuestras ideas provienen de la interacción de nuestros sentidos con la materia. Las ideas primarias se derivan de esta interacción y de ellas derivamos ideas más complejas. El método científico fue utilizado para demostrar esta teoría, y así, a través de la observación, determinar un código de ética que conduciría a la felicidad. Posiblemente los valores éticos que se derivan de esta perspectiva fueron suficientes para garantizar cierto grado de seguridad hasta el nacimiento de la sociedad industrial. Sin embargo, la carrera que se inició entre la tecnología y el entendimiento de las leyes de la naturaleza ha sufrido un desfase creciente, en el cual la tecnología ha dejado muy atrás la comprensión de esas leyes.

Los valores que se pueden derivar de la experimentación sensorial nos acercan directamente al conductismo. Si todo conocimiento deriva de nuestra experimentación sensorial e intuición, entonces, en última instancia, sólo podemos ser respuesta a estímulos de nuestro medio ambiente, sin que realmente importe que tan especulativo o profundo nuestro razonamiento pudiera ser.

Podemos decir que los valores que sustentan la seguridad en nuestra sociedad son enteramente conductistas. Si el ciudadano infringe las normas impuestas es castigado, sin tomar en cuenta el grado de responsabilidad que tienen las autoridades al privar al ciudadano de los medios que pudieran haber evitado la infracción. Las leyes elaboradas por la sociedad son lineales, estáticas y de causa-efecto inmediato. Pero, la sociedad es un sistema que evoluciona, dinámico y no lineal, lo que significa que todo fenómeno social es multi-causal y por lo tanto origina efectos múltiples. En tanto que las leyes de la naturaleza toman siempre en cuenta esta multi-causalidad, la legislación humana no. Otra característica de las leyes de la naturaleza es que cuando surgen son complemento de las anteriores con las que en ningún caso se contraponen, en tanto que en la legislación humana su coherencia depende de la orientación política-económica imperante.

Para Nicolás Maquiavelo, Charles Robert Darwin, Herbert Spencer y Friedrich Wilhelm Nietzsche, la realidad está sometida al poder de los gobernantes. Por lo que para esta corriente, el establishment de gobiernos fuertes es necesidad fundamental del ser humano, ya que garantiza su seguridad. Lo contrario significa el desperdicio de la energía humana debida a la consecuente inseguridad.

Para Maquiavelo existían dos tipos de gobiernos, la republica y la monarquía. En la republica, una sociedad con muy altos estándares de moralidad estaba a cargo del gobierno. Desgraciadamente, la mayor parte de las sociedades carecen de los niveles morales apropiados y son incapaces de gobernarse con la seguridad requerida, por lo que demandan un gobierno monárquico, que se permita, válidamente, cualquier artificio moral para sostenerse y asegurar así el mínimo de seguridad que garantice sus intereses particulares. Ya desde sus orígenes, esta perspectiva filosófica divorcia la ética de los valores de la política. Por lo tanto, el poder se constituye en el valor único y para alcanzarlo se permite de cualquier medio.

Esta visión no es privativa del sistema monárquico. Actualmente, se encuentran monarquías que ofrecen sistemas de seguridad que van más de acuerdo con los intereses de los ciudadanos. En tanto que encontramos supuestos sistemas republicanos y democráticos que sólo ofrecen sistemas de seguridad corruptos. La democracia no es privativa del sistema republicano, aunque cómo dice el escritor portugués Saramago la democracia es un sistema que no sobrevivirá al siglo XXI, en el cual los grandes intereses económicos seleccionan los individuos que mejor responden a sus intereses, después de manipular la media y los sistemas electorales.

La perspectiva darviniana "de la supervivencia del más apto" ha funcionado, conciente o no, como sustento teórico para los sistemas políticos más totalitarios y despiadados que ha tenido que sufrir la especie humana a todo lo largo de su historia. El sistema de seguridad que ofrecen es útil sólo para aquel ciudadano que se pliega completamente a los intereses del sistema, renunciando así a grados de libertad que le corresponden. Los egipcios, los romanos, los aztecas, etc. y actualmente el imperio del "destino manifiesto" se han considerado como "pueblo elegido", "raza superior", etc.

Los principios darvinianos dan seguridad y justifican sus valores y su predominio sobre el mundo; la supervivencia del más apto les da la raison d'etre de su imperio. Máximo Sandín3 cita a Richard Herrnstein y Charles Murray quienes argumentan que de acuerdo con la ley natural, los negros ocupan los peldaños más bajos de la escala social; a John D. Rockefeller diciendo que la naturaleza recompensa a los más aptos y castiga a los inútiles y a Galeano, asegurando que los dueños del mundo (ese microscópico porcentaje que rige los destinos de la humanidad) siguen creyendo que Charles Darwin escribió sus obras para anunciarles la gloria. De todo esto se puede inferir que las clases más aptas están dispuestas a sacrificar, hasta cierto punto, la seguridad de la sociedad para conservar su predominio. De cualquier forma, su seguridad está a salvo con los mecanismos de poder a su disposición.

Steve Jones (2000), devoto de Spencer, extrapola el mecanismo darviniano de la selección natural o "la supervivencia del más apto" de la biología a la sociología y afirma que los millonarios son seleccionados naturalmente en el crisol de la competencia; Andrew Carnegie sostiene que antes de Spencer todo había sido oscuridad y después de él todo se había convertido en luz. Inclusive, en la Inglaterra actual, figuras importantes del supuesto partido de los trabajadores, el Laborista, hablan en términos abiertamente darwinistas de lo "inevitable del gradualismo".

Posiblemente, ni Spencer ni mucho menos Darwin previeron que sus teorías iban a dar como resultado la serie de simplificaciones y sobre-generalizaciones iniciadas por el darvinismo social y continuadas por el capitalismo en sus manifestaciones totalitarias o pseudo-democráticas hasta llegar a la contemporánea visión del neoliberalismo. Éste ya no requiere del dominio territorial, ya que esta forma implica no sólo la explotación abusiva de los recursos naturales, sino ni siquiera en grado mínimo, responsabilizarse por la gente que habita los territorios dominados. El dominio económico que se ejerce actualmente ya ni siquiera tiene la mínima responsabilidad de proporcionar seguridad en las naciones neocolonizadas. La explotación y abuso de la riqueza de los países subyugados se logra por medios más sutiles, y la responsabilidad del bienestar y seguridad de sus habitantes recae en autoridades corruptas, aculturadas con los valores de los países neocolonialistas, pero elegidas en un proceso supuestamente democrático.

Tomás de Aquino postula que todo deriva del poder omnímodo de un ser divino, base, razón y justificación de lo que existe y con valores que se constriñen a la obediencia ciega de los preceptos que imponen los autonombrados representantes de ese poder divino. Esto deja en manos de ese ser la responsabilidad de la seguridad. Si algo sucede, o no, es designio divino. De esta forma existen autoridades que abdican toda responsabilidad sobre la seguridad de la sociedad. En el mejor de los casos, los designios divinos son dictados a aquellos que detentan el poder para que den su propia interpretación. Estas dos orientaciones, la darviniana y la tomista, han llevado a las perversiones de estados totalitarios y sofismas del tipo de las orientaciones religiosas.

Antecedentes de la inseguridad en México

¿Cómo puede un país con los antecedentes de México tener seguridad para construir un futuro? si es que tiene idea de que futuro quiere. Brevemente, ésta es la historia del México independiente4:

1810-1821: Guerra de Independencia. Mestizos y criollos vs. Peninsulares.
1821-1917: Mestizos y criollos pro estadounidenses vs. pro europeos.
1821-1824: Imperio vs. República. Peninsulares vs. Mestizos y criollos.
1824-1848: Dictaduras y gobiernos republicanos, pérdida de territorio.
1848-1864: Liberales vs. Conservadores.
1864-1867: Imperio vs. Republica II. Mestizos y Criollos vs. Europeos.
1867-1876: Restauración de la República.
1877-1910: Dictadura pro europea.
1910-1917: Revolución Mexicana.
1924-1929: Rebelión de Serrano y Guerra Cristera. Nacimiento de la dictadura de partido.
1936: Fin del Maximato. Lázaro Cárdenas vs. Plutarco Elías Calles, el jefe Máximo.
1939: Surge el PAN vs. Cárdenas.
1940-1967: Obligados por el Imperio a declarar la guerra a Alemania. Sube el país a la carreta del "progreso".
1968: Matanza de estudiantes. El poder vs. Estudiantes e intelectuales.
1972: Halconazo. El poder vs. Estudiantes.
1975: Guerra sucia. Régimen priista vs. Guerrilleros.
1976: Neoliberalismo y globalización.
1983-2004: Surgimiento del EZLN. Infiltración total de intereses de las potencias dominantes. Lucha interna por el poder, asesinatos políticos, acelerada depredación de los recursos naturales.

Concluyendo de 1821 a 1934:

  • Alta inestabilidad política.
  • 3 Constituciones.
  • 108 gobiernos en 113 años.
  • Tipos de gobierno: republica federal con régimen centralista, juntas de gobierno, dos emperadores, regencias, interinatos, dictaduras, gobernantes simultáneos, asesinatos por el poder.
  • 7 invasiones extranjeras, europeas y estadounidenses.
  • 3 mutilaciones del territorio. El país pierde la mitad del territorio.
  • 4 revoluciones antirreleccionistas.
  • 2 revoluciones sociales: La Reforma, siglo XIX y la Revolución, siglo XX

De 1934 a 2004:

  • Estabilidad política con represión, sin legitimidad.
  • 1 Constitución con un sinnúmero de alteraciones.
  • Republica federal y gobierno central (por incongruente que esto parezca).
  • Gobierno republicano presidencialista (con boato y ceremonial digno de la más conservadora monarquía).
  • Levantamientos armados, rebeliones reprimidas por el régimen.
  • Venta de gran cantidad de activos de la nación.
  • Mediatización del sistema político.
  • Predominio de la economía sobre la política.
  • Asesinatos políticos, entre ellos el de un precandidato del partido en el poder5.

Por otro lado, existe consenso en que algo está equivocado en el sistema educativo actual. Sin embargo, la educación es una forma de iniciación. Los iniciados son como un sacerdocio secular para gobernar y dirigir la sociedad. De sus filas surgen nuestros intelectuales, tecnócratas, científicos e inclusive nuestros burócratas y políticos que deberían garantizar la seguridad de la sociedad desde su propia área de conocimiento. Pero, insistimos, algo falla en el sistema educativo que impide que los parámetros de seguridad se cumplan ¿Quizá se deba esto a los valores que se enseñan o subyacen el sistema?

En países del tercer mundo, profesionales con licenciatura o maestría adquieren por ese simple hecho un estatus muy superior al que detentaban. Es por esta razón que en sociedades consumistas como las nuestras, muchos estudiantes estén más interesados en obtener un grado que les dé seguridad económica, que en adquirir los conocimientos de su campo de estudio, que en sí daría seguridad a la sociedad que pagó por su educación. Aunque, paradójicamente, en países como México, el neoliberalismo salvaje que se vive ha limitado las oportunidades inclusive para los jóvenes que han obtenido un grado. Por lo que profesiones como la ingeniería civil están en franca extinción. No es raro encontrar personas con licenciatura desempeñándose como choferes en taxis o de comerciantes ambulantes.

La incapacidad de las sociedades de emplear a sus egresados puede ser producto del hecho que entre más se involucre el individuo en la exagerada especialización científica, más divorciado está de la realidad. Esto lo incapacita para resolver los problemas tangibles y pragmáticos con los que se enfrenta, por lo que la desazón de la sociedad se incrementa.
Bien, la pregunta es ahora ¿qué tipo de valores son los relevantes en nuestro sistema educativo? Desgraciadamente, la respuesta a esta pregunta viene de los grupos sociales que han hecho de la competencia la forma de sobrevivir, creando una constante inseguridad. Sociedades cuyas instituciones educativas ofrecen los mejores estímulos y becas a atletas connotados y a "enterteiners". Sociedades en que los individuos con intereses académicos o artísticos son despectivamente llamados "nerds" o "freaks".

Los valores que estas sociedades inculcan se reflejan notoriamente en su composición cultural y económica. Así, los salarios más elevados, notoriamente insultantes para las clases menesterosas, son adjudicados a atletas y gente relacionada con el espectáculo. Lo más lamentable es que estos salarios proceden, directa o indirectamente, de las clases depauperadas. Ya en la década de los 30s, Alexis Carrell afirmaba que la tendencia del sistema económico era que bancos, políticos y espectáculos se apoderarían de gran parte de los recursos económicos del pueblo. Otro valor que abierta o disimuladamente se inculca es el consumismo. El estudiante aprende que como profesional será evaluado con base a la ropa que viste, el vehículo que conduce, la casa que habita, la sección en que ésta se ubica, etc. Hechos que lo fuerzan a entrar en el sistema darwiniano de competencia implacable. Obviamente, estos valores inculcados sólo conducen a un alto grado de inseguridad.

Al ser humano actualmente no se le inculca el valor de pertenencia al ecosistema global del planeta, ni siquiera está consciente de su pertenencia a su propia especie. El sentido de pertenencia que le inculca la competencia salvaje se reduce a su pandilla, su equipo de fútbol, su ciudad, su región y en el mejor de los casos a su país y equivocadamente un sentido de pertenencia racial, olvidándose que antropológicamente hablando, sólo existe la raza humana. Este sentimiento de exclusión, obviamente, conduce a diferentes tipos de competencia y a la consecuente inseguridad. Parecería que el ser humano requeriría de una amenaza extraterrestre para lograr ese sentido de pertenencia global.

Es indudable que los valores se reflejan en la cultura de los pueblos. Un comentarista en la radio mexicana se quejaba de que en tanto los países del primer mundo tenían como producto primario de su educación profesionales de las ciencias aplicadas, en Latinoamérica, el producto primario era comunicólogos y, en general, especialistas en humanidades. El comentarista argumentaba que gracias a esto, aquellos países pertenecen al primer mundo. Nosotros nos cuestionamos ¿es realmente malo que nos interesen las humanidades? No lo sabemos. Los principios que rigen la tecnocracia conducen a la humanidad al consumismo con el consecuente uso equivocado de las herramientas que proporciona.

Alexis Carrell alguna vez dijo: «El ambiente que ha moldeado la mente y la conciencia de nuestros antepasados durante muchos milenios ha sido sustituido por otro. Este cambio, esta revolución silenciosa ha tenido lugar sin que la advirtamos y no nos hemos dado cuenta de su importancia. Sin embargo, éste ha sido y sigue siendo uno de los acontecimientos más dramáticos en la historia de la humanidad, porque cualquier modificación que se produzca a su alrededor turba inevitable y profundamente a los seres vivientes (leyes del Caos). Por eso, y esto es vital para nuestra especie, debemos determinar cualitativa y cuantitativamente la magnitud de las transformaciones impuestas por la tecnología sobre el modo de vida ancestral y por lo tanto sobre nosotros mismos. Estos cambios han sido impuestos a nuestros organismos, a nuestra mente y a nuestra conciencia, demasiado rápido (en términos evolutivos), y no se ha permitido la adaptación gradual. Debemos tener en cuenta que la evolución se produce a un ritmo impuesto por leyes universales».

Desde el punto de vista material, basado en valores antropocentristas, y analizándose con imparcialidad, nos damos cuenta que el ser humano es la única especie, el único sistema que, gracias a la tecnología, abusa de y explota la energía de su medio, la degrada sin retornar nada. Desde el punto de vista del conocimiento, las leyes de la física cuántica obligan a una continua producción de Información que se integre a su correspondiente campo de acuerdo con su estado energético. Esta Información puede tender al orden o al desorden en diferentes grados con su consecuente grado de (in)seguridad.

Nuestra propuesta

Para llegar a una seguridad sostenible, la educación actual debe tener como un valor fundamental el incrementar el conocimiento que tienda al orden, a construir, a crear, a tratar de encontrar y acatar las leyes de la naturaleza, mismas que para el ser humano conllevan un elevado grado de libertad. Sin embargo, debemos estar conscientes de que demasiado orden impide evolucionar y que demasiado desorden conduce a la extinción, a la destrucción. Entender que lo correcto existe porque existe lo equivocado, que se puede ordenar porque hay desorden, de otra forma, no se entendería cómo funciona el universo.

Existe inseguridad por lo que debe buscarse seguridad. La seguridad debe buscarse desarmando, no destruyendo los sistemas de seguridad actuales, sino agregar y sustituir con elementos que nos proporciona el conocimiento. El futuro es incierto porque existe un amplio abanico de posibilidades para construirlo, inclusive el ser humano puede detener o modificar el camino de la evolución, pero no su meta, el incremento de complejidad y, por tanto, de conocimiento. Esta meta existe esculpida en las leyes fundamentales a nivel cósmico y nada podrá cambiarla.

Para que el ser humano pueda construir su futuro de acuerdo con las leyes de la naturaleza debe matizar el paradigma6 basado en la competencia, en la supervivencia del más apto. Se debe superar la crisis de comprensión que permea la ciencia7; tener como principal valor el ser y el conocer, no el tener; entender que todo está regido por leyes; que su cumplimiento o incumplimiento sólo conlleva (in)seguridad. La ecofilosofía8 propone un cambio en las actitudes del individuo hacia su entorno, de la forma cómo interacciona con su medio físico y social para constituir un enriquecimiento mutuo que permita una mejor calidad de vida con el consecuente incremento de seguridad.

Al estudiante se le debe inculcar que el valor de la socialización del conocimiento incrementa la seguridad. El trabajo en equipo apropiado se debe basar en una autentica interdisciplina, que ponga en su sitio a la unidisciplina y la multidisciplina, que lleve al objeto de estudio a un entendimiento transdisciplinario. La cooperación es un valor que no tiene cabida en el actual paradigma neo-darvinista. Una fuerte corriente científica argumenta que las especies que evolucionan son aquellas cuyo grado de cooperación, de seguridad, es más alto que su grado de competitividad, de inseguridad.

Debemos tener muy clara la dicotomía que existe entre nuestra propuesta y la de los ambientalistas del ecocentrismo. Estos últimos niegan al ser humano parte de sus derechos a interactuar con su medio ambiente, que implica tomar y dar. Conservacionistas, como John Muir, no ven ninguna diferencia esencial entre la voraz civilización americana y las culturas indígenas. Las dos, según los conservacionistas, contribuyen a la destrucción del medio ambiente. En su momento, Muir se opuso al retorno de los Indios Modoc al área del parque natural que ancestralmente había sido su lugar de origen. Ignoran el hecho de que, si se respetan sus leyes y sus tiempos, la naturaleza integra al elemento que emerge, en este caso el ser humano.

En gran medida, la actividad industrial de los países del primer mundo se basa en la explotación de recursos naturales de países emergentes. La búsqueda de los mercados nuevos, tierras para colonizar a la manera neoliberal, sigue atrayendo hacia Latinoamérica un sinnúmero de empresas, lo que conduce al genocidio y a la degradación de las culturas nativas por la destrucción de su medio ambiente.

En el núcleo de la ecofilosofía está la negación de la dicotomía hombre-naturaleza, la negación de que lo humano y lo cultural son esencialmente distintos de lo natural y necesariamente perjudiciales. No obstante, el ser humano no se siente parte de esta dualidad, de este proceso natural, él se considera superior a la naturaleza y la desprecia.

Otro valor a inculcarse es entender como funciona el universo a través de las leyes del caos y las ciencias afines de la complejidad, sincronía, fractalidad, etc. El decano de los estudios de biodiversidad Edgard O. Wilson, señala que el éxito demográfico humano ha conducido al mundo a una crisis de biodiversidad. La biodiversidad es Complejidad, meta evolutiva. Se mida como se mida, la humanidad se torna, cada vez más, ecológicamente anormal. Nuestra especie se apropia del 40% de la energía solar, ya transformada en materia orgánica por las plantas terrestres. No hay forma alguna de servirnos hasta este punto de los recursos del planeta sin reducir drásticamente el estado de la mayoría de las demás especies. Una detestable asimetría de otro tipo liga el auge de la humanidad con la caída de la biodiversidad. Mientras que las naciones más ricas, con biotas insuficientes, presiden sobre lo poco que les queda, las naciones más pobres, agobiadas por la explosión demográfica y un conocimiento científico inadecuado, que ha probado su malignidad en los países ricos, administran las biotas mayores. Hay que insistir en que los valores consumistas de los países del primer mundo han provocado este desbalance, ya que los pobladores originales de los países subdesarrollados vivían en mayor consonancia con la naturaleza.

Los mayores organismos de la Tierra, que componen las superestructuras visibles de las pirámides de energía y biomasa, deben su existencia a la diversidad biológica. Toda especie viva interviene sobre su medio, modificándolo. Sería absurdo e irreal, como defienden algunos bajo una óptica pseudo-naturalista, pretender lo contrario. Pero la intervención es una interacción que debe guardar un equilibrio.

El hombre está provocando una reacción de retroalimentación que repercute negativamente sobre su seguridad y la del entorno que está creando, al incrementar inexorablemente su tecnología y su consecuente explotación de la naturaleza, sin crear simultáneamente mecanismos de equilibrio reguladores de esa intervención. Otro valor a inculcarse es saber que los mecanismos reguladores que se necesitan deben ser dinámicos, en otras palabras deben fomentar la biodiversidad, no sólo detener su destrucción. Conservacionismo significa estancamiento, evolutivamente hablando.

Ya no es posible seguir sustentando los valores imperantes de explotación indefinida del medio por dos razones fundamentales:

  1. Se producen, cada vez con más frecuencia, pequeñas y grandes catástrofes que comprometen el equilibrio y seguridad de nuestro planeta.
  2. El avance de la ciencia pone de manifiesto cada vez con más claridad que el mundo es un sistema complejo, formado por subsistemas que se interrelacionan entre sí, de tal manera que la actuación sobre un elemento puede alterar o modificar sustancialmente los demás sin que importen las fronteras artificiales impuestas por el hombre.
    La explotación y consecuente alteración han ido demasiado lejos, víctimas de la codicia y la sin razón, empobrecen no sólo nuestro entorno sino también nuestros valores o principios como sociedad, un problema que muchos vemos difícil de solucionar por las generaciones actuales, pero que podrían hacerlo las generaciones que nos siguen con la adquisición de aquellos valores que garantizaran su seguridad. Por ahora, la conciliación entre millones de intereses, válidos, artificiales, superficiales, temporales o permanentes ha sumido a parte de la comunidad científica y en menor grado al grueso de la población en la búsqueda de formas, soluciones, hechizos o fórmulas mágicas para preservar, corregir o cuando menos retardar, el agotamiento de nuestros recursos naturales.

Quizá, nos encontramos ante la sexta gran extinción. La extinción del Cuaternario ¡la extinción actual! El gran problema es dar por sentado que si la biodiversidad se ha recuperado de las anteriores extinciones, de las grandes catástrofes, también podrá recuperarse de la crisis actual, ¡utopía! si no se adquieren los valores que respondan a interrogantes como la historia del ecosistema y muchos otros que se deben investigar.

Los valores propuestos pueden insertarse en dos grandes grupos.

  1. Los endógenos nos identifican como seres integrantes de una especie definida, con su propia problemática. Es innegable la necesidad de controlar el número de habitantes. Esto nos llevaría a revaluar propuestas sobre el control natal, en un esfuerzo por independizarnos de la arraigada y milenaria idea de especie única. La tendencia generalizada a la violencia es motivada por el alto grado de hacinamiento que conjuntamente con la falta de oportunidades y la injusticia social, entre otros, conducen a un alto grado de inseguridad en países pobres.
  2. Los exógenos nos identifican como especie responsable de su interactuar con el resto de los sistemas, ante un panorama apremiante que indica deficiencias cada vez más graves en la seguridad del ecosistema que estamos creando. Negar el valor de esa responsabilidad es caer en el nihilismo de diferentes corrientes filosóficas que van desde un primitivo fanatismo pseudo-religioso, en el cual la responsabilidad se atribuye a un ser divino, a corrientes científicas en donde el responsable es el azar, a teorías incompletas como Gaia en la cual la Tierra es un organismo que se cura a sí mismo, o al extremo de los defensores de la Inteligencia Artificial dura, quienes consideran las máquinas como las finalmente responsables de nuestro destino y el del universo.

Conclusión

Existen situaciones que de forma inherente se relacionan con la seguridad y a los que el ser humano se enfrenta cotidianamente, como el trabajo, el amor, la muerte, la soledad, la responsabilidad, entre muchos otros. Pero, factores que tradicionalmente regulaban estos aspectos han sufrido cambios, algunos bastante drásticos e inclusive algunos han desaparecido y han surgido nuevos, por ejemplo, la manera de trabajar, el trabajo, su fin en sí, sus herramientas de producción y la productividad de los trabajadores. Las relaciones familiares, la degradación de la figura paterna son otros aspectos que crean una constante inseguridad.

Aparentemente desde un punto de vista material la gente está mejor. No obstante muchos, sobre todo en México, creen que han sido hechos a un lado. Particularmente, la mayoría de los jóvenes saben que no tienen seguridad de obtener oportunidades en la vida. La sociedad consumista ha llenado de opciones que hacer, que comprar, donde vivir, como entretenerse, pero eso no hace más fácil la vida para los 40 millones de mexicanos en extrema pobreza. La seguridad que requerimos para viajar, tener trabajo, obtener y conservar un patrimonio, no ha evolucionado al ritmo del llamado "progreso". Cuando profundizamos en el análisis del tipo de sociedad que hemos creado nos sentimos sorprendidos y confundidos. No podemos negar las contribuciones que han hecho el capitalismo y la tecnología. Pero al mismo tiempo nos damos cuenta de las grandes desigualdades que el primero ha generado y las equivocadas aplicaciones que a la segunda se le han dado.

En febrero de 2003, el grupo financiero BBVA Bancomer, ahora en su totalidad propiedad de españoles, publicó un estudio que ilustra en todo su dramatismo el enorme e ineficiente gobierno que tenemos que cargar a cuestas los mexicanos. Este estudio se une a toda una serie que ha publicado dicha institución y que colocan al gobierno como el gran responsable y culpable de los grandes problemas económicos nacionales. El ejemplar de febrero de 2003 dice que en este año el 37.5% del total del gasto primario será destinado a cubrir los costos por servicios personales de la burocracia y menos de 11% se asignará a seguridad nacional, procuración de justicia y creación de infraestructura básica9.

Según la Fundación Alfred P. Sloan: "La tecnología se define como la aplicación de la ciencia, la ingeniería y la organización industrial para la creación de un mundo por el ser humano. Esto ha llevado a los países del primer mundo a estándares de vida inconcebibles hace cien años"10. Aquí cabe agregar que de igual forma ha llevado a la mayoría de los habitantes de los países pobres a estándares de vida también inconcebibles por la degradación a la que han llegado debido a la rapiña y destrucción de su hábitat, cada día más aceleradamente y con tecnología más sofisticada y eficiente que da lugar a ambos contrastantes estándares de vida.

Un principio que debemos tomar en cuenta es que la seguridad de un sistema es directamente proporcional a sus grados de libertad por lo que se debe buscar aquellos elementos de conocimiento que conduzcan al equilibrio de libertad con seguridad.

Marzo 2004


Referencias bibliográficas

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CARREL, Alexis, La Incógnita del Hombre, México, Diana, 9ª ed., 1964

COMPAIRÉ, Gabriel, Herbert Spencer and Scientific Education. University Press of the Pacific. 2002.

DARWIN, Charles Robert. El origen de las especies, capítulo 5. Versión abreviada e introducción de Richard E. Leakey. Librería Reseña. Barcelona, 1994.

DESCARTES René. Meditaciones Metafísicas, Panamericana, Colombia, 2000, 4° ed.

GLEICK, James, Chaos. Making a New Science, Nueva York, Penguin Books, 1988.

JACÓRZYNSKI, Witold R. en Desde el preservacionismo hasta la revolución verde y ecología profunda: una aproximación a la nostalgia imperialista en ambientalismo contemporáneo. En Ingeniería genética y ambiental. Plaza y Valdés. México 2000.

JONES, Steve. Darwin's Ghost. Random House, New York. 2000

KAUFFMAN, Stuart A., The Origins of Order Self-organization and Selection in Evolution, Nueva York, Oxford University Press, 1993.

MAQUIAVELO, Nicolás. El príncipe (escrita en 1513 y publicada en 1532),

NIETZSCHE, Friedrich, Wilhelm On the Genealogy of Morality and Other Writings. Cambridge University Press. Texts in the History of Political Thought. UK. 2000.

SANDÍN, Máximo et. al. Evolución: un nuevo paradigma. IIEH. Madrid. 2003.

WILSON, Edward O., La diversidad de la vida, Barcelona, Crítica, 1994, 410 págs. colección Drakontos

WRIGHT, Robert, Non Zero. The logic of human Destiny, Nueva York, Panthenon Book, 2000.

Notas

1 Este poema fue recibido por correo-e y en forma anónima. Se trató de conseguir el nombre del autor, al no lograrlo le agradecemos y estamos abiertos para darle el crédito que le corresponde, si él así lo decide.
(al texto)

2 Para profundizar en este aspecto, véase SANDÍN, Máximo. Las sorpresas del genoma. http://www.uam.es/personal_pdi/ciencias/msandin/sorpresas.html
(al texto)

3 SANDIN, Máximo, et. al, Evolución: un nuevo paradigma. IIEH Madrid, 2003
(al texto)

4 Los años enunciados son aproximados ya que los procesos históricos se traslapan.
(al texto)

5 Adaptado de La Carpeta Púrpura. Año XVII, No. 401. Enero 19, 2004. México
(al texto)

6 Cuando utilizamos el concepto paradigma, le damos el significado creado por Thomas Kuhn.
(al texto)

7 La física cuántica insiste en aplicar las leyes que rigen la materia a la Información.
(al texto)

8 La "ecofilosofia" fue desarrollada por los filósofos noruegos Arne Naess y Sigmund Kvaloy. Como lo sugiere el origen de la palabra, la ecofilosofía es la búsqueda de la sabiduría concerniente a la casa o el hogar global, i. e., concerniente al medio ambiente y a todas las cosas que hay en él, tanto humanas como no humanas. La ecofilosofía es la reconsideración de los enfoques de la naturaleza por parte de los humanos y de la relación de la cultura con la naturaleza en diversos niveles, ontológico, ético y activismo ambiental. 
(al texto)

9 FARBER, Guillermo. Botón rojo. La gran depresión mexicana
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10 POOL, Robert. Beyons Engineering. How Society Shapes Technology. Oxford University Press. UK, 1997 
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