Hay vida incluso en glaciares
Por Matt Kaplan
The New York Times, 29 septiembre 2012
La vida tiene el hábito de aparecer en los sitios más insólitos. Géisers, acantilados de desiertos, incluso pilas de estiércol son ambientes a los que al menos unas cuantas criaturas llaman hogar.
Ahora las bolas de musgo sobre glaciares se unen a esta extraña lista. Se ha descubierto que estas pequeñas masas, conocidas como "ratones glaciares", contienen ecosistemas en miniatura. Y hasta en temperaturas bajo cero, hallaron los científicos, los habitantes se las arreglan para desarrollarse.
En vientos intensos, los ratones glaciares, formados cuando montones de polvo y desechos orgánicos desarrollan, con el tiempo, una capa de musgo, saltan a lo largo de extensas capas de hielo. Debido a que los glaciares están en constante, aunque lento, movimiento y con frecuencia son azotados por el viento, esos montones ruedan un poco como arbustos rodantes, y el musgo termina creciendo por todas partes., Después de años de crecimiento, los montones se vuelven unas bolas verdes de pelusa vegetal del tamaño de un ratón, de ahí su nombre.
Steve Coulson, biólogo especialista en el Ártico en el Centro Universitario de Sval-bard, Noruega, y Nicholas Midgley, de la Universidad de Nottingham Trent en Inglaterra, habían especulado que la capa de musgo cortaría el viento y mantendría las tem-peraturas más templadas que las del hielo y, combinado con un suministro constante de agua, podría hacer que animales buscaran ratones glaciares como refugios.
En el glaciar Falljokull en el sureste de Islandia, Midgley recolectó 10 ratones glaciares para examinarlos más detalladamente y colocó sondas en otros cinco para medir sus temperaturas internas. De regreso en el laboratorio, Coulson analizó los especímenes recolectados en busca de animales.
Los científicos presentaron su informe sobre el nuevo ecosistema en un artículo en la edición de junio de Polar Biology. Al interior de los ratones, los investigadores encontraron colémbolos (criaturas de seis patas tipo insecto), tardígrados (criaturas diminutas de ocho patas, .amantes de la humedad comúnmente llamados osos de agua) y simples gusanos nematodos.
Y contrario a lo que el equipo esperaba, estos animales no sólo se las arreglaban adentro de los ratones glaciares; con hasta 73 colémbolos, 200 tardígrados y mil nematodos encontrados en un sólo ratón, sino que también prosperaban.
"Yo esperaba encontrar algunos animales, pero no tantos", dijo Coulson. Lo que encontró particularmente sorprendente fue que los colémbolos eran de muchos grupos de edad. "Esto indica que podrían estarse reproduciendo dentro de los ratones", comentó.
Peter Convey, ecologista polar del servicio British Antarctic Survey, dijo que los ratones en forma individual existen sólo unos cuantos años antes de desbaratarse. Pero, dijo, "con los colémbolos potencialmente reproduciéndose en su interior y con la capacidad de estos animales de pasar de un ratón a otro cuando el viento los reúne en una área pequeña, parecería que el entorno del ratón glaciar en general funciona como una forma de ecosistema permanente".