La evolución de la especie humana puede seguir trayectorias muy dispares, potenciada por el acelerado avance tecnológico y la creciente desigualdad de ingresos, o guiada por cambios en la ética y el ambiente.
Hasta hace poco, se pensaba que la tecnología le pondría fin a la evolución natural del ser humano; la muerte de la evolución a causa del control de mutaciones y la escasa necesidad de adaptarse al entorno, que algún día moldearemos por completo. No sólo era una convicción del público en general, sino de biólogos y científicos de otros campos. Después de la secuenciación completa del genoma humano, a principios de este siglo, una multitud de estudios ha determinado otra cosa: el ritmo evolutivo se está incrementando. Si nuestra especie sobrevive, sin duda experimentará una evolución extraordinaria. Estas son algunas conjeturas sobre el futuro de nuestra evolución.
Tendencias de cambios físicos
- Capacidad craneal. Si bien de acuerdo al clásico esquema de la evolución del Homo sapiens podemos concluir que nuestro futuro incluye humanos más erguidos y gráciles y un cerebro más grande, existe un obstáculo: los huesos de la pelvis. Para alcanzar cerebros adultos de dimensiones superiores, se requieren nacimientos de bebés con el cráneo más grande, que multiplicaría los riesgos para la madre. Una especie humana con un cerebro mayor, entonces, se considera improbable en los próximos 100 mil años. Aunque existe un contrapunto: la cesárea se ha convertido en una opción casi más segura (estadísticamente) que los partos vaginales. Debemos recordar, sin embargo, que una capacidad craneal mayor a la del H. sapiens no salvó a los neandertales.
- Los dientes y el tamaño de la mandíbula han sufrido una reducción de tamaño en los últimos 10 mil años, nuestros dientes son 10% más chicos que el de los primeros agricultores. El cambio continúa y se espera no sólo una mayor reducción sino la pérdida de varios molares y una mandíbula más chica.
- La altura tanto de hombres como de mujeres ha seguido aumentando debido a varios cambios en la dieta: hemos crecido un promedio de 10 cm en los últimos 150 años.
- A diferencia de otros primates, el ser humano cada vez tiene menos pelo. En la actualidad existe, sobre todo en el caso de la mujer, una presión social que refuerza esta característica.
- Nuestros ancestros homínidos empleaban los dedos de sus pies casi a la manera de los dedos de sus manos; podían engancharse a objetos de su entorno, sostener ramas y hojas, etc. Desde que caminamos erguidos el dedo gordo del pie es el único que preserva su funcionalidad casi intacta: nos brinda balance y cierta prensilidad. El resto de los dedos de nuestros pies se enconchan un poco a fuerzas en el zapato y han perdido, en la mayoría de las personas, toda utilidad. Podemos suponer que se lleguen a atrofiar hasta que seres humanos de cuatro dedos en cada pie se convierta en la norma. Hay muchos ejemplos de especies de vertebrados que sufrieron pérdidas dactilares, como el caballo.
Otros cambios a corto plazo
Sistema inmune. Cada vez dependemos más de los medicamentos. Una parte de la población mundial vive en ambientes cada vez más higiénicos, condiciones en las cuales el sistema inmune se confunde y debilita. Otra parte de la humanidad vive en condiciones cada vez más tóxicas, propicias para la emergencia de patógenos nuevos o la perpetuidad de antiguos. Los trastornos del sistema inmune son más comunes que nunca. El cuerpo humano puede sufrir cambios y perder la capacidad de sintetizar enzimas y hormonas necesarias para la salud. No es impensable un futuro no lejano donde todos debamos suplementarnos con compuestos que hoy produce nuestro organismo.
Etnicidad. Se piensa que hay una tendencia global hacia la monoetnicidad, pero depende de los cambios geopolíticos en las próximas décadas. De cualquier manera, monoetnicidad no significa que los tonos de piel y las facciones se promedien; al contrario de la creencia popular, las personas de cabello rojo o rubio no desaparecerán. El producto de la multitudinaria recombinación genética que ocurre hoy en día será una mayor diversidad en la apariencia del ser humano.
Especulación filosófica
A pesar de la tendencia hacia la monoetnicidad, hay dos escenarios principales en los que se vería la evolución del H. sapiens en dos o más especies o subespecies. Por supuesto, depende de la definición de especie, pues hay más de 20.
- La inmensa desigualdad de ingresos conduce a cambios drásticos tanto epigenéticos como hereditarios. Estamos en la primera etapa en la historia que los pobres son más gordos que los ricos. El ambiente en que se desarrollan ambos grupos es muy diferente y aunque los desplazamientos sociales y de grupos humanos han existido desde el principio varias hipótesis apuntan hacia la bifurcación de la especie en nuestro planeta en los literarios Eloi y Morlocks. Depende del futuro del sistema económico global. La gente que puede usará sus medios para mejorarse y a sus hijos (quantified self, terapia de genes, selección de rasgos antes del nacimiento, etc.). Los que no pueden tendrán mutaciones no deseadas o controladas y otras desventajas que los empujarán en un círculo vicioso.
- Los escenarios más radicales son los más especulativos: Colonizadores humanos en otros mundos, que han perdido todo contacto con la Tierra por los efectos de la guerra o catástrofes naturales, darán paso a nuevas especies. Esto sucedería a través de los mecanismos de la evolución clásica, gradualismo y adaptación en un ambiente aislado geográficamente.
La visión tecnológica. Ya se antoja practicable la selección de rasgos y cierto control de nuestra propia evolución por la tecnología, aunque mucho dependerá del camino que sigan la ética y las leyes de cada país. La terapia de genes, por ejemplo, ya es una realidad y se está practicando. En la próximas dos décadas, la incorporación de seres humanos (de los que pueden pagarlo) con órganos y organismos sintéticos, la realidad aumentada y la ingeniería genética. Un poco más allá, el uso de cyberware: interfaces ser humano-máquinas y prótesis para amplificar los sentidos; la globalización del movimiento transhumanista (el mejoramiento y trascendencia de la condición humana a través de la tecnología). Después, la conciencia de individuos subida a dispositivos electrónicos. Finalmente, la composición de una conciencia colectiva planetaria.
La extinción se antoja bastante probable, ya sea por deterioro de nuestro ambiente y/o genoma (por manipulación o selección excesiva de genes a lo largo de varias generaciones), por sustitución a manos de otra especie (microorganismo o no) o por una serie de catástrofes naturales (exacerbadas por factores antropogénicos). También es posible que nuestra especie tenga una simple función de mayordomía para otra especie, aun cuando ésta todavía no exista.
En el mejor de los casos, en un futuro lejano, nos convertiríamos en semillero de especies. Tal vez en nuestro propio planeta, tal vez tras la dispersión, la diseminación, en las estrellas. Entonces tendría lugar la especiación verdadera del ser humano. Pero mucho antes que esto suceda, ya sería erróneo calificarla de evolución del H. sapiens. Para entonces, esta será una etiqueta más, una etapa en la larga historia evolutiva que habrá conducido al posthumanismo.
Autor: IIEH
Fuentes:
El futuro de la evolución humana