A finales del Cretácico Superior existió Quetzalcoatlus en Norteamérica, un pterosaurio con una envergadura de entre 10 y 15 metros. En el registro fósil se han encontrado muchas especies de grandes animales voladores pero hoy en día el ave de mayor envergadura es el cóndor de los Andes, con sólo 3.3m. ¿Por qué?
Parte del problema se encuentra en la fisiología de los pájaros y los murciélagos. Las aves suelen ser pequeñas ya que requieren de masa muscular y densidad ósea en sus extremidades, tanto en las inferiores para lanzarse al vuelo como en sus alas para aletear. Entre más peso, requieren más músculo y hueso, que a su vez agregan peso. En teoría, los murciélagos podrían ser más grandes: sus alas tienen más libertad y no necesitan masa muscular en sus extremidades inferiores, pues comienzan su vuelo con sus extremidades superiores. Pero los murciélagos están limitados por una de las limitaciones comunes a los mamíferos, pulmones que no pueden suplir oxígeno con la eficiencia y volumen de los pulmones de las aves (y muy probablemente el mismo de los pterosaurios). Los pulmones de las aves, a diferencia de los nuestros, inhalan y exhalan aire en un solo movimiento, gracias a la presencia de sacos aéreos que permiten a los pulmones oxigenar la sangre en cada movimiento.
Al parecer, los pterosaurios no sufrían las limitaciones pulmonares de los murciélagos ni poseían patas traseras muy musculares. Su único requerimiento de masa muscular estaba en la operación de sus alas. Los pterosaurios fueron, entonces, animales extraordinarios que se beneficiaron de varias adaptaciones, con base en una anatomía reptil muy modificada: huesos huecos rellenos de aire, un volumen craneal alto con varias características asociadas con el vuelo, alas membranosas y andar cuadrúpedo que le permitía vivir en tierra. Los estudios más recientes del registro fósil indican que la fauna pterosáurida tuvo una diversidad inmensa durante el Cretácico Superior y hasta el Cretácico Inferior, cuando sus poblaciones se estancaron.
Aunque varias especies del clado de los pterosaurios todavía existían, en competencia con las primeras aves, cuando ocurrió el evento de extinción masiva del Cretácico-Terciario, se extinguieron hace unos 65 millones de años. En particular, se cree que el impacto de Chicxulub provocó los cambios ambientales que condujo a la extinción del clado entero. No volvieron a existir animales voladores de tales dimensiones porque no se combinaron las mismas, o similares adaptaciones en otra especie.
Traducción: IIEH
Fuente: