Biodiversidad. ¡Divino tesoro!(NOTA 1)

Francisco F. Pedroche (NOTA 2)

 

"...el hombre imprime a todos sus actos la
característica de la inconsecuencia y de la
debilidad. En este mundo lo único completo
es la desgracia ".
BALZAC, 1831

Advertencia

Este no es un texto cien por ciento científico, aunque esta escrito por alguien que se jacta de ser un amante de la ciencia, de hacer de ella su modus vivendi. Posee esta historia ciertamente elementos y conceptos resultados de la teoría y la práctica científica, pero es más bien una reflexión, una oportunidad de volver la cara a un estilo que los rígidos modelos de revistas científicas han desechado de su haber por diversos motivos, no necesarios de comentar aquí. Incluye ideas, sentimientos y también vestigios de emoción desbordada. Posturas radicales, pero también algunas muy flexibles. Enojos y desesperaciones propias de la edad, cronológica y geológica. Esperanzas, conservadas celosamente, acerca de un futuro incierto sobre uno de los legados más grandes de la historia evolutiva de nuestro planeta Tierra, su riqueza y variedad de formas vivientes.

Consideraciones iniciales

La modificación de nuestro alrededor ha sido una característica, ponderada por algunos pensadores, para diferenciar al ser humano del resto de los animales. Esta modificación, que se ha convertido en profunda alteración, ya era preocupación de otros intelectuales en el siglo XIX, sino es que mucho antes. La alteración ha ido demasiado lejos, víctima de la codicia y la sin razón. Reforma, no sólo de nuestro entorno sino también de nuestros valores o principios como sociedad. Una brecha que muchos vemos como imposible de cerrar, quizá de disminuir un poco. Así, la conciliación entre millones de intereses, válidos, artificiales, superficiales, temporales o permanentes ha sumido a la comunidad científica y en menor grado al grueso de la población, en la búsqueda de formas, soluciones, hechizos o fórmulas mágicas para preservar, corregir o cuando menos retardar, el agotamiento de nuestros recursos naturales.
Es curioso reconocer que ante las evidencias mostradas y muchas de las veces manipuladas por la prensa, televisión y tradición oral o ficticias, materializadas como una proyección en diversas revistas, libros y películas de ciencia ficción en las que la mayoría de las veces, me atrevería a decir que casi en un cien por ciento, se muestra un panorama macabro, ausente de seres vivos, landas desoladas, desiertos vastos, aguas contaminadas y una guerra fiera por la posesión de los pocos buenos alimentos y tierras disponibles, somos incapaces de reflexionar, detenernos a pensar, imposibilitados de actuar para cambiar el rumbo que generaciones pasadas nos han forzado a caminar.
La frase tan célebre de Karl Marx y ampliamente difundida entre los pseudointelectuales (así nos denominábamos a nosotros mismos) de mis tiempos mozos: "la religión es el opio de los pueblos", que con tanta sabiduría fue acuñada, ha dado paso a una peor, en el sentido de que está terriblemente generalizada. Las religiones, estoy seguro, quisieran tener la trascendencia que este objeto, esta fantasía, tiene en la actualidad: "dinero opio de los pueblos". Bueno, dejémonos de moralidades y asumamos el reto de escribir sobre este tema tan controvertido, cenagoso, tramposo pero a la vez alucinante, complicado y fantástico. La Biodiversidad, ¡divino tesoro!

El problema de definición

Quizá no podemos iniciar esta contribución sin intentar definir, lo que se entiende por biodiversidad (NOTA 3) y como será interpretada a lo largo de esta contribución. La palabra no es más que la conjunción o abreviación de dos conceptos que vinculados facilitan y acrisolan una idea, desde mi punto de vista innovadora: diversidad de seres vivos, diversidad biológica (biological diversity = biodiversity = biodiversidad). Algunos dirán que no tiene nada de innovadora, nada de trascendente. Aparentemente no, ¿qué puede tener de importante sólo reunir dos palabras? Mas el sencillo acto de reunir, hace que dos individuos se conviertan en pareja, dos puntos eléctricos terminales hagan la luz, dos fortunas reunidas conviertan bellos manglares en campos de golf inertes. La fusión biodiversidad brindó una magnitud diferente a los problemas de diversidad, los convirtió en uno sólo, en la integración, retroalimentación y dependencia a través de tiempo y espacio, colocó a la diversidad biológica en el campo de la diacronía después de que por mucho tiempo fue sincrónica. Forzó al trabajo interdisciplinario y multidisciplinario por no mencionar, en el lenguaje actual, el transdisciplinario. Incitó el ejercicio de formación de profesionales especialistas, la reunión de fuerzas. Trató de despertar a una conciencia global inexistente.
La palabra biodiversidad ha tenido y tiene en la actualidad muchas connotaciones y además su ámbito de acción cubre diversos niveles, desde la diversidad de moléculas presentes en los seres vivos hasta la diversidad de ecosistemas en que ellos viven. Muchos trabajos han bordado sobre este tema y no es pretensión del presente, discutir la trama a rondo. Sin embargo, trataremos de hacer un resumen breve de los principales enfoques del concepto.
En general se distinguen tres grandes ámbitos, que también pueden ser interpretados como niveles: a) el ecológico, que implica los ecosistemas; b) el taxonómico, involucra a las especies y c) el genético, en el cual se entrelazan, poblaciones, cromosomas, genes y alelos (Heywood, 1994; John, 1994; Spellerberg, 1996). No podemos negar que en algunos momentos estas tres dimensiones se funden y hacen demasiado complejo el laberinto.
La biodiversidad taxonómica, denominada generalmente específica, está evaluada en términos del número de especies en un espacio determinado. Silva (1992, p. 433), considera la diversidad taxonómica como la evaluación de la igualdad en la representación de las especies, de los diversos grupos, de una biota(NOTA 4) local comparada con el espectro taxonómico regional. Ambas apreciaciones tienen su limitante principal en la debatida definición de especie y, aún más, en el factor tiempo que en la mayoría de las ocasiones no es incorporado, dando la idea de que la biodiversidad es algo estático y que el número de especies no se modifica con el paso de los años. Tiempo significa cambio y cambio es evolución, resultando en diversificación biológica.
El componentes taxonómico de la biodiversidad ha recibido atención durante muchos años y la Agenda Sistemática 2000(NOTA 5) se propuso en 1994, dedicar 25 años de esfuerzo supremo para terminar el incompleto inventario de las especies presentes en el globo terráqueo (Anónimo, 1994a). El gran obstáculo para completar este objetivo son las enormes regiones tropicales con su supuesto número de especies nuevas por descubrir y los pocos recursos económicos destinados para ello, peor aún en naciones preocupadas en resolver conflictos étnicos, sociales y económicos que rebasan las inquietudes de un puñado de científicos en "vías de desarrollo". Necesario es reconocer, en el caso de México, los esfuerzos que la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) ha realizado, a través de sus programas de financiamiento, para el estudio de la diversidad biológica. El apoyo que ha brindado a Universidades de provincia que viven esa biodiversidad y que carecen en gran medida de los recursos necesarios y suficientes. La generación de bases de datos y becas, el reforzamiento de herbarios y colecciones, el empuje para la aparición de publicaciones de diversa índole y finalmente, la gran tarea en la selección y definición, en este país, de las llamadas áreas prioritarias (Arriaga Cabrera, et al., 1998).
La biodiversidad en el sentido ecológico se reconoce como la variedad de ecosistemas, hábitats o "paisajes". Los ecólogos comúnmente consideran también el número de especies, pero sólo como uno de los elementos de la diversidad al cual llaman riqueza específica. El segundo elemento importante es, qué tan equitativa (equitatividad) está la representación de los individuos de cada especie en un ecosistema (Silva, 1992). Aunque la diversidad ecológica incorpora un elemento importantísimo que es la interacción entre los diversos componentes de un sistema, también en momentos da la impresión de no considerar la temporalidad y los efectos que ella tiene en los seres y contextos ambientales.
Aquí también, como en el aspecto taxonómico, el problema de definición y demarcación son puntos de álgida discusión. Se habla de dar prioridad a los aspectos fitosociológicos, fisiognómicos o ecofisiológicos en esta tarea definitoria (Heywood, 1994). Por supuesto que no debe hacerse a un lado el factor ecológico que actúa en tiempos y espacios particulares pero creemos, una vez más, que el énfasis debe recaer en la historia evolutiva relacionada con la biodiversidad. Esta interdependencia entre ambiente y especie resulta en lo que comúnmente se denomina hábitat. Un ambiente puede ser considerado como el abanico de posibilidades abióticas y bióticas con las que una especie se "casa" conforme a una serie de requerimientos que su historia evolutiva le ha impuesto. El "camino" de aquí en adelante será una comunión estrecha entre los cambios ambientales y los genéticos de esa especie. Así, el hábitat se concibe como una instancia cambiante, muy particular y única, que se destruirá en el momento que una de las dos partes desaparezca, la especie o las condiciones que permiten su permanencia. De ahí que la metáfora de la Reina de Corazones(NOTA 6) resulte tan fascinante, tan descriptiva; como bien me hizo recordar mi colega Dreckmann (comunicación personal).

De esta manera, la evaluación de la diversidad especifica involucra la diversidad de hábitats y viceversa. Las medidas de conservación aplicadas a ecosistemas repercutirán en la especies y al recuperar especies se recuperan hábitats. La piedra de toque para la toma de decisiones en el mantenimiento (conservación) de regiones y en la recuperación (restauración) de otras áreas geográficas, duramente impactadas, es el reconocimiento del camino evolutivo de los entes vivos, llámense especies o sistemas. Este aspecto es tratado con mayor amplitud en la sección correspondiente.
Finalmente, ¿qué se entiende por diversidad genética? Avise (1994) en su excelente libro menciona algunos parámetros que podrían ser empleados como indicadores en la conservación y discute las limitaciones y contradicciones encontradas, conforme los diversos investigadores se internan en un número mayor de organismos de los diferentes clados(NOTA 7) existentes en la actualidad. Básicamente, diversidad genética se refiere a qué tantas formas diferentes de expresión del genotipo(NOTA 8) hay y qué tan separadas están unas de otras. Como se mencionaba en párrafos anteriores, nosotros reconocemos depósitos de esta información en la forma de genes, alelos, cromosomas y su expresión en poblaciones y especies. Sin embargo esta variación de información puede ser muy pequeña; en el caso de los humanos por ejemplo, qué tan gruesa o abundante es nuestra ceja, o puede ser de la magnitud de integrar sistemas muy diferentes como la respiración por branquias o por pulmones. La consideración de este grado de variación se denomina divergencia genética. En este gran intervalo ¿qué tan divergentes tienen que ser dos grupos de individuos para ser considerados bajo patrones de diversidad, conservación o recuperación diferentes?
En otras palabras, si Noe hubiese tenido que elegir cuáles representantes del grupo canino subir al área ¿elegiría al lobo, al coyote o al perro doméstico?, o hubiera optado por salvar al labrador, al pastor inglés o al chihuahueño. La divergencia genética es comparativamente diferente entre las razas de Canis vulgaris (doméstico) que entre éstas y Canis lupus (lobo) y Canis latrans (coyote). Bueno, de todas formas algunos se hubieran ahogado por no estar bien ubicados geográficamente.

La Agenda Sistemática 2000, en un esfuerzo por reunir los elementos taxonómico, ecológico y genético, define la biodiversidad como "The variety and variability among living things, including the number of species, number of distinct clades, within-species genetic variation, and "functional" diversity (the countless ways in which organisms function and interact with each other and their environment)", (Anónimo, 1994b). Edward Wilson en 1992 ya había dado una definición integral del concepto y algo parecida a la anterior.

Pérdida de la biodiversidad, ¿fenómeno natural o inducido?

Valga iniciar este inciso con un proverbio, "una imagen vale más que mil palabras". Bueno, en este caso serán virtuales, pues habrá que evocarlas en la mente. Las primeras de un reciente, otras de un pasado antiguo. Las iniciales presenciadas por el que esto escribe, las segundas afortunadamente no. Imagínense un bosque de manglar en la costa sur de Jalisco, árboles muy altos con raíces en zanco, aves revoloteando en sus copas, mil y un sonidos escondidos en el suelo, su nombre: Colemilla, le llaman los paisanos. Allende su vista un ruido se levanta, primero lejos, después cerca, humo perciben sus ojos, caída de ramas, vuelo desenfrenado de pájaros unicolores. Los "bulldozers" están "trabajando", firmas multimillonarias transpacíficas han acordado la sustitución de ese lugar. Prados verdes, homogéneos, calculadamente curvados desplazaran el sistema “original" para regocijo de una pizca de elegidos que levantaran en alto sus bastos, no para defender el embate de un gigante, ¡no! sólo para golpear un grano de sal.
También, no más que hace unos días, buscando unos seres de mitología con ojos ávidos e inteligentes llamados salamandras, nos adentramos en el bosque de coníferas cercano a la población de La Dieta, camino a Zitácuaro, en el estado de Michoacán, México. La cortina que nos dio la bienvenida auguraba un día lleno de vegetación, aromas, colores y por supuesto de salamandras, criaturas adoradoras de estos parajes; sin embargo, sólo a unos cuantos pasos el derrumbe de pinos en sus diversas especies y de encinos dejó ante nuestros ojos, espacios erosionados, secos y abandonados. Esto es el pan nuestro de cada día en el México natural.
En otro lugar y en otro tiempo, hace aproximadamente entre 65 y 140 millones de años, un gran meteorito se impactó cerca de lo que ahora es la Península de Yucatán, vaporizándose y formando una gran nube de cenizas que cubrió por varios siglos la luz del sol.(NOTA 9)
Este fenómeno astronómico trajo como consecuencia una de las grandes extinciones que, durante 570 millones de años caracterizaron la historia biológica de nuestro planeta (Eldredge, 1985). Otras grandes catástrofes sucedieron durante el Ordovícico (505 ma), Devónico (408 ma) y Pérmico (286 ma) desapareciendo, de un plumazo, millones de organismos (Llorente, et al., 1996). Algunos autores consideran incluso, que durante el Pérmico, más del 90% de la diversidad fue eliminada, extinguida (Jablonski, 1991).
La comparación con las escenas recientes pudiera parecer ridícula; sin embargo, en los dos ejemplos la alteración, fragmentación de sistemas y la pérdida de especies, hace necesaria una reflexión. Una tricotomía, que adelante devuelve un camino solitario. Esta pérdida de biodiversidad se da por causas "naturales" como consecuencia de la propia evolución, del cambio y sustitución, en ocasiones, de las especies integrantes de este gran concierto y también, por actividades ajenas a ella; actividades de su entorno climáticas, geológicas. En una palabra: la evolución del planeta. La dominancia de la depredación de una de las especies sobre otra, o las demás, crea también un desbalance. Desbalance que es ajustado a través del tiempo. Pero Homo sapiens, en su corto tiempo sobre este planeta ha llevado ha limites intolerantes la explotación, uso y abuso de la biodiversidad, no habrá tiempo suficiente para el restablecimiento o "aparición" de formas nuevas.
Actualmente, se ha vislumbrado un fenómeno mundial: al parecer, las poblaciones de anfibios se encuentran en un descenso dramático (Blaustein y Wake, 1990). Un grupo de investigadores de diversas naciones se ha propuesto el estudio y evaluación de este fenómeno. En é1 se habla de lluvia ácida, de fragmentación de ambientes, de erosión genética; pero también se comenta de esta oscilación de ritmos evolutivos que pueden promover la diversificación o igualmente la extinción de grupos completes de organismos. Quizá, como escribe Morell (1999), nos encontramos ante la sexta gran extinción... La extinción del Cuaternario, ¡la extinción del hoy! El grave problema con algunas de las posturas necias, sea considerar que si la biodiversidad se ha recuperado, como en el caso de las grandes catástrofes mencionadas arriba, entonces también podrá recuperarse de la crisis actual. ¡pensamientos fatuos!
Este aspecto de la biodiversidad ha causado debates con la presencia de posturas extremistas, la mayoría de las veces basadas en datos subjetivos y claramente tendenciosos. Lo que si es una realidad, es que la tasa de extinción actual es alarmante, situándose entre 100 y 1000 veces más rápida que la estimada para el mismo fenómeno en situaciones "naturales" (John, 1994). La predicción para el futuro indica la pérdida potencial de entre 50 000 y 100 000 especies por año. La biodiversidad, en términos de especies descritas a la fecha, es de 1 604 000 y la estimada es de aproximadamente 12 250 x 10' taxa específicos (Groombridge citado en Maxted, 1996).

Conservación, reto inicial

Ante esta cifra abrumadora, las acciones para detener el deterioro y para conservar cantidades representativas de la biosfera son impostergables. La pregunta que subyace es: ¿Qué es lo que vamos a conservar?
La definición de "unidades de conservación" vuelve a convertirse en un punto medular. Pero no sólo el ¿qué?, sino ¿cómo lo vamos a conservar? Si seguimos la lógica o continuidad del presente escrito, las unidades también pueden ser divididas en especies, ecosistemas o "unidades genéticas". En cuanto al "cómo", existen varias corrientes, algunas extremas como las postuladas por ciertos "ecologistas", que mantienen la idea de lugares intocables parecidos lo más posible al paraíso inicial. Otras, sugieren la instalación de cinturones con grados decrecientes o crecientes de protección. Finalmente la que parece estar en boga, que intercede por un "desarrollo sustentable", cualquier cosa que esto signifique. Aquí nos ocuparemos del problema de las unidades, porque el "cómo" requiere de un análisis diferente no objeto de este trabajo.
Ante la imposibilidad de conservar a todas y cada una de las especies existentes, debido principalmente a la carencia de recursos económicos y de interés, se han desarrollado algunas aproximaciones que combinan la naturaleza de las especies: indicadoras, endémicas, clave, "representativas", "importantes", raras, amenazadas, en peligro de extinción, distintivas taxonómica o filéticamente, con su presencia en ciertas áreas o regiones (Heywood, 1994). Intrincada red de concertos, fórmulas, contextos y decisiones.
La mal llamada conservación ecológica, pues lo que realmente se pretende conservar son organismos y especies que, interrelacionándose "construyen" una atmósfera y eslabones que las vinculan en un complicado sistema, esta aparentemente en un callejón sin salida; sin embargo, la calle de la conservación a trechos obscura, parece iluminarse gracias a la acción y aplicación de concepciones y técnicas modernas, entre ellas la biología molecular y el paradigma de la sistemática filogenética. En este sentido son muy interesantes las propuestas de Stiassny (1994), Faith (1994), Erwin (1991) y Moritz (1996), entre otros, que pugnan por el empleo de lo que se ha denominado conservación filogenética. Entre ellas destaca, desde mi punto de vista, la propuesta de Moritz (1996) sobre la definición de unidades llamadas "unidades de manejo" (management units) y las "unidades evolutivamente significativas" (evolutionarily significant units). Estas unidades sirven para distinguir entre la conservación de patrones versus la conservación de procesos. La mayoría de las propuestas existentes o de mayor arraigo, se centran sobre la primera; en ella, las unidades están representadas por grupos poblacionales demográficamente independientes, en un espacio y tiempo determinados (aquí y ahora). La información relevante es tamaño de la población y conectividad.
Cuando uno se enfoca hacia los procesos que dieron origen a poblaciones separadas, pero que juntas representan la diversidad evolutiva de un taxón, entonces el factor histórico es relevante. La conexión filogenética que distingue y a la vez separa se convierte en una herramienta robusta. Los árboles que muestran relaciones patrísticas (NOTA 10) son las plantillas para determinar hipótesis de áreas a proteger. Qué mejor cuando estas áreas son coincidentes con otros grupos de organismos que poseen las mismas o cercanas características evolutivas del grupo en cuestión, lo cual fortalece la propuesta inicial. Estos postulados son el fundamento en las unidades evolutivamente significativas.
Esta aproximación filogenética no esta exenta de bemoles, puede encontrarse el conflicto entre la conservación de linajes recientes y, en contraposición, la conservación de linajes antiguos (Moritz, 1996). Es decir, ¿se deberá poner atención a grupos o regiones que están en diversificación o que lo estuvieron hace pocos miles de años o lo adecuado es dirigir los esfuerzos a áreas que conjugan representantes de ramas profundas y por ello ancestrales?, un ejemplo de esto lo constituye la península de Olympic en el estado de Washington, USA, con linajes muy antiguos entre anfibios, aves y mamíferos (Wake, comunicación personal). Quizá para clarificar sirva referirnos al estudio de los textos y lenguajes, ejemplo que ha sido empleado por Platnick y Cameron (1977) para mostrar la correlación de los métodos usados en estas disciplinas y la estadística de seres vivos.
Tanto en los textos como en las lenguas, existen representantes de lo que fue escrito o hablado en tiempos antiguos y cómo estos se han modificado a través del tiempo. Las mil y unas noches datan del siglo XV y después de esta fuente original se han dado varias versiones y traducciones, las cuales han modificado concientemente o no su contenido, llegando inclusive a ofrecer relatos cortos para niños. En el aspecto lingüístico, aunque el latín se modificó sustancialmente (evolución interna del propio idioma) ha dado origen a otras formas de expresión: el italiano, el castellano, el portugués. Ante el evento de elección de cuál de las obras o cuál de las lenguas conservar ¿por cuál se inclinaría usted amigo lector?, ¿por las recientes o por las que representan el fundamento de las actuales?

Recuperación, ¿es posible regresar al paraíso?

La recuperación de la biodiversidad ha sido llamada también restauración, quizá como un reflejo subconsciente de culpa en el cual se quiere reparar lo dañado. Al igual que en el caso de la conservación, a la recuperación se le ha colocado el epíteto de ecológica, de nueva cuenta insisto que se recuperan las especies o los sistemas, no la "ecología".
Si los pasos hacia la conservación son inseguros y lentos, en la recuperación aún no aprendemos a caminar. Existen aproximaciones, técnicas y proyectos pero no estrategias reales y concretas a seguir. Entre estas ventanas a un universo que se vacía, están la biorremediación, tanto de agua, suelo y aire, empleando organismos o sistemas que fijan elementos extraños o dañinos, depurando de alguna manera el elemento circundante. La batalla para impedir o disminuir la erosión de suelos mediante el concurso de algas verde azules que retienen y favorecen el establecimiento de otras especies de plantas. La reintroducción de vegetales y animales a áreas en las que antes habitaban, el establecimiento de "corredores" que permiten el paso de elementos (organismos o estructuras reproductoras) entre las "islas" que han quedado al fragmentarse los ambientes, son algunos ejemplos.
Todos estos esfuerzos han sido como partes que no han podido o no se han querido ensamblar para conformar un gran todo. La construcción de parques zoológicos, originalmente concebidos como lugares de estudio y aprendizaje y después, desvirtuados como lugares de atracción o exposición de fenómenos, ahora tienden a recuperar su papel social y biológico, al ser reservorios de ejemplos preciosos y sobrevivientes de un pasado esplendoroso. Lo mismo sucede con los jardines botánicos, museos vegetales que ahora son, en ocasiones, el único recurso para repoblar o reproducir formas desaparecidas.
La empresa de recuperar involucra, según algunos autores (Pywel I y Putwam, 1996), el cambio profundo (reconstruir o restaurar) en sistemas ya degradados para "regresarlos" a su estado y función originales. ¡esto obviamente es imposible! ¿Cómo reproducir miles de años de cambio, conjunción y retroalimentación?
Dentro de las alternativas a la recuperación están: el "reforzamiento" de sistemas en donde algunas especies han disminuido sus números, los ambientes se han fragmentado o bien han sido impactados por actividades humanas. Este reforzamiento implica la reintroducción de nuevos miembros en las poblaciones, la creación de puentes que permitan el movimiento y con ello el flujo genético y precisamente lo que apuntábamos anteriormente, la bioremediación de los ambientes alterados. Pywell y Putwam (1996, p. 204) también mencionan la creación de novo de sistemas y el trasplante de comunidades de un "sitio donador a un receptor".
Estas tareas demandan un cuidadoso estudio y pruebas sobre: el sitio a elegir, las especies a considerar, aunado a sus requerimientos y si el sitio seleccionado las posee, la historia del lugar y el objetivo de la recuperación, el cual puede ser con fines de protección, de educación, de investigación, estético, como recurso genético, etc. Precauciones sobre los impactos de estas actividades en comunidades aledañas, tanto en composición, como en densidad y uso de los recursos, por no mencionar las evaluaciones sobre el costo económico, social y político de las actividades de renovación, deben considerarse. En estas tareas, los sistemas geográficos de información por satélite (GIS) parecen brindar una ayuda invaluable en la integración de datos y como respaldo a propuestas precisas sobre áreas susceptibles de recuperar.
Un factor trascendental es que los tiempos para que las especies colonicen, se establezcan, inicien las interrelaciones con otras especies y se dé ese complejo intercambio entre el ambiente y los seres, hace a cualquier intento irreal a no ser que se encuentren medios para acelerar los mecanismos y procesos. Por ejemplo, la plantación y distribución artificial y adecuada de reproductores, control de la competencia (depredadores y especies agresivas de rápido crecimiento, por ejemplo), mejoramiento del suelo y establecimiento de los microorganismos adecuados en é1, control de enfermedades y plagas. Esto, complementado con una evaluación sistemática de los parámetros climáticos y en general ambientales, así como su posible modulación hasta lograr la "independencia" del sistema piloto.
Ojalá estemos aún a tiempo de que esta interesante rama de la biología se difunda, eche raíces, permee las conciencias y sobre todo, mantenga su espíritu. No vaya a ser que termine como la "ecología" o la "conservación", siendo la palabra de moda, el "slogan" de políticos y el recurso o pretexto para enriquecerse. Prostituida por la prensa y por el diálogo sin sentido.

La genética, ¿panacea o ilusión?

Aunque la puerta directa al genotipo fue parcialmente abierta con Mendel y varios detrás de él empujaron con fervor, es sólo hasta ahora que hemos dado un paso más allá del portal. Al otro lado, y habiendo asomado la cara, se avizora un recinto en donde viven, atesorados, los volúmenes escritos en su totalidad con tan sólo cuatro letras: A, T, G y C.(NOTA 11) Cuatro son los lados de una pirámide, cuatro los puntos cardinales, cuatro los elementos primordiales y cuatro GATACAs asolarán al mundo en su fin. Remolinos de viento mueven, cambian y regresan sus hojas. El tiempo las resquebraja, las arranca pero también coloca algunas nuevas. Este portal separa realidades de expresiones, reflejo de una intrincada miriada de información (polimorfismo genético), intercomunicación (epigénesis) y correlaciones (epistasis). Espejos del mundo genético, como bien apuntaría uno de nuestros colegas (Dreckmann, corn. pers.), que son interpretados por Schahrasadas de mil y un rostros.
Gracias a las técnicas nuevas de biología molecular, podemos empezar a leer páginas de estos tomos arcanos ¡mas leer no significa entender! Descifrar jeroglíficos, definir donde empiezan y donde terminan las palabras, los mensajes, se ha convertido en el reto del siglo XXI. En esta empresa se tratan varios caminos: el análisis de frases (proteínas-isoenzimas, aloenzimas), palabras (fragmentos polimórficos -RLFP) y el rompecabezas de las tetras sueltas (mononucleótidos -la secuenciación directa de ADN).
El advenimiento de una técnica clave, conocida entre el medio como la técnica de PCR -siglas con las que se reconoce un proceso de laboratorio (polymerase chain reaction)- permite, a partir de una muestra pequeñísima de tejido, obtener millones de copias de un fragmento predeterminado de ADN y reconocer las tetras que lo componen. Una de las grandes ventajas y aportaciones de este método es que dichos fragmentos se pueden extraer de todos los seres vivos conocidos, segmentos en donde la variación combinante de cuatro bases permite la comparación a todos los niveles y rangos taxonómicos.(NOTA 12)

Posibilidad antes no tangible.

Con estas tecnologías poderosas ahora podemos estimar la divergencia genética y elaborar hipótesis filogenéticas(NOTA 13) más robustas. Por ejemplo, cuando en el inciso de conservación hablábamos de diversidad genética ahora ésta se puede evaluar mediante la "heterocigocidad". La disminución de ella (mayor frecuencia de homocigosis), está asociada a la reproducción frecuente entre parientes muy cercanos ("inbreeding") lo cual conlleva una reducción de adecuación (NOTA 14) ("fitness depression"), un decremento en crecimiento, sobrevivencia y fertilidad (Chariesworth y Chariesworth, 1987). Aparentemente este proceso se da con mayor proporción en poblaciones que han sufrido una reducción drástica en el número de integrantes, motivando que la reproducción sea muy local. Ahora mediante biología molecular, la evaluación de heterocigotos es directa y no de manera indirecta, mediante reducción de adecuación, como antes se hacia (Avise, 1994).
El papel de la sistemática molecular es cada vez más significativo en el campo de la conservación y recuperación de la biodiversidad, y gracias a sus herramientas es posible definir linajes, tiempos de divergencia y la frecuencia alélica en cada uno de ellos. Reforzando la postura de Moritz(1996), la frecuencia alélica permite conocer divergencia intraespecífica en las unidades de manejo, debida muchas de las veces a fragmentación de los espacios, una vez continuos, ocupados por la especie "madre" u original. Con ellas podemos conocer su "movimiento" evolutivo y el grado de aislamiento de las poblaciones. Simplemente por este hecho varios grupos biológicos serían merecedores de la conservación; sin embargo, en términos prácticos es muy difícil implementar la protección de estas unidades. Pero también existe la otra posibilidad, de que rangos taxonómicos como especies o subespecies que han sido reconocidas morfológicamente, I ecológicamente o biogeográficamente no posean divergencias genéticas considerables y representen un solo grupo común. Entonces estaríamos duplicando la "conservación" de la misma entidad. Por otra parte, las unidades evolutivas significativas podrán representar una herramienta para la decisión de protección de ciertas regiones geográficas. Para la definición de estas unidades, Moritz(1 996) sugiere la utilización de árboles filogenéticos mitocondriales, por la cualidad de que la mitocondria se hereda sólo uniparentalmente y su tasa evolutiva es mucho menor que la del cloroplasto o del ADN nuclear, además de que este último posee muchos polimorfismos que pueden hacer incoherentes los árboles filogenéticos generados por los otros organelos. La idea es detectar grupos monofiléticos en árboles inoleculares y hacer de estos los blancos de la conservación. Así, la evaluación de la diversidad genética inter e intraespecífica y la búsqueda de regiones geográficas concordantes (varias especies o unidades recurrentes en ciertas áreas) mediante la aplicación de estudios filogenéticos, debe ser el objetivo de nuestros esfuerzos en el próximo milenio, y los medios a utilizar deben ser los que nos brinda la biología molecular la cual, seguramente, nos depara todavía mayores sorpresas.

Epílogo

Para terminar, me gustaría puntualizar sobre algunas medidas que han sido consideradas para paliar el efecto exterminador de nuestra especie. Algunas de ellas duramente criticadas por sectores de "nuestra" sociedad y otras aún en su etapa primigenia como para poder evaluar el impacto que pudieran tener en un futuro cercano.
Estas medidas pueden quedar enmarcadas en dos grandes grupos, aquellas al interior de nosotros como parte de la biodiversidad y las que están orientadas al resto de las especies. Dentro de las primeras es innegable la necesidad de controlar nuestra expansión, con la consecuente reducción en el número de habitantes. Desde un punto objetivo, humano y razonable, deben de ser reevaluadas las propuestas de control natal, de eutanasia y de eugenesia, en un esfuerzo por independizarnos de la arraigada y milenaria idea de especie única. Sin generalizaciones absurdas, pero con los pies bien plantados ante un panorama apremiante que indica deficiencias en la calidad de agua, alimentos, casa, vestido y sustento. La tendencia generalizada a la violencia motivada por el alto grado de hacinamiento, la falta de oportunidades y la injusticia social.
Programas prioritarios en educación para que las generaciones presentes y venideras conformen una conciencia global sobre los problemas de biodiversidad, que son nuestros problemas, motivando un respeto a la naturaleza y a la consideración de que el resto de las especies son parte de la Tierra y que nosotros no somos ni más ni menos que ellas.
Fomentar una cultura de diversificación en el consumo y utilización de los recursos naturales.
Los gobiernos, los medios de comunicación y las Iglesias deben de pujar por una reinstauración de valores y por un reordenamiento económico. Se debe a toda costa reevaluar el significado del dinero.
En cuanto a nuestros esfuerzos hacia la biodiversidad, se deben promover estudios sobre preservación de semillas, incentivar la creación de bancos de semillas y tejidos, incluso la investigación criogénica, no para congelar ricachones o dictadores, sino especies amenazadas o en peligro de extinción. La clonación, tan vituperada y satanizada puede tener su lugar en la lucha de la conservación y de la recuperación.
La evaluación, conservación y recuperación de la biodiversidad es tarea de todos y no sólo de una pizca de científicos, economistas y políticos con fines no muy claros. El futuro de la biodiversidad es muy incierto, incluyéndonos los animales clasificados como Homo sapiens.

Agradecimientos

La incursión de este texto en los confines del feudo de la Filosofía y en el reino de las Humanidades, representa en mi algo similar a lo experimentado por el guerrero Caramon a su entrada al bosque Wayreth de la tierra de la Dragon Lance. Esto se lo debo en gran parte a mi colega Jorge Ocampo y a Teresa Kwiatkowska, quienes creyeron en un no sé qué ¡gracias, ha sido una gran experiencia!, me he ganado de antemano la excomunión en algunos sectores académicos. Agradezco la lectura crítica de este trabajo a Abel Senties, Kurt Diedemaun, Alejandrina Ávila y Jorge Ocampo. Así como a los revisores anónimos.

Bibliografía

Anónimo (1994a), Systematics Agenda 2000. Charting the biosphere, Chicago, Committees of Systematics Agenda 2000. 20 p.
Anónimo (1994b), Systematics Agenda 2000. Charting the biosphere. Technical Report, Chicago, Committees of Systematics Agenda 2000, p. 34.
Arriaga Cabrera, L., E. Vázquez-Domínguez, J. González-Cano, R. J. Rose.-iberg, E. M. López y V. A. Sierra (coords.) (1998), Regiones prioritarias marinas de México, México, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), p. 198.


(NOTA 1) KWIATKOWSKA, Teresa y Ricardo López Wilchis, Ingeniería Genética y Ambiental, México, Plaza y Valdés-CONACYT, 2000
(al texto)
(NOTA 2) Depto. Hidrobiología, UAM-Iztapalapa, apdo. postal 55-535, México, D.F. 09340, University & Jepson Herbarium, University of California 1001 VLSB # 2465, Berkeley, CA 94720-2465.
Dedico este pequeño texto a mi maestro Paul C. Silva, callado, incansable y comprometido científico.
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(NOTA 3) La palabra biodiversidad parece provenir de un simposio realizado durante 1986, cuyos trabajos fueron publicados en un libro llamado precisamente "Biodiversity" (Wilson, 1988).
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(NOTA 4) Con este término se conoce al grupo de organismos de una región o de un tiempo específico.
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(NOTA 5) Durante 1994 y gracias a la participación de las sociedades más renombradas en Sistemática y Taxonomía se integró un grupo (convención) que a la luz de la Convención de Río formuló un plan de trabajo para estudio y conservación de la biodiversidad global.
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(NOTA 6) Este modelo, conocido como "Red Queen" y basado en el cuento de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas, fue propuesto por Van Valen en 1973.
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(NOTA 7) Clado. En el lenguaje eladístico representa a un grupo nionofilático, consistente de un ancestro y todos sus descendientes (Maddison y Maddison, 1992). La traducción al español a partir de "clade" es conforme a Sánchez y Vaidecasas (1980).
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(NOTA 8) Genotipo es la información que se encuentra contenida en el material genético y que no necesariamente se expresa, cuando lo hace se le denomina fenotipo.
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(NOTA 9) Esta teoría fue propuesta en 1980 por Luis Álvarez y su hijo Walter como una explicación, entre otras cosas, a la extinción de los dinosaurios.
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(NOTA 10) Afinidades debidas a la presencia de ancestros comunes. Relación ancestro-descendiente.
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(NOTA 11) Estas siglas corresponden a las bases púricas (Adenina, Guanina) y pirimídicas (Citosina, Timina) que en combinación con un grupo fosfato y un azúcar integran los nucleótidos, parte medular de la hélice de ADN.
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(NOTA 12) Esta virtud es ampliamente reconocida por avise (1994). El análisis de secuencias de ADN permite comparar atributos genéticos entre organismos tan alejados morfológicamente como las bacterias y los humanos.
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(NOTA 13) Relaciones evolutivas al interior de grupos o entre grupos de organismos.
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(NOTA 14) Aquí he traducido "depression" como reducción aunque podría emplearse también depresión.
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