De 1946 hasta la década de los 70s, un etólogo estadunidense realizó experimentos de población en decenas de miles de ratones, en condiciones que hoy causarían la cólera de grupos de defensa animal.
El plan de John B. Calhoun fue crear utopías donde los ratones no sufrieran de las inclemencias del tiempo, de enfermedades o depredadores, ni de la escasez de alimento, a fin de estudiar los efectos de la sobrepoblación. Aunque a lo largo de los años fue modificando algunos detalles de su experimento, a todos les llamó "universos" y consistían en recluir cierto número de parejas de ratones o ratas indefinidamente en un recinto.
Por ejemplo, el Universo 25: Calhoun primero construyó un recinto cercado de 2.5 metros cuadrados con bardas de 1.37 metros de altura. Luego construyó estructuras para que los ratones se ejercitaran, tales como túneles, y otras para suministrar agua y alimento. Introdujo cajas y suficiente material para la fabricación de nidos y espacios para mantener las crías. En total, el Universo 25 tenía 256 sitios para anidar y una población potencial de 3840 individuos si se consideran los hábitos de conducta social de los ratones. La temperatura en el recinto se mantenía entre los 20 y los 32 grados centígrados y se proporcionaba una limpieza mensual completa. El Universo 25 le proveía casi todo a sus habitantes, incluso ofreciéndoles algo que rara vez encuentran en la naturaleza: La vejez. Lo único que estaba restringido era el espacio pero no fue un problema para las cuatro parejas pioneras de ratones cuando comenzó el experimento, en julio de 1968. Calhoun describió las diferentes fases del Universo 25:
Fase A. Los primeros 104 días, período de gran agitación social en el grupo de 8 ratones pioneros mientras se ajustaban a su nuevo entorno y a sus congéneres.
Fase B. Rápido crecimiento de la población, que se duplica más o menos cada 55 días. Saltos de población: 8, 20, 40, 80, 160, 320, 640. Cuando llegó el final de la fase B, el día 315, los ratones ya habían ocupado todo el espacio físico deseable y estaban organizados en 14 grupos sociales, cada uno con un macho dominante y sus roles sociales bien establecidos. Mediante una organización social jerárquica y bilateral emplearon los recursos disponibles al máximo.
Fase C. Al alcanzar una población de 640 individuos, el ritmo de duplicación se redujo a 145 días. Sin la posibilidad de emigrar a otros territorios y con un número de jóvenes mucho mayor que el de roles sociales útiles comenzaron los problemas. Al alcanzar cierta edad, los machos jóvenes buscaban obtener el rol de macho dominante pero si fallaban no tenían la opción de entrar en otro de los grupos, que estaban en las mismas condiciones. El estrés de defender su posición continuamente provocaba que el macho dominante dejara de proteger su territorio, cuyos nidos fueron entonces invadidos. Así, aumentó la agresividad en las hembras fértiles, que trataron de ocupar este rol. La mayor agresividad de las hembras también se reflejó en su manera de criar las nuevas camadas de ratones. Algunas crías fueron abandonadas o atacadas y heridas por sus madres; el periodo de lactancia se redujo. Mientras tanto, los machos que fallaron en la adquisición de rol se recluyeron física y mentalmente: se volvieron muy inactivos, con una conducta de violencia esporádica y se reunieron en un conjunto, al centro del recinto, dando origen a lo que Calhoun llamó la cloaca de comportamiento. Durante la fase C, se redujo el índice de natalidad y hacia el final, a partir del día 560, la población dejó de crecer por completo y el número de muertes superó el de nacimientos.
Fase D. Al principio de esta fase, el orden social ya se había derrumbado. La violencia intergrupo e intragrupo es común, el canibalismo de crías no es raro; algunos ratones exhiben conductas de pansexualidad e hipersexualidad, otros muestran una apatía completa con respecto al sexo y pasan sus días acicalando su pelaje (este grupo nunca recibe ni inicia agresión alguna y Calhoun lo llamó "los hermosos", porque sus miembros carecían de cicatrices); la mayoría de las hembras de las últimas camadas nunca se embaraza ni tiene comportamientos maternales. Pocas crías sobreviven más allá de la lactancia, el último ratón que se convirtió en adulto nació el día 600. El número de embarazos disminuyó constantemente hasta llegar a cero el día 920. Para marzo de 1972, la edad promedio de la población era de 776 días, 200 días más que la edad que marca la menopausia en ratones. El Universo 25 estaba condenado a la extinción.
Durante la fase D, un colega de Calhoun, Halsey Marsden, extrajo algunos ratones del Universo 25 y los colocó en un nuevo recinto, pero tampoco ahí exhibieron un comportamiento normal ni señales de recuperación alguna. Es más, incluso después de añadir ratones normales del sexo opuesto no evidenciaron poseer conductas reproductivas. El final del Universo 25 fue en noviembre de 1972, el día 1471, sólo sobrevivían para entonces 27 ratones, 23 hembras y 4 machos. El más joven tenía 987 días de edad, alrededor de 90 años en términos de la especie.
Inspirados en H.G. Wells y George Orwell, los experimentos de Calhoun tuvieron una influencia explosiva en la cultura y las ciencias sociales de la década de los 60s y 70s (cfr. películas como "Soylent verde" o "Zardoz") desde su primera publicación en la revista Scientific American en 1962. Aunque ya para mediados de los 70s sus experimentos se enfocaban más en aliviar los principales problemas de la sobrepoblación que en replicarlos, la imagen pública de Calhoun había quedado irremediablemente ligada con macabros ensayos de extinción masiva y la cloaca de comportamiento. La academia poco a poco desechó sus ideas por la controversial extrapolación directa de poblaciones de ratas y ratones a grupos humanos, ya que Calhoun empleó términos antropomórficos para referirse a diferentes subgrupos de ratones.
En los 80s, a pesar de querer continuar su trabajo, Calhoun ya no recibió apoyo del Laboratorio de Psicología del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), donde hizo sus experimentos. A pesar de que otros científicos realizaron estudios para extrapolar los efectos de la sobrepoblación de ratones o ratas a poblaciones humanas, los resultados fueron muy inconsistentes. El ser humano posee herramientas que aminoran o eliminan el daño social de la sobrepoblación: la capacidad de cultura, una compleja organización social y constante innovación tecnológica. De cualquier forma, inevitable generalización, existen similitudes peliagudas en la conducta humana, como en el caso de ciertas ciudades contemporáneas. No lo olvidemos, al principio una utopía, el Universo 25 se convirtió en distopía por culpa de un solo factor.
Autor: IIEH
Fuentes:
Muerte al cuadrado: el crecimiento explosivo y la muerte de una población de ratones
Escapando del laboratorio, los experimentos ratoniles de John B. Calhoun y su influencia cultural
Nota: La cloaca de comportamiento es un estado de patología social que aflige al grupo de ratones en condiciones extremas de sobrepoblación y uno de los términos que Calhoun introdujo y la psicología ha adoptado. La conducta de los ratones se vuelve cada vez más y más errática hasta que, de pronto, la cloaca de comportamiento emerge como un vórtice. Los ratones acaban reuniéndose en una masa única en el centro del Universo. La cloaca de comportamiento eleva la tasa de mortalidad infantil hasta 96%, agrava las demás patologías sociales y es irreversible: marca la próxima extinción del Universo.
Fotografía: Yoichi Omamoto
la unica diferencia seria el conocimiento de esto .las ratas no lo sabian o no ?