En las últimas cuatro décadas, 80% de los arrecifes de coral en el mundo han muerto o sufrido de blanqueamiento, en gran parte por causa de actividades humanas. Es un campo que, continuamente, trae consigo malas noticias pero esta semana se ha anunciado una buena nueva, un proyecto exitoso para la ayuda a la restauración de los arrecifes de coral.
Los arrecifes de coral cubren tan solo el 0.1% del área de los océanos de nuestro planeta, pero son de los ecosistemas más productivos del planeta: albergan más de una cuarta parte de las especies marinas. La acidificación del océano, provocado por su absorción de cantidades inusuales de dióxido de carbono; la sobrepesca por enormes flotas de barcos arrastreros (50% de su “pesca” es roca de coral); la contaminación de las vías pluviales y sobrepoblación en las costas; y el cambio climático han empujado los arrecifes de coral al borde de la extinción. El ritmo de crecimiento de un arrecife de coral sano es de por sí muy bajo: de 0.3 a 2 centímetros por año en formaciones ya establecidas. Los arrecifes masivos de coral se formaron a lo largo de alrededor de 10 mil años.
En la actualidad, hay varios laboratorios especializados en la cría de y conservación de coral, pero sus métodos se basan en la extracción de fragmentos de coral, su crecimiento en laboratorio y su posterior replantación en el arrecife original. Apenas esta semana se anunció en la revista Boletín de Ciencia Marina que la organización SECORE (Reproducción Sexual de Corales), basada en el Zoológico de Róterdam, ha desarrollado con éxito la primera técnica para producir embriones de coral a través de fertilización in vitro en un laboratorio. SECORE trabajó en particular con la especie Acropora palmata, del mar Caribe (cuyos arrecifes de coral han sido devastados con especial energía), que se encuentra en peligro crítico de extinción. Desde 2011, los biólogos marinos de SECORE criaron corales a partir de sus gametos femeninos y masculinos recolectados en el mar; un año más tarde, fueron replantados ya en forma de coral de varios centímetros. A lo largo de los últimos cuatro años, se han ramificado y crecido hasta el tamaño de un balón de futbol y, cabe resaltar, se han reproducido con éxito con la población coralina natural.
Los científicos de SECORE eligieron A. palmata por sus características que lo convierten en el protector natural de los arrecifes de coral en el Caribe: su forma, su tamaño y sus ramificaciones, sus agrupaciones que a la manera de selvas resguardan el ecosistema contra las tormentas más violentas y le ofrecen un hábitat seguro al sinnúmero de especies que viven en los arrecifes. A. Palmata, que solamente se reproduce sexualmente una vez al año, tenía una sorpresa guardada para los científicos, pues descubrieron que solo requiere de cuatro años para alcanzar su madurez sexual. A diferencia de otros proyectos de conservación, SECORE se ha jugado sus cartas apostando a la reproducción sexual y no a la clonación del coral, con el objetivo de no solo proteger las poblaciones en peligro sino de aumentar la diversidad genética de esta especie en peligro. Además, el costo de criar un nuevo coral a partir de un gameto, es mucho más bajo que el método de criadero tradicional (la clonación llamada “jardinería de coral”) y permite nuevas combinaciones genéticas, por lo que se ha propuesto como plan viable para salvar los arrecifes de coral, por lo pronto, del mar Caribe.
Más del 80% de los arrecifes de coral caribeños, por área, ya han desaparecido y se espera que la destrucción continúe. Por supuesto, esta nueva técnica da esperanza pero no arreglará por sí sola el problema sino que respaldará la recuperación natural y de los arrecifes de coral. Es decir, es necesario que se aseguren las condiciones para que sobreviva el coral a largo plazo. Porque al paso que vamos, la desaparición de los arrecifes masivos de coral es sólo cuestión de tiempo.
Autor: IIEH
Fuentes:
Corales cultivados en laboratorio se reproducen en estado salvaje
Por primera vez corales de laboratorio se reproducen en estado salvaje