El 22 de abril, la revista Nature Geoscience reportó sus observaciones atmosféricas de las emisiones de gas metano en el océano ártico, a latitudes de hasta 82 grados: Los flujos de este gas, considerado uno de los principales gases de invernadero, son más abundantes sobre el mar, donde la capa de hielo estaba agrietada. No es la primera vez que se identifican altas emisiones de metano en el ártico; ya se calcularon flujos en el orden de millones de toneladas en el permafrost que se deshiela en la región siberiana. Lo que más preocupa a los especialistas no es este proceso, natural en sí, sino el efecto de retroalimentación que puede haber en las próximas dos décadas si continua el deshielo del ártico como hasta ahora, sobre todo si consideramos el tamaño de su área y sus depósitos. A más deshielo por altas temperaturas, más metano liberado; a más metano, más elevación de la temperatura.
Nubes sobre el océano ártico. U.S. Geological Survey |
El 22 de abril, la revista Nature Geoscience reportó sus observaciones atmosféricas de las emisiones de gas metano en el océano ártico, a latitudes de hasta 82 grados: Los flujos de este gas, considerado uno de los principales gases de invernadero, son más abundantes sobre el mar, donde la capa de hielo estaba agrietada. No es la primera vez que se identifican altas emisiones de metano en el ártico; ya se calcularon flujos en el orden de millones de toneladas en el permafrost que se deshiela en la región siberiana. Lo que más preocupa a los especialistas no es este proceso, natural en sí, sino el efecto de retroalimentación que puede haber en las próximas dos décadas si continua el deshielo del ártico como hasta ahora, sobre todo si consideramos el tamaño de su área y sus depósitos. A más deshielo por altas temperaturas, más metano liberado; a más metano, más elevación de la temperatura.
Se estima que las reservas de metano e hidrato de metano en las capas del permafrost submarino del ártico superan las 1,400 Gt (1,400 gigatoneladas, es | decir, en el orden de billones de toneladas). Con que escape una fracción de esta cantidad podría sobrevenir un cambio climático abrupto. Valga aclarar aquí que el término abrupto, en este caso, se refiere a un cambio forzado por el clima mismo; una transición que, por ejemplo, puede ser de 6 grados de temperatura a lo largo de la vida de una persona. Por el momento, se están explorando varios modelos teóricos sobre cambio climático abrupto, incluyendo la popular hipótesis del fusil de clatratos. Una perspectiva muy probable es que en cualquier momento pueden escaparse hasta 50 Gt de hidrato de metano, lo que incrementaría el contenido de metano en la atmósfera de nuestro planeta se incrementará en un factor de 12.
Aumento de temperatura en el ártico, 1987-2007 |
Lejos de ser la visión de una película apocalíptica sobre calentamiento global, esta investigación manifiesta el estado actual del ártico, zona casi prístina del planeta y colmada de recursos. Zona en crisis. El 23 de abril más de dos mil científicos de 67 países se unieron para hacer una petición: la firma de un acuerdo internacional que impida la pesca industrial en el océano ártico. Ya que cada verano se retrae más la capa de hielo marino, en esos meses se abren nuevas aguas internacionales, fuera de cualquier zona económica exclusiva. Investigaciones recientes revelaron que el deshielo ártico (la disminución de la banquisa) continuará en las próximas décadas hasta que el océano ártico quede libre de hielo durante los veranos. Muy poco se sabe por el momento sobre la biodiversidad marina del ártico y la moratoria a la pesca comercial pretende proteger millones de kilómetros cuadrados del ecosistema del ártico central. Le daría tiempo a la comunidad científica para determinar el impacto en las poblaciones de focas, ballenas, osos polares, entre otras. |
Oso polar. U.S. Geological Survey |
No podemos decir que el ártico, uno de los principales moderadores del clima global, tiene sus días contados; en su mayoría está intacto y sus problemas son oportunidades de cooperación. Pero vale la pena enumerar otros asuntos que lo afectan: la bruma ártica, neblina de color café rojizo que es visible durante la primavera y es producto de la actividad humana; la amplificación polar, o sea un mayor aumento de la temperatura en el ártico que en el resto del planeta; el riesgo de contaminación radioactiva del ártico, a través de sitios rusos de residuos radioactivos como los de Mayak y las pruebas nucleares en Nueva Zembla; el agujero en la capa de ozono del ártico, que el invierno pasado alcanzó un máximo de 80% del ozono atmosférico destruido; y, finalmente, las disputas territoriales entre los cinco países con costas hacia el ártico: Rusia, Estados Unidos, Noruega, Canadá y Dinamarca.