Un nuevo estudio ha revelado que la mosca común (Musca domestica) y la mosca azul o moscardón (Calliphoridae) son portadores de más de 600 diferentes especies de bacterias.
Las moscas domésticas y los moscardones son transportes vectoriales, se ha pensado, de fiebres tifoideas, cólera, salmonelosis, ántrax y otras enfermedades; conviven con el ser humano y están habituadas a casi todos los climas del planeta. Aunque ya se han realizado estudios comprensivos del microbioma del ser humano, algunos animales, ciertas plantas e insectos, como las termitas y las abejas, este es el primero que analiza el microbioma de las moscas.
Las moscas y los moscardones se alimentan de desechos orgánicos: materia en descomposición o heces, y son los primeros organismos en alcanzar un cadáver, donde se alimentan y reproducen y donde dejarán sus huevos. Las moscas dispersan bacterias sobre todo a través de sus extremidades y sus alas, de acuerdo a varios experimentos, o sea que simplemente por posarse sobre un alimento ya le han trasferido bacterias. El estudio de su microbioma es, entonces, de gran interés para la salud pública global.
El estudio presente, publicado la semana pasada por Scientific Reports, consistió en la secuenciación genética completa de 116 ejemplares provenientes de varios hábitats (rural, natural y urbano) y tres continentes. El proceso permitió análisis genómicos y metagenómicos de su microbioma a nivel especie. Los autores, investigadores de universidades en Brasil, Estados Unidos y Singapur, determinaron que ambas especies comparten más del 50% de microbioma básico, representado sobre todo en sus alas, pies y patas, que son la ruta principal de la dispersión microbiana. Pero aparte de este microbioma básico de la especie, se distinguió una serie de microorganismos únicos al individuo que se derivan de su ambiente particular. El equipo detectó en total más de 600 microorganismos, entre los cuales se encontraron patógenos humanos como el Helicobacter pylori.
Las moscas en sí no representan una amenaza para nuestra salud, son tan solo un vector de los microorganismos que viven en cada hábitat que nosotros hemos creado y compartimos con ellas. En ese sentido, piensan los autores del estudio, pueden ser empleadas como drones vivos autónomos para recolectar información de materiales bióticos hallados en su camino.
Autor: IIEH
Fuentes:
El microbioma de las moscas domésticas y la moscarda como depósito de transmisiones bacterianas