Usar el internet nos hace sentir más inteligentes

Tot, dios de los egipcios, inventor de las artes, la sabiduría, la ciencia y los jeroglíficos
 

Un nuevo estudio, publicado en el Diario de Psicología Experimental, ha demostrado que emplear el internet para buscar respuestas o explicaciones crea una ilusión de mayor conocimiento en el usuario.

El internet se ha convertido en un recurso casi completamente ubicuo para la obtención de conocimiento; conforme crece nuestra dependencia de él, surgen cuestiones espinosas sobre los efectos que tiene sobre nuestros procesos cognitivos. El estudio, que involucró a más de mil voluntarios en 9 experimentos de cognición, fue realizado en la Universidad de Yale y dirigido por Matthew Fisher. Primero, dividieron a los voluntarios en dos grupos y les hicieron evaluar su habilidad para describir explicaciones de asuntos tales como “¿cómo se forma un huracán?”. Los resultados fueron, como era de esperarse, muy similares. Después, se le dio a un grupo acceso al internet pero al otro no, y se les ofrecieron una serie de preguntas para solucionar. Por ejemplo, “¿por qué tienen hoyuelos las pelotas de golf?” y “¿cómo funcionan las cremalleras?”. En la siguiente fase, el grupo con internet buscó las respuestas en Google. Por fin, de nuevo, les hicieron evaluar a los dos grupos su habilidad de explicar cuestiones de conocimiento estático, aunque de ninguna manera relacionadas a la fase anterior. El grupo con acceso internet se consideró claramente más calificada para contestar estas preguntas, aun cuando tenían el mismo nivel de conocimiento personal sobre ellas que el otro grupo. Una y otra vez, a lo largo de los nueve diferentes experimentos.

Tras examinar los resultados, los investigadores llegaron a una conclusión interesante: Buscar explicaciones en el internet conduce a una autoevaluación positiva exagerada del conocimiento personal. Las personas que suelen obtener información en línea llegan a confundir la información acumulada en sus cerebros con la información accesible en el internet. “Es fácil confundir tu propio conocimiento”, afirmó Fisher, “con esta fuente externa. Cuando pierden su acceso, pueden perder de vista qué tanto saben y qué tanto dependen del internet”.

Los autores del estudio cambiaron las condiciones en diferentes variantes de cada experimento para evitar los puntos ciegos. Por ejemplo, al grupo sin internet se le dieron las mismas respuestas que se encuentran en el internet, pero de manera impresa y sin imágenes; además, se les impuso la condición de una autoevaluación sin recursos externos. Incluso así, las consecuencias fueron las mismas: los usuarios de internet se consideraron mejor que los otros a la hora explicar cuestiones sin ninguna relación con el tema de sus búsquedas en línea.

El uso del internet causa confunde la habilidad de juzgar nuestra propia inteligencia
 

Aunque las desventajas cognitivas de este fenómeno son evidentes, son sus ventajas las que quizá nos incumban más en el futuro. El cerebro no es, a fin de cuentas, una máquina sin límites; ni nuestra memoria es tan confiable como quisiéramos. Sentirse más inteligente, o más capaz de explicar algo porque sabemos que la respuesta está en el internet, tal vez no enorgullezca a un individuo pero dice mucho sobre la humanidad. Acerca de la memoria y la tecnología, podemos echar mano de un par de citas.

Del diálogo platónico Fedro. “Sobre la palabra escrita, el dios Tot dijo: ‘Le dará sabiduría a los egipcios y mejorará su memoria’. El rey Thamus replicó: ‘Ingenioso Tot, el padre e inventor de un arte no es el mejor juez de la utilidad o inutilidad de sus propias invenciones. Eres el padre de las letras y por ese amor paternal les atribuyes dones que no poseen, porque tu invención creará el olvido en las almas de los que aprenden, y no podrán usar su memoria; confiarán en los caracteres escritos y no se acordarán de sí mismos. Tu descubrimiento es un apoyo, no para la memoria sino para la reminiscencia y les otorgas a tus discípulos no la verdad sino indicios de la verdad; escucharán muchas cosas y aprenderán nada; parecerán omniscientes pero no conocerán. Serán acompañantes fastidiosos, al tener los visajes de la sabiduría sin la realidad”.

Por el contrario, y más brevemente, Einstein afirmaba que nunca había memorizado algo que podía ser consultado en menos de dos minutos. En alguna ocasión uno de sus colegas le preguntó su número de teléfono, pero Einstein no lo sabía: “¿Por qué he de memorizar algo que puedo obtener de un papel tan fácilmente?“

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Fuentes:

El internet crea una ilusión de conocimiento personal, según estudio

Buscando explicaciones: La manera en que el internet exagera nuestro cálculo interno de conocimiento

Cómo el internet te hace creer que eres listo

Anécdotas de Albert Einstein

Fedro

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