¿Por qué los humanos modernos tardaron tanto en asentarse en Europa?
Los Homo sapiens emigraron al continente europeo en oleadas, pero hoy se sabe que sufrieron varios misteriosos fracasos antes de superar a los neandertales. Esta es la conclusión de los científicos que han estudiado el curso del éxodo de nuestra especie desde África hace decenas de miles de años.
Recientemente, los investigadores han localizado yacimientos en Bulgaria, Rumania y la República Checa en los que se han datado los restos de nuestros antepasados con una antigüedad de entre 40 mil y 50 mil años. Sin embargo, los análisis de los huesos ofrecieron perfiles genéticos sin desendencia entre los europeos modernos.
"Estos primeros asentamientos parecen haber sido creados por grupos de humanos modernos que no sobrevivieron para transmitir sus genes", dijo el profesor Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres, "son los linajes perdidos de nuestra especie. El punto crucial es que la desaparición de estos primeros pobladores humanos modernos supuso que los neandertales siguieran ocupando Europa durante unos cuantos miles de años más antes de que H. sapiens acabara por apoderarse del continente".
Los humanos modernos aparecieron por primera vez en África hace unos 200.000 años y evolucionaron lentamente por todo el continente antes de adentrarse en Asia occidental hace unos 60.000 años. A continuación, nuestros antepasados se extendieron por todo el mundo hasta que se extinguieron todas las demás especies de homininos del planeta, incluidos los denisovanos del este de Asia y el Homo floresiensis, el "pueblo hobbit" de Indonesia.
Los neandertales de Europa fueron una de las últimas especies de homininos en sucumbir, hace unos 39.000 años. Sin embargo, estudios recientes (esbozados en una reunión de la Sociedad Europea para el estudio de la Evolución Humana a principios de este año) han demostrado que esta toma de posesión por parte del H. sapiens no fue un proceso sencillo. En varias ocasiones, grupos de los primeros pobladores perecieron sin descendientes al adentrarse en el continente.
En un estudio, investigadores internacionales volvieron a examinar un cráneo y un esqueleto parciales de una mujer encontrados en la cueva de Zlatý Kůň, en la República Checa. Aunque en un principio se pensaba que tenía 15 mil años, este nuevo análisis indicó que se remontaba al menos 45 mil años, lo que la convierte en uno de los miembros más antiguos de H. sapiens encontrados en Europa. Sin embargo, el estudio también descubrió que no compartía ninguna continuidad genética con los europeos modernos. En palabras de uno de los miembros del equipo de investigación, Cosimo Posth, del Instituto de Ciencias Arqueológicas de la Universidad de Tubinga (Alemania): "Esta mujer no contribuyó genéticamente a los europeos actuales".
Otros yacimientos en los que se han encontrado restos humanos modernos tempranos de este periodo son Peștera cu Oase, en Rumania, y la cueva de Bacho Kiro, en Bulgaria. Y, de nuevo, ninguno ha producido perfiles genéticos que hayan dejado un rastro significativo en Europa. El descubrimiento de estos puestos fronterizos perdidos de la expansión del hombre moderno sugiere que el H. sapiens se dispersó por Europa en pulsos, y plantea preguntas críticas para los científicos. En concreto, ¿por qué las últimas incursiones de los humanos modernos en Europa tuvieron éxito cuando las anteriores fracasaron? Al fin y al cabo, el impacto de este éxito en nuestro mundo ha sido determinante. Algunos científicos sostienen que los factores ambientales desempeñaron un papel fundamental en la desaparición de los neandertales. Entre los posibles desencadenantes se cuenta la inversión de los polos magnéticos de la Tierra, ocurrida hace unos 42.000 años. Conocido como el evento Laschamps, podría haber aumentado los niveles de radiación cósmica en todo el planeta durante varios siglos.
También se produjo un enfriamiento del clima que afectó al Atlántico Norte en esa época, así como una gran erupción volcánica de la caldera ignimbrítica de Campania, en el centro de Italia. Todo ello habría supuesto un estrés para las poblaciones de homininos. Pero algunos investigadores se preguntan si estos acontecimientos fueron lo suficientemente perjudiciales como para provocar la extinción de los neandertales. Otros han propuesto que nuestra especie simplemente fue la más eficaz en el aprovechamiento de recursos; cazaba con mayor eficacia, un punto respaldado por Stringer, quien sostiene que los cambios menores en el comportamiento humano en esta época podrían haber sido suficientes para conducir a la acumulación de mejoras significativas en la vida de hombres y mujeres.
"El comportamiento del Homo sapiens fue un factor importante para nuestro 'éxito', creo. Tal vez nos interconectamos mejor, o acumulamos conocimientos de forma más eficiente y así aprendimos a extraer recursos de forma más intensiva que los neandertales. Cualquier mínima ventaja habría sido decisiva. Sólo tienes que aumentar la supervivencia de tus bebés en un 1% y eso es una gran ventaja en el mundo de la edad de piedra", precisó Stringer.
Además, hay otro factor que se ha planteado para el éxito de la humanidad moderna en Europa. Los estudios genéticos han dejado claro que el mestizaje entre H. sapiens y H. neandertalensis se produjo constantemente. Como resultado, los hombres y mujeres de origen no africano tienen hoy en día aportaciones genómicas de neandertal que superan el 2%. Esa cifra habría sido mucho mayor hace 40 mil años.
"A medida que el número de Homo sapiens crecía y nos extendíamos cada vez más por Europa, es muy posible que hayamos 'absorbido' a algunas de las otras especies -en particular, a los neandertales- hasta el punto en que dejaron de existir", afirma Stringer. "Si neandertales en sus años de plenitud entraron en el grupo de reproducción de los humanos modernos, voluntariamente o no, dejaron de contribuir a la supervivencia de su propia especie. El resultado final habría sido la extinción directa de los neandertales, aunque, como especie, todavía sobreviven en el ADN de los hombres y mujeres de hoy".
Autor: Robin McKie
Fuente: Prueba una y otra y otra vez
Traducción: IIEH