LA GRIPE, LAS VACUNAS Y LOS ANTIVIRALES
Publicado por: Gabriel Camacho
en Artículos Medicina Integrativa
Septiembre 2009
Mednews ha tenido conocimiento de que la revista Discovery DSALUD (www.dsalud.com) -referencia mundial hoy en el mundo de habla hispana- dará a conocer el próximo 21 de septiembre un amplio dossier en el que se analiza en profundidad lo que hay realmente detrás de la gripe A y que puede resumirse en los siguientes puntos:
1. Es absolutamente falso que por sí sólo el A-N1H1 pueda provocar la muerte de una persona sana.
2. La gripe A es mucho menos peligrosa que la gripe estacional. Se dice que en España han muerto 23 personas en unos meses –para justificar la vacuna- pero se obvia añadir que solo el año pasado la gripe común llevó a la muerte en nuestro país a unas 8.000 personas.
3. Se está sugiriendo vacunar a enfermos, niños y embarazadas -entre otros colectivos- cuando la vacuna no ha demostrado ni su eficacia ni su seguridad. Ni se va a demostrar nunca con los estándares científicos exigibles porque se ha decidido no seguir los protocolos convencionales. En una decisión absolutamente vergonzosa porque la gravedad de la gripe A no justifica en modo algunos tales prisas. Es más, basta repasar la literatura científica para comprobar que la vacunación masiva ni siquiera es eficaz en el caso de la gripe estacional a pesar de lo que se afirma oficialmente.
4. Los antivirales –Tamiflu incluido- no previenen la infección. Ni de la gripe A ni de la común. Y sólo han demostrado ser seguros en personas sanas. Es más, sus efectos se limitan a acortar algo –muy poco- el tiempo de duración de la gripe y pueden provocar problemas de salud graves a las personas que los ingieren. Incluso a las sanas (que la ex ministra Ana Pastor diga lo contrario justifica sobradamente lo que de ella se dice en el Editorial que con el título El poder del miedo aparece en el número actual y que adjuntamos por su interés y contundencia). Y,
5. Si la gripe A es una pandemia tan terrible, ¿por qué la OMS no la declara un problema de salud pública mundial y autoriza la fabricación de medicamentos genéricos para combatirla? Porque todo esto se trata de un puro negocio.
El director de Discovery DSALUD, José Antonio Campoy –que es también presidente de la World Association for Cancer Resercah (WACR)- ha declarado a Mednews que “ha llegado la hora de que en los medios de comunicación se deje de hacer el juego a empresas que algunos ven como entidades altruistas preocupadas por nuestra salud cuando solo son industrias que cotizan en bolsa y cuyo principal objetivo es ganar la mayor cantidad de dinero posible recurriendo cuando hace falta a métodos mafiosos. Parece olvidarse –añadiría- que la inmensa mayoría han sido ya llevadas a los tribunales acusadas de multitud de delitos y que para librarse de posibles condenas ‘compran’ el silencio de las víctimas –o el de sus descendientes cuando éstos han muerto- tirando de talonario. A día de hoy decenas de miles de millones de euros en indemnizaciones han salvaguardo a muchas empresas de ir a la quiebra y a sus ejecutivos de terminar en la cárcel. Hace sólo 24 horas se conocía que el grupo Pfizer ha tenido que comprometerse a pagar una cifra récord de más de 2.300 millones de dólares como base para un acuerdo con el que evitar un juicio en el que hubiera debido hacer frente a cargos penales y civiles por venta fraudulenta de algunos de sus productos. Y no olvidemos que los laboratorios Baxter, junto con altos cargos de la OMS, de distintos laboratorios y hasta de la Administración norteamericana han sido acusados ante la justicia austríaca de “cometer un genocidio en masa contra gente inocente usando una gripe pandémica”. Y no son más que simples ejemplos recientes. Es hora ya pues de que se abandone esa visión infantil que hace creer que en ellas lo que hay son sólo científicos abnegados preocupados por los demás ya que no se corresponde en absoluto con la realidad. Pero, sobre todo, ha llegado la hora de que los periodistas se nieguen a hacer el papel de tontos útiles y dejen de ser manejados como marionetas. Que en eso lamentablemente se han convertido buena parte de los profesionales de todo el mundo”.
Adjuntamos el Editorial antes mencionado por su interés:
Editorial
EL PODER DEL MIEDO
La ladina estrategia diseñada por quienes en el ámbito de la salud viven de meter miedo de manera masiva a la sociedad sigue desarrollándose de forma tan implacable como imparable. Y se ha pasado ya a la siguiente fase. Tras repetir las autoridades sanitarias hasta la saciedad que el virus de la gripe A es muy contagioso pero de leves efectos y no hay que preocuparse cuando el estado general es bueno ahora se intenta hacer creer que puede llevar a la muerte incluso a personas sanas. Y se ponen ejemplos ¡que nadie se molesta en investigar! Todo el mundo los da por válidos. La verdad, sin embargo, es que se trata de una falacia. El virus de la gripe A –que es el mismo que el de la gripe aviar y el que intentó endosarse esta vez a los cerdos por mucho que se disfrace ese hecho- se creó intencionadamente en un laboratorio y se transmite por el aire pero no genera ni ngún problema de salud serio. Nadie muere por su causa. Aunque así se intente ahora hacer creer en esta escalada estratégica de ir preocupando más y más a la gente para que cuando se anuncie la llegada de la vacuna se la pongan sin pensárselo dos veces. El virus de marras se está expandiendo intencionadamente con el único objetivo de crear alarma social para vender vacunas como hemos denunciado una y otra vez. Algo que -no albergamos la más mínima duda- conseguirán. Porque las multinacionales farmacéuticas implicadas cuentan con apoyos importantes en todos los gobiernos y son quienes designaron a los responsables de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que por eso están haciéndoles el juego desde el principio. Algo que se elude explicar en los principales medios de comunicación donde la capacidad de discernimiento y crítica de quienes trabajan en ellos es ya prácticamente nula. No en todos los casos pero quienes saben que detrás de todo esto hay mucha podredumbre callan porque quieren conservar sus puestos de trabajo. Así de duro y de simple. Y no lo decimos nosotros: nos lo dicen ¡ellos mismos! Al menos algunos que se sienten abochornados de no hacer nada. En cambio, quienes están al servicio de esta operación hablan con tanta libertad como desfachatez. Como la ex ministra de Sanidad y actual responsable de Política Social del Partido Popular (PP) Ana Pastor que casi a diario reclama en las distintas cadenas de televisión y radio más vacunas, más dosis y más celeridad. Lo mismo que reclamó para la llamada vacuna del virus del papiloma humano. Hablamos de la misma individua que compró a Estados Unidos millones de vacunas para la viruela por si sufríamos un ataque del peligr osísimo acumulador de armas masivas Sadam Husein. La misma que retiró el Bio-Bac del mercado hace ya ¡siete años! deteniendo injustificadamente a 23 personas ¡sin que a día de hoy el juzgado haya terminado la fase de instrucción!, un auténtico escándalo que demuestra la lamentable situación de nuestro sistema judicial. La misma que retiró del mercado ¡más de 200 productos! naturales alegando que se trataba de medicamentos sin autorización -a pesar de que muchos se vendían legalmente en otros estados miembros como complementos alimenticios o productos dietéticos- lo que llevó en marzo de este año al Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas a dictar una sentencia condenando a España por ello. ¡A España! que tendrá que pagar una fuerte cantidad sin que a la responsable de tales atropellos ¡le pase nada! Hay impunidad en suma para quienes están al servicio de la industria farmacéutica. Muchos lo saben. Y por eso callan. Y ocultan. Y consienten. Y mienten. Pero las vacunas no son inocuas. Y cientos de millones de personas van a ser vacunadas sin necesidad asumiendo riesgos innecesarios. ¡Sin que se cumplan los requisitos que se exigen normalmente a toda vacuna! ¡Sin valorarse ni su seguridad ni su eficacia! Sólo para que algunos sinvergüenzas sin escrúpulos se enriquezcan. Por eso vamos a denunciarlo una y otra vez hasta el hartazgo. Aunque sólo sirva para dejar en evidencia a quienes desde la política, la medicina y los medios de comunicación hacen el juego a los instigadores de este montaje. Lo único que falta es que declaren obligatoria la vacuna. Solo que entonces llamaremos directamente a la rebeldía social. Y ayudaremos a inundar los juzgados de denuncias.
José Antonio Campoy
Director