Cuando ponemos atención a algo, nuestro cerebro emplea una variedad de filtros para que cobremos una precisión restringida, a costa de una ceguera parcial. Observe este video y cuente cuántas veces pasan la bola los jugadores vestidos de blanco. La simple prueba de contar con exactitud el número de pases no es fácil. ¿Cuántos pases realizan?
El número de pases realizados fue de 15. Pero, ¿se percató del gorila? Hacia el segundo 25 del video, una persona disfrazada de gorila recorre el cuarto y hace muecas hacia la cámara. Esta es una ya célebre prueba de atención selectiva, el gorila invisible; se ha calculado que menos de la mitad de la gente se da cuenta de la presencia de un gorila por concentrarse exclusivamente en el color blanco de las camisetas y en la pelota. Se trata de un efecto que la ciencia cognitiva llama ceguera por inatención que, al igual que el sesgo cognitivo, produce una estrechez, una visión de túnel en el espectador que bloquea otras cosas importantes, hasta un gorila peludo haciéndole frente.
Las consecuencias de la ceguera por inatención son innumerables y afectan a todo ser humano en su vida diaria y profesional. En un experimento similar, investigadores de la Universidad Occidental de Washington demostraron que los teléfonos celulares contribuyen sobremanera a la ceguera por inatención. En vez de gorila, el estímulo en este experimento fue un payaso en ropas brillantes montado sobre un monociclo. Los participantes se dividieron en cuatro grupos y se les hizo caminar por una calle; uno utilizaba su celular al caminar, otro caminaba en parejas, otro de forma individual y uno más escuchaba música en sus audífonos al pasear. El resultado fue claro: el grupo de personas con teléfonos celulares fue el que menos se percató del payaso.
Un experto de la atención en la Universidad de Harvard, Trafton Drew, decidió aplicar los principios de la prueba del gorila invisible para estudiar uno de los sectores de científicos que exhiben un grado atención más alta, los radiólogos. Los radiólogos pasan horas y horas en los cuartos oscuros de radiología, detectando anormalidades a veces tan menores que no son evidentes para otros especialistas. Pero, aun así, los radiólogos cometen errores y algunas veces no descubren señales de cuidado. Drew hizo uso de los principios básicos de la prueba del gorila invisible para ponerlos a prueba: Agregó una imagen de un hombre en un traje de gorila a una imagen radiológica, parte de una tomografía computarizada de los pulmones de una persona con cáncer. En total, la serie excedía 100 láminas aunque sólo una tenía sobreimpuesto el gorila. La única disposición dada a los radiólogos fue "encontrar los nódulos pulmonares", que suelen ser de tamaño reducido y aparecen con una forma redondeada y blanquecina. ¿Cuántos radiólogos lograron encontrar el gorila en esta placa? Sólo el 17%.
Por supuesto, era de esperarse que no dieran con él y el estudio no comprueba nada acerca de la efectividad de ese grupo de radiólogos. Pero no deja de ser una muestra de que hasta en las personas más metódicas nuestras ideas establecen un filtro agresivo del mundo. De hecho, le dan forma a nuestro mundo, irrepetible de persona a persona. Y la educación y la instrucción resultan claves a la hora de detectar anormalidades, como el cáncer o el terrorismo. No nos olvidemos del antiguo arte del ilusionismo, cuya eficacia también depende de la ceguera por inatención.
Autor: IIEH
Fuentes:
Por qué hasta los radiólogos pueden no percatarse de un gorila
Videos e información de la prueba del gorila invisible
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