Esta fotografía muestra ejemplares de tres razas desarrolladas en diferentes épocas; los tres ejemplares tienen la misma edad y recibieron la misma alimentación.
La Universidad de Alberta, Canadá, llevó a cabo el estudio sobre los cambios morfológicos de estas tres razas; emplearon cepas no seleccionadas ni adulteradas desde 1957 y 1978, y un ave Ross comercial de 2005. El programa de crianza tuvo una duración de 56 días y se registraron imágenes y datos sobre alimentación, eficiencia en la conversión de pienso y requerimientos energéticos de cada animal. En resumen, estos son los efectos principales de las presiones selectivas comerciales en razas de pollo para carne:
- Un incremento muy evidente de tamaño.
- Una mayor eficiencia en convertir alimento en músculo.
- Un mayor número de enfermedades.
- La popularización del pollo como alimento básico.
Por un lado, se vio que la selección genética había tenido los resultados deseados, un incremento extraordinario en el músculo pectoral mayor y una reducción en el nivel de grasa abdominal. O sea la pechuga de los pollos hoy en día es mucho más grande, hasta 400% comparado con las aves de 1957, y esto se logró de la mano de una reducción del 50% de su requerimiento calórico diario. 50 años de presión selectiva ha creado una raza de pollos superior a los 5 kg de peso. Los ejemplares de 1957 que fueron criados en este estudio, dirigido por M. J. Zuidhof, alcanzaron un peso de tan sólo 905 gramos, mientras que los de la raza de 1978 pesaron 1.8 kilos después de los 56 días. El índice de conversión de pienso a carne fue de 3 veces más eficiente en la raza de 2005.
Por otro lado, el precio a pagar por pollos más grandes y carne más barata, los pollos modernos han adquirido una serie de problemas de salud que antes no existían. Los trastornos del sistema respiratorio, como la influenza aviaria y la bronquitis contagiosa, son comunes dadas las condiciones de manejo y la densidad de población donde son criados los pollos. También padecen de varias enfermedades virales no respiratorias, exacerbadas por una debilitación generalizada de sus sistemas inmunitarios. Además de las funciones inmunes, pero también por las presiones selectivas que hemos ejercido sobre ellas, las nuevas razas de pollos sufren de enfermedades cardiovasculares y disfunciones musculoesqueléticas.
En términos prácticos, imaginemos la vida de un pollo para consumo: un ave acompañada de otras 50 mil, una vida promedio de alrededor de 60 días, ciclos de 23 horas de luz seguidos de 1 hora de oscuridad, alcanzado cierto peso se presenta la imposibilidad fisiológica de caminar o incluso ponerse de pie a riesgo de sufrir una fractura ósea. Aparte de las consideraciones éticas, la industria avícola debe examinar el estado actual y las tendencias de las razas productoras de carne y corregir sus programas de selección para criar animales sanos en mejores circunstancias.
Autor: IIEH
Fuentes:
Crecimiento, eficiencia y producción de razas comerciales de 1957, 1978 y 2005