El camino a un planeta limpio
Crece opinión a favor de acción más agresiva sobre el cambio climático
Por Justin Gillis.
Coral Davenport contribuyó con reportes desde París
The New York Times, Reforma, México, 12 diciembre 2015
Las promesas hechas por países en la conferencia sobre cambio climático en París inevitablemente se quedarán cortas en cuanto a lo que se necesita.
Pero muchos líderes políticos reunidos allí –gobernadores, alcaldes, secretarios de Gabinete de provincias– se están comprometiendo a hacer recortes más rápidos y profundos de las emisiones que lo que han prometido sus gobiernos nacionales.
"No nos estamos moviendo con suficiente rapidez", dijo Jerry Brown, Gobernador de California, quien ayuda a encabezar el esfuerzo. "Tenemos que hacer más".
Lo cual plantea una pregunta provocadora: ¿qué forma tomaría un plan verdaderamente ambicioso para abordar el cambio climático?
Recientes análisis dejan claro lo difícil que probablemente sería una transición mundial a un sistema de energía limpia.
"La aritmética es realmente brutal", dijo Jeffrey D. Sachs, destacado economista de la Universidad de Columbia, en Nueva York. "Nos encontramos en una situación tan terrible que cada país tiene que hacer esta transformación, o de lo contrario esto no va a funcionar".
Sachs ayudó a iniciar lo que quizá es el esfuerzo más serio para trazar una hoja de ruta para la transición de energía: el Proyecto de Vías de Descarbonización Profunda, con sede en París y NY. El esfuerzo ha reclutado equipos de 16 países.
Los analistas se enfocaron en una pregunta específica: ¿pueden la emisiones ser reducidas lo suficiente entre aquí y el 2050 para eludir los peores efectos del cambio climático?
"Aún se puede hacer, a duras penas", dijo Guido Schmidt-Traub, director ejecutivo de la Red de Soluciones de Desarrollo Sustentable, que ayudó a organizar el esfuerzo.
Tecnologías se quedan cortas
El análisis sugiere que las tecnologías disponibles hoy no son suficientemente buenas para manejar toda la transición y que muchas de ellas, como los autos eléctricos y las turbinas eólicas en altamar, tienen que volverse más baratas y mejores.
Bill Gates, fundador de Microsoft y filántropo, anunció en París que un grupo de multimillonarios invertiría considerablemente en el desarrollo de nuevas tecnologías energéticas. Veinte naciones también prometieron duplicar su inversión en la investigación energética.
Una rápida expansión de las tecnologías existentes de energía limpia ayudaría a estimular la innovación, y las economías de escala impulsarían una reducción en los costos.
La energía solar ofrece un impresionante ejemplo, con el costo de los paneles desplomándose un 80 por ciento en la última década.
Las turbinas eólicas también han sido un gran ganador. Suministran casi el 5 por ciento de la energía eléctrica en EU y en un puñado de entidades estadounidenses y algunos países más pequeños, esa cifra ha crecido a rebasar el 10 por ciento.
Mark Z. Jacobson, ingeniero en la Universidad de Stanford, en California, encontró que el mundo entero podría funcionar con 100 por ciento de energía renovable para el 2050.
Sin embargo, tales escenarios implicarían un empuje extraordinario. Los planes de Jacobson requerirían, entre otras acciones, que se construyeran 156 mil turbinas frente a las costas de Estados Unidos en los próximos 35 años, y el doble de ese número en tierra. En 20 años del esfuerzo, países europeos han logrado construir unas 3 mil turbinas en altamar.
Jacobson citó un estudio científico que calculaba que la industria del gas y el petróleo ha estado construyendo 50 mil pozos nuevos al año en Norteamérica desde el 2000. Dijo que construir decenas de miles de turbinas al año estaría dentro de la capacidad industrial de EU.
"Creemos que es técnica y económicamente factible", indicó Jacobson. "A final de cuentas, todo se reduce a voluntad política".
Los escenarios planteados por el Proyecto de Vías de Descarbonización Profunda requieren sustanciales cantidades de energía renovable.
Pero estos escenarios también sugieren que la transición energética sería más fácil y más barata con opciones tecnológicas adicionales, incluyendo algunas que no son del agrado del movimiento ambiental.
Por ejemplo, en algunos países con crecientes demandas de energía, como China, la investigación arrojó que la energía nuclear sería esencial para mantenerse dentro de un estricto presupuesto de emisiones.
La investigación también sugiere que, para cumplir con objetivos estrictos, algunos países podrían necesitar seguir quemando carbón o gas natural al tiempo que capturan dióxido de carbono que emerge de las chimeneas, comprimiéndolo e inyectándolo en el subsuelo profundo.
Los gobiernos también tienen décadas de hablar de la necesidad de esta tecnología, conocida como captura y almacenamiento de carbono. Sin embargo, han puesto poco esfuerzo para desarrollarla. Alemania, entre los países más resueltos en la lucha contra el calentamiento global, ha decidido en gran medida no seguir adelante con ello.
Es casi seguro que los problemas más difíciles, como perfeccionar la tecnología de captura de carbono, serán abordados demasiado tarde para satisfacer el objetivo a largo plazo de emisiones cero, encontraron los investigadores.
Temas compartidos
Mientras que la mejor combinación de tecnología varía por estado o país, los investigadores encontraron algunos temas en común.
Para lograr los objetivos de emisiones, toda la economía, incluyendo el transporte, necesita ser electrificada al mayor grado posible. Eso podría significar autos que funcionan con baterías, pero también podría significar autos que funcionan con hidrógeno.
La implicación, de cualquier forma, es que el motor de combustión interna que ha hecho funcionar a los autos desde el siglo 19 es un callejón sin salida tecnológico en el siglo 21.
Hay una urgente necesidad de hacer autos eléctricos mejores y más baratos, y de establecer millones de estaciones de carga.
Otro potencial callejón sin salida, sugiere la investigación, sería una sobredependencia del gas natural. Este hidrocarburo es un combustible más bajo en carbono que el carbón, y cambiar las plantas de energía para que funcionen con gas puede lograr grandes reducciones en las emisiones a corto plazo.
Pero la investigación de descarbonización profunda sugiere que el gas debe desaparecer dentro de unas cuantas décadas. La fuerte inversión en gas natural ahora podría terminar socavando los objetivos a largo plazo.
Qué puede hacer el Gobierno
Brown, el Gobernador de California, argumenta que si estados y ciudades pueden resolver cómo actuar primero en el tema del clima, esencialmente podrán arrastrar a los gobiernos nacionales detrás de ellos.
En algunos países, los gobiernos estatales y locales controlan los reglamentos de construcción y podrían endurecer las regulaciones de energía para nuevos edificios. Los gobiernos también compran millones de autos, y cambiar las flotillas a autos eléctricos ayudaría a expandir el mercado y a reducir los costos mediante economías de escala.