Será compostaje de cuerpos el siguiente paso en entierros
Catrin Einhorn
Reforma, The New York Times, México, 25 abril 2015
CULLOWHEE, Carolina del Norte.- El cuerpo de la diminuta mujer de 78 años fue llevado a una ladera en la Universidad de Western Carolina aún vestido con bata de hospital.
Fue tendida sobre una cama de virutas de madera, y luego apilaron más encima de ella. Si todo sale como se espera, el cuerpo se convertirá en composta.
Es un sorprendente siguiente paso en el movimiento de los entierros naturales. Aun cuando más personas optan por el entierro en sudarios simples o ataúdes biodegradables, los cementerios urbanos siguen llenándose. Para los conscientes del medio ambiente, la cremación es un problema, ya que el proceso libera gases de efecto invernadero.
Armada con una beca en medio ambiente, Katrina Spade, una residente de Seattle de 37 años, ha propuesto una alternativa: una instalación para compostaje humano. La mujer que descansa en paz en virutas de madera es un primer paso en pruebas para ver cómo funcionaría.
"El compostaje hace que la gente piense en cáscaras de plátano y granos de café", dijo Spade. Pero "nuestro cuerpo tiene nutrientes. ¿Y si pudiéramos cultivar nueva vida después de haber muerto?".
Los científicos coinciden en que los seres humanos pueden ser convertidos en abono orgánico. Infinidad de granjas en todo Estados Unidos ya producen composta con cadáveres de ganado muerto. Algunos Departamentos de Transporte hacen composta con animales atropellados.
"Estoy absolutamente segura de que puede funcionar", dijo Lynne Carpenter-Boggs, científica del suelo en la Universidad Estatal de Washington, quien forma parte del consejo asesor del Urban Death Project, una organización sin fines de lucro fundada por Spade.
El proceso es simple: se coloca material rico en nitrógeno, como animales muertos, dentro de un montículo de material rico en carbono, como virutas de madera, agregando humedad o nitrógeno extra. La actividad microbiana iniciará la cocción de la pila.
Las bacterias liberan enzimas que descomponen el tejido en sus partes componentes, como aminoácidos y, a la larga, las moléculas ricas en nitrógeno se unen con las ricas en carbono, creando una sustancia parecida a la tierra. Las temperaturas alcanzan alrededor de 60 grados centígrados, a menudo más, y el calor mata los patógenos comunes.
Spade ha diseñado un edificio para compostaje humano que une la eficiencia de este proceso con el ritual y simbolismo que ansían los dolientes. Cada instalación de Urban Death estará centrada alrededor de un bóveda de tres pisos a la que llama "el núcleo". Los dolientes llevarían a sus muertos, envueltos en mortaja, por una rampa hacia la parte superior.
Ahí, durante una ceremonia especial, los dolientes colocarían el cuerpo dentro del núcleo, que podría albergar quizá 30 cuerpos a la vez. En las siguientes semanas, cada cuerpo bajaría del núcleo hasta que se completara la primera etapa del compostaje. En una segunda etapa, se cribaría el material, junto con cualquier hueso restante, y la composta sería curada.
Los ritos de la muerte pueden pasar de repugnantes a normales en un tiempo sorprendentemente corto, dijo James Olson, director de una funeraria en Wisconsin y presidente del grupo de trabajo de entierros ecológicos de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias.
"Si le hubiera dicho hace 50 años que íbamos a quemar a su ser querido y que pulverizaríamos su esqueleto en una máquina y le daríamos los huesos triturados, usted habría dicho, 'ugh'", dijo.
Calificó de "maravilloso" al concepto de Spade.
Sin embargo, a muchos otros les parece repulsiva la idea de hacer composta de cuerpos humanos. Un crítico en el sitio en internet de Urban Death comentó: "Esto TIENE QUE ser una broma. Si no, sólo hay una palabra que podría describir sus actividades: ENFERMO".
También persisten dudas sobre cómo debería usarse la composta humana. Ciertos patógenos pueden sobrevivir al compostaje, y se prohibe el uso en este proceso de ganado que ha muerto de ciertas enfermedades. Algunos expertos recomiendan que la composta de ganado no sea esparcida en campos donde se cultivan frutas y verduras para el consumo humano.
E, igual que la cremación, la contaminación de metales pesados podría ser una preocupación; los empastes dentales quizá tendrían que ser retirados de los cuerpos.
Spade dijo que los sobrevivientes podrían recolectar algo de la composta para usarla en su jardín o para plantar un árbol. Ella prevé que el resto se destine a parques cercanos y tierras de conservación.
Además de los beneficios ambientales de hacer abono humano, cree que hay uno espiritual: conectar la muerte con el ciclo de la naturaleza ayudará a la gente a enfrentar su propia mortalidad y llevar consuelo a los dolientes.