Mueren miles de gansos blancos en lago tóxico
Por Jim Robbins
The New York Times, Reforma, México, 24 diciembre 2016
BUTTE, Montana.- La muerte reciente e miles de gansos blancos en un lago artificial tóxico en Butte, en lo alto de las Montañas Rocosas, volvió a subrayar el devastador legado ambiental de más de un siglo de extracción de cobre.
En plena temporada migratoria, entre unos 3 mil y 4 mil de estos gansos blancos grandes extendieron inocentemente sus alas de punta negra y se asentaron sobre el agua residual ácida que llena al lago, lo que solía ser una mina a cielo abierto de 280 hectáreas.
Aún no se sabe con precisión qué fue lo que acabó con la enorme parvada. Sin embargo, la última vez que un gran número de aves murió allí -342 en un incidente de 1995- fue porque bebieron el agua tóxica café rojiza y eso dañó sus órganos.
En lo que es un espectáculo natural, enormes bandadas de gansos blancos han migrado al sur, desde Canadá hasta el suroeste de EU, pasando decenas de miles de ellas a través de Montana. El cielo está tan atestado en algunos lugares que la gente se queja porque el estruendo colectivo del aleteo y los graznidos no la deja dormir por las noches.
"Por lo común, vemos de 3 mil a 5 mil en un año", señaló Mark Thompson, gerente de asuntos ambientales para la compañía minera Montana Resources.
"En este caso, hubo decenas de miles en una noche", apuntó Thompson.
Los empleados de la mina intentaron desesperadamente ahuyentar a las aves. Utilizaron disuasores sónicos, que producen ruidos fuertes; lanzaron fuegos artificiales y bombas de sonido; y dispararon rifles al aire. Nada dio resultado.
La gran mayoría de las aves probablemente estaba demasiado exhausta de sus recorridos migratorios como para dejar el lago, explicó Stella Capoccia, catedrática asistente en el departamento de biología del Tecnológico de Montana, en Butte. "Aterrizan de noche y necesitan descansar durante varios días".
Un pequeño número de aves sí logró escapar, pero fue hallado moviéndose con dificultad en estacionamientos y en otros lugares por toda la región.
El cambio climático también figura en la ecuación. A raíz del clima inusualmente cálido, las aves partieron de sus zonas de hibernación en el norte semanas más tarde de lo usual. Para cuando llegaron a Montana, un frente frío había congelado sus paraderos usuales. Sin embargo, el agua en la mina raras veces se congela.
El lago, en lo que se llama la fosa Berkeley Pit, alguna vez fue una montaña donde se halló cobre y otros metales en la década de 1860.
En 1955, la Anaconda Company empezó a devorar la montaña agujerada por túneles con excavadoras gigantes para reclamar el mineral de cobre restante; en el proceso, creó una fosa de 542 metros de profundidad. Para mantener la fosa viable para la extracción, el agua del subsuelo que se filtraba tenía que ser extraída con bomba. En 1977, Anaconda fue adquirida por lo que entonces era la Atlantic Richfield Company y en 1979 fue cerrada la mina. En 1981, ARCO dejó de bombear agua y empezó a dejar que la fosa se llenara con el agua contaminada que se crea cuando se mezcla el agua con tierra expuesta.
El extraño lago, rodeado por las paredes multicolor de la fosa, se ha convertido en una atracción turística, con todo y un mirador y una tienda de recuerdos.
Hasta la fecha, limpiar la fosa ha costado casi 2 mil millones de dólares.
Está contemplado que a medida que suba el lago alcanzará el nivel del manto freático de Butte para el 2023. Para evitar eso, en algún momento en los siguientes años, 26 millones de litros de agua tóxica al día tendrán que ser extraídos con bomba y tratados.