Las historias personales de vidas afectadas por el cambio climático resuenan durante la cumbre Cop 26. He aquí una de ellas:
Nací en 1962 en una familia de pastores de renos en Taimyr, una península en el extremo norte de Rusia. Formo parte de la comunidad Dolgan: somos un grupo indígena ruso aunque sólo quedamos unos seis mil viviendo en la tundra. Durante mi infancia, la Unión Soviética intentó impedirnos vivir de manera tradicional, pero desde entonces el cambio climático se ha convertido en el mayor reto para nuestra supervivencia.
Mi comunidad vive de la caza, la pesca y el pastoreo de renos. Los científicos dicen que en Taimyr se ha producido el aumento de temperatura más rápido en toda Rusia, y en verdad lo notamos. Debido a los inviernos más cálidos, hemos visto que los renos hembra están pariendo más temprano en el año. Muchas crías nacen demasiado débiles y no sobreviven a las largas migraciones que deben hacer. Esto significa que la población de renos se reduce mucho y perjudica todo el ecosistema.
Los ríos y lagos que utilizamos para pescar también han empezado a secarse. Otros están demasiado contaminados después de que grandes plantas de petróleo y gas han sido construidas a lo largo de los años en nuestras tierras. Algunos días no pescamos nada.
Durante generaciones, hemos vendido lo que pescábamos a los pueblos y ciudades locales para comprar productos básicos como el azúcar y el trigo. Sin los animales, no podemos sobrevivir.
En Taimyr también se están formando grandes cráteres porque el permafrost del Ártico está empezando a derretirse bajo nuestros pies. Esto nos ha forzado a cambiar las rutas que hemos utilizado durante décadas para viajar, cazar y pescar, ya que se han hundido caminos enteros. También es peligroso, ya que nunca se sabe dónde se formará el próximo cráter.
Nuestro ecosistema está cambiando rápidamente: en la tundra han aparecido animales como las martas, que nunca había visto en mi vida. Y ahora también tenemos que lidiar con mosquitos gigantes y bichos que atacan a nuestro ganado. Los veranos se han hecho insoportables. Es una locura.
Los jóvenes de mi comunidad se dieron cuenta que el cambio climático hará imposible nuestro estilo tradicional de vida y ahora se ven obligados a trasladarse a las grandes ciudades para encontrar trabajo, a menudo mal pagado. Nuestra cultura está desapareciendo.
Autora: Gennadiy Shukin
Fuente: Viviendo en la vanguardia del calentamiento global
Traducción: IIEH