Las estufas de gas producen niveles de contaminación en el hogar que serían ilegales al aire libre.
Viajé alrededor del mundo visitando países en desarrollo durante más de una década, observando y estudiando de cerca el daño que provocan las estufas de carbón y leña en los pulmones de niños y de mujeres que los usan para cocinar. Casi la mitad de la población mundial cocina con combustibles sólidos, dañinos a la salud, y me sentía orgulloso de mi labor de mostrarles opciones más limpias para prevenir casos de neumonía y otros tipos de daño pulmonar habituales por inhalar humo todos los días.
Y cuando regresaba de esos viajes, en mi propio hogar, encendía mi estufa de gas para cocinar, sin sospechar que el gas invisible introducido en mi cocina, así como sus emisiones invisibles, también son dañinas. El gas en nuestras estufas es sobre todo metano, un gas de corta duración pero de efectos de invernadero superpotentes; de hecho, le metano influye el clima 100 más que la misma cantidad de dióxido de carbono en un período de 10 años. Cuando es quemado, el metano (y el propano también) se convierte en dióxido de carbono. El gas empleado para calentar y enfria edificios y para cocinar es responsible de una décima parte de las emisiones de carbono en los Estados Unidos.
El consumo de gas natural en nuestros hogares también generan contaminantes tóxicos, incluyendo óxidos de nitrógeno. Estos compuestos han sido relacionados con una larga serie de trastornos respiratorios. Las estufas de gas a puertas cerradas, pueden producir niveles de contaminación ambiental que serían ilegales al aire libre… Los niños expuestos a este tipo de contaminación, por ejemplo, poseen un riesgo más elevado de desarrollar asma. Niveles altos de CO2 en el hogar pueden causar pérdida de concentración, dolores de cabeza, nausea y aumentos del ritmo cardíaco.
Hay varias cosas que pueden hacerse para reducir los efectos de esta contaminación en el hogar, como utilizar extractor de aire y abrir todas las ventanas mientras se cocina, pero estas no eliminan el efecto climático del metano en la atmósfera. La única manera de eliminar el problema es reemplazar las estufas de gas por una eléctrica. Las estufas eléctricas tienen mala fama; la gente recuerda las resistencias del pasado, que calientan lentamente y no de forma pareja. Hoy en día existe una mucho mejor opción: las cocinas de inducción. Estas estufas calientan directamente el recipiente mediante un campo electromagnético que magnetiza su material en un proceso donde se pierde menos energía que en estufas tradicionales o eléctricas.
Las cocinas de inducción (abreviado IH internacionalmente) hacen todo lo que una estufa de gas hace y además transfieren calor de manera más rápida, precisa y más eficiente. Dados sus beneficions a nivel personal y global, algunas ciudades de Europa y Estados Unidos han aprobado leyes para que las casas nuevas empleen esta tecnología. La industria de combustibles fósiles se ha defendido y en la actualidad respalda las estufas de gas mediante anuncios en los medios sociales.
El gas mantuvo nuestras luces y fuegos encendidos durante décadas y nos ayudó a liberarnos del carbón, pero hoy en día hay mejores soluciones para alcanzar un futuro más limpio y seguro. La estufa de gas parece una muy pequeña parte del rompecabezas pero es una de las más personales e inmediatas. También es algo fácil de cambiar.
Autor: Brady Seals
Fuente: Tu estufa de gas está contaminando tu casa. Cámbiala por una eléctrica
Traducción: IIEH